miércoles, 30 de diciembre de 2015

Los resultados del 20-D




Victoria de la mayoría contra los
recortes. Fracaso del bipartidismo





Los resultados del 20-D crean unas excelentes condiciones para la defensa de
los intereses populares y la lucha contra los recortes
Los resultados de las elecciones generales del 20-D han dado
un vuelco al mapa político español. Quebrando el tradicional
dominio del bipartidismo, y abriendo las puertas a una
irrupción, con una expresión política desconocida, de la
mayoría social que se enfrenta a los recortes. Lo que genera
muchas mejores condiciones para dar un nuevo impulso a la
lucha contra el saqueo que el 90% de la población venimos
sufriendo desde hace siete años.

Quien gana y quien pierde

Nadie puede negar el cambio que esto supone, pero ya hay quien intenta
minimizar la magnitud de lo sucedido el 20-D. Afirmando que “no hay un
triunfador claro”, y que “aunque el bipartidismo ha perdido votos y escaños,
aún sobrepasa a las fuerzas emergentes”.

La realidad es otra totalmente diferente. La mayoría social que rechazamos
los recortes hemos obtenido una rotunda victoria en estas elecciones. Y
quienes han ejecutado los recortes durante estos últimos siete años -PP y
PSOE, o Artur Mas en Cataluña- han cosechado un histórico fracaso.
Estas elecciones generales suponían la culminación de un largo ciclo
electoral, donde tras siete años de saqueo se medía la fuerza política que
todavía conservaba el bipartidismo y la que alcanzaba la mayoría que
hemos los recortes.

Y el resultado que ha deparado el 20-D no ha podido ser más claro. Una
oleada nunca vista en la política española de más de 11 millones de votos
se ha movilizado para expresar un rotundo rechazo a los recortes y al
dominio del bipartidismo. Más allá de las diferencias entre las muchas
fuerzas que lo han capitalizado, o incluso de sus programas, pactos o
alianzas.
Una marea que aumenta cada vez más aceleradamente, y que se ha
convertido por primera vez en protagonista político.

En las generales del 2.008, la suma de los votos de todas las fuerzas que
se enfrentaban a los recortes y al bipartidismo apenas alcanzaba los 2
millones de votos, menos de una décima parte que la suma de PSOE y PP.
Tres años después, cuando tras la llamada de Obama a Zapatero se inició
la oleada de recortes, ese voto de rechazo avanzó hasta sumar 3,9 millones
de votos.

En 2015 la expresión política de esa mayoría social que rechaza los
recortes y el bipartidismo ha dado un salto gigantesco. En las pasadas
elecciones municipales superó los 9 millones de votos, conquistando
alcaldías de capitales tan importantes como Madrid, Barcelona, Valencia...
Ahora, en las generales, se ha disparado hasta los 11,09 millones de votos.
Nunca antes la posición de esta mayoría social, silenciada bajo el peso
aplastante del bipartidismo, había alcanzado una expresión política ni
remotamente similar.

Expresada, más allá de las posiciones y la línea que defienden sus
direcciones, en los casi 5,2 millones de votos de Podemos o los 3,5 millones
de Ciudadanos.

Pero que también incluye el casi un millón de votos que conserva IU. O los
votos de muchos partidos, con o sin representación parlamentaria, entre los
que se encuentra el avance de los votos a Recortes Cero-Grupo Verde.
En el otro lado del espejo, el bipartidismo que había ejercido un control casi
exclusivo de la política española desde la transición, ha sufrido algo más
que un severo castigo tras siete años de sumisa ejecución de los recortes.
La suma de PP y PSOE ha perdido 5,12 millones de votos, un 28,77%
menos de los que tenían en 2011. Han pasado de suponer el 73,39% de los
votos a solo el 50,73%. Quedando reducidos al 36,36% del censo.
Una caída que alcanza su verdadera magnitud si la comparamos con 2.008.
Desde entonces, la suma de PP y PSOE ha perdido 9 millones de votos.
Y su caída no solo no se detiene sino que se acelera. Si de 2008 a 2011
perdieron 3,7 millones de votos, de 2011 a 2015 se han dejado 5,12
millones.

Un rechazo social que también ha golpeado a un Artur Mas que todavía no
ha conseguido ser investido presidente. La nueva marca de Convergencia
ha perdido la mitad de los votos que tenía hace cuatro años. Creando
también, especialmente en Cataluña, mejores condiciones para la defensa
de la unidad frente a la fragmentación.

Quien se alegra y quien se preocupa

La reacción de los grandes centros de poder nacionales e internacionales
ante los resultados electorales nos da la clave para comprender el auténtico
significado del 20-D, y sus consecuencias en la política española.
Las primeras valoraciones de los analistas vinculados a los bancos y
monopolios del Ibex-35, el corazón de la oligarquía española, hablan de que
los resultados electorales son “mucho peor de lo esperado”. The Wall Street
Journal, una de las “biblias” del gran capital norteamericano, señala con
preocupación que “casi la mitad del electorado se pronunció a favor de los
partidos que rechazaron las políticas de austeridad”. Y el Frankfurter
Allgemeine Zeitung, uno de los portavoces de los sectores más duros de la
burguesía alemana, habla sin matices del “desastre español”, poniendo el
foco en “el riesgo de que se vayan al traste las reformas”.
Washington y Berlín han dejado claro que exigen llevar más allá los recortes
en España.
En plena campaña electoral, la Comisión Europea publicó su “Informe de
Vigilancia” sobre España, exigiendo para el año próximo una nueva vuelta
de tuerca en la reforma laboral, la aceleración de la privatización de Bankia
o nuevos recortes por valor de 9.000 millones para cumplir con los objetivos
de reducción del déficit.

Y el último informe del FMI exigía que el nuevo gobierno que surgiera de las
generales impusiera una nueva reforma que permitiera rebajar más los
salarios, ejecutar una mayor subida del IVA o la implantación de más
copagos en sanidad y educación.
Al mismo tiempo nos exige un salto en nuestra implicación en su maquinaria
militar, para utilizarnos como peones o plataforma en sus agresiones a otros
pueblos.

Pero el nuevo mapa político que nos deja el 20-D, con la irrupción de un
poderoso viento popular de rechazo a los recortes y la debilidad extrema del
bipartidismo, supone un obstáculo para la formación de un nuevo gobierno
que pueda cumplir con los objetivos marcados por EEUU y Alemania o la
oligarquía española.

Esta es la preocupación ante la “inestabilidad política” o el llamamiento a
“pactos que permitan desbloquear la situación” que lanzan insistentemente
los principales portavoces de la oligarquía o el hegemonismo.
Los cálculos iniciales que hubieran permitido esa “estabilidad” que la
oligarquía y el hegemonismo deseaban han sido pulverizados cuando el
voto popular ha aparecido en escena. Impidiendo que la suma de PP y
Ciudadanos permitiera la investidura de Rajoy. O castigando al PSOE hasta
niveles que prácticamente le incapacitan, aún con el apoyo de Podemos,
como alternativa de gobierno.
Van a intentar mediante todas las alternativas posibles la formación de un
nuevo gobierno que, aún en minoría y ofreciendo a cambio concesiones en
forma de reformas, permita seguir llevando adelante bajo otras condiciones
el grueso de los mandatos de la UE o el FMI.

Integrando en él a una de las dos fuerzas -Podemos o Ciudadanos- que han
capitalizado en mayor medida el voto de rechazo al bipartidismo.

Ya se ha puesto en marcha la maquinaria para facilitar a toda costa un
gobierno presidido por Rajoy, y facilitado por la abstención del PSOE, una
especie de “gran coalición” de investidura.

Pero incluso al margen del resultado político final, y de la composición del
nuevo gobierno a que de lugar, la marea de más de 11 millones de
ciudadanos que se han movilizado contra los recortes y el bipartidismo
impone también sus propias reglas y “líneas rojas”.

Generando con su irrupción unas excelentes condiciones para la defensa de
los intereses populares y la lucha contra los recortes.

martes, 24 de noviembre de 2015

40 aniversario de la invasión marroquí del Sáhara Occidental


 ¡40 años bastan! 

El 6 de noviembre de 1975 el tirano Hassan II -con la aquiescencia de Washington y Paris- forzaba a través de la "Marcha Verde" la invasión del Sáhara Occidental, comenzando 40 años de ocupación y violación de los derechos humanos.



El 6 de noviembre de 1975, la 'Marcha Verde', una turba de 350.000 civiles marroquíes escoltados por 25.000 soldados de las Fuerzas Armadas Reales de Hassan II cruzaron la frontera del Sáhara Occidental, adueñándose por la política de los hechos consumados de la todavía colonia española. Las hordas ocupantes desencadenarían durante 1976 una sangrienta represión contra la población saharaui, incluyendo bombardeos aéreos con napalm o fósforo blanco contra los campamentos de refugiados. Cuarenta años de ocupación, colonización y opresión contra los saharauis de El Aaiún y de exilio en El Tinduf, de violación cotidiana de los derechos humanos por el régimen marroquí, son ahora conmemorados con grandes desfiles militares por el Sáhara ocupado. En 1975, con Franco agonizando y la transición española diseñada por Washington comenzando, España estaba iniciando el proceso de descolonización del Sáhara Occidental, que ocupaba desde 1958. España iba a entrar en un periodo convulso, y Washington y Francia -los dos valedores de la monarquía alauita- vieron con buenos ojos que Marruecos se anexionara un territorio rico en fosfatos, uranio, cobre y oro, arrebatándoselo al Frente Polisario y a Argelia, demasiado cercanos a la URSS. La coyuntura internacional era propicia para el sátrapa marroquí, y Hassan II se decidió a utilizarla, lanzando a cientos de miles de súbditos a atravesar la frontera custodiada por 5000 legionarios españoles, que bajo las órdenes de Juan Carlos I se replegaron del Sáhara, abandonando a sus habitantes a su suerte. De nada sirvieron las declaraciones de la ONU exigiendo la autodeterminación del Sáhara Occidental.

"40 años de estado policial, de colonización marroquí y de atropello sistemático de los saharauis"

40 años de expolio de los recursos naturales del Sáhara, 40 años de exilio forzoso, de cuatro
generaciones de saharauis condenados a vivis en tiendas de refugiados en El Tinduf (Argelia), al otro lado de un muro de más de 2700 km plagado de minas. 40 años de represión contra la población saharaui en los territorios ocupados, con más de 500 desaparecidos, con miles de casos de tortura documentada. 40 años de estado policial, de colonización marroquí y de atropello sistemático de los saharauis en el Aaiún. Eso es lo que festeja el nuevo tirano, Mohamed VI. 40 años bastan

martes, 17 de noviembre de 2015

Recordad el Maine



Un individuo esquizofrénico es un individuo peligroso. 



Su doble personalidad, fuera de control, supone un permanente riesgo de agresión para sí mismo y para los demás. EEUU es un país esquizofrénico; un país escindido entre una Democracia interna y un Imperio exterior que se sostienen sobre bases irreconciliables.

Para poder extenderse, el Imperio necesita empujar a la Democracia hacia sus aventuras expansionistas arrastrándola en contra de su voluntad.

Esta disociación, esta doble naturaleza de Imperio expansivo y Democracia interna está en la propia génesis de EEUU como nación y recorre toda su historia.

En 1845, y al grito de “Recordad El Álamo””, el ejército norteamericano declara la guerra a Méjico. Hoy sabemos que la supuesta heroica gesta de El Álamo, donde un puñado de norteamericanos habrían resistido hasta el límite para ser finalmente degollados por los mejicanos, nunca existió. Pero su invención fue la excusa para arrebatarle a Méjico cerca de un 50% de su territorio.

En 1898, la falsa acusación contra España de haber provocado la voladura del acorazado El Maine fue el pretexto para declararnos la guerra y anexionarse Cuba, Puerto Rico, Filipinas y Guam, otra vez a costa del mundo hispano. Descartada la intervención española por la comisión que lo investigó, es más que presumible que fueran ellos mismos quienes provocaron el hundimiento causando la muerte de 300 de sus marinos. Una gigantesca campaña de prensa bajo la consigna de “Recordar el Maine” permitió movilizar a los sectores de la clase política y de la opinión pública inicialmente contrarios a la guerra hacia su aprobación.

“Usted envíeme las imágenes que yo le mandaré la guerra”” 

había dicho unos meses antes el magnate de los medios de comunicación Hearst a su corresponsal en La Habana.

Todavía existen serias dudas sobre el acontecimiento que provocó la entrada en la I Guerra Mundial de EEUU: el ataque de los submarinos alemanes contra el Lusitania, un trasatlántico norteamericano. De lo que no existe ninguna, porque así lo confirma la correspondencia entre Churchill y Roosevelt, es que la inteligencia norteamericana y el alto mando conocían de antemano el ataque japonés sobre Pearl Harbour. Dejaron que se consumara, sacrificando la vida de 2.500 de sus soldados, a fin de tener el argumento que precisaban para entrar en la II Guerra Mundial.

“Cada día que pasa siento un mayor temor del poder que ha alcanzado el complejo militar industrial”

 la frase pronunciada por el presidente Eisenhower es la clave para comprender uno de los episodios no aclarados de la reciente historia norteamericana; el asesinato de Kennedy (JFK). Inicialmente presentado como una intervención cubana, el magnicidio ha sido objeto de sospechas más que fundadas que apuntan a la CIA y los sectores más duros del Pentágono; su objetivo, eliminar el obstáculo de un presidente demócrata reticente a las aventuras expansionistas imperiales y sustituirlo por Jonhson, bajo cuyo mandato y con la excusa de otro incidente inventado en el golfo de Tonkin, se inició la escalada bélica en Vietnam.

También Iberoamérica conoce en sus entrañas la infinidad de provocaciones y auto-agresiones organizados por la CIA para justificar la intervención de los marines o de sus gorilas golpistas formados en la Escuela de las Américas. La historia de la expansión del poder imperial norteamericano está plagada de auto-ataques.

En unos casos organizados por ellos mismos, en otros induciéndolos, en otros consintiéndolos. De cualquier forma, cada uno de estos ataques, cada una de estas provocaciones, estaba hecha para que el Imperio mandara sobre la Democracia, para arrastrarla y someterla a la utilización de la fuerza necesaria para expandirlo.

En la actualidad este problema se ha visto agudizado hasta el límite con la elección de Bush: un presidente colocado con fórceps y cuya elección ha puesto en cuestión la democracia interna, rebajándola al nivel de una república bananera, como la propia prensa norteamericana calificó lo sucedido en Florida. Tenía que haber proyectos y propuestas muy poderosas para desprestigiar de esta forma el sistema democrático norteamericano ante el mundo entero y ante los ojos de su propio pueblo. Algunas de estas propuestas ya las conocemos: escudo antimisiles, negativa a firmar el protocolo de Kioto, ruptura de los tratados internacionales, abandono de la conferencia contra el racismo... Otras están todavía por ver.

Bush es un presidente alumbrado mediante un golpe contra el régimen democrático que ha propiciado una sistemática voladura de todos los tratados internacionales. Y lo hace a una velocidad inaudita. Pero los sectores más duros del complejo militar industrial han de enfrentarse a dos problemas combinados para llevar adelante sus proyectos Por un lado, cada uno de los movimientos de Bush en sus escasos 9 meses de presidencia revela una determinación implacable para desmontar el modelo de hegemonía consensuada elaborado por Clinton.

El proyecto anterior estaba avalado por los sectores de la burguesía monopolista norteamericana más dinámicos y competitivos en el plano económico, aquellos que buscan crear una suerte de gobierno mundial consensuado entre EEUU y sus rivales, un equilibrio estable en el que EEUU como primera potencia ejercería el papel central de árbitro político, una hegemonía indiscutible pero consensuada. Por el contrario, Bush ha dejado claro que busca establecer una distancia sideral con el resto de potencias, distancia en todos los terrenos pero sobre todo en el militar, que asegure el disciplinado acatamiento de los demás a una hegemonía impuesta sin necesidad de consensos ni engorrosas negociaciones.

Un proyecto que no es posible llevar adelante por las buenas, sino hacerlo sin piedad y a costa de lo que sea. Y para el que necesitan, imperiosamente, romper con lo que saben que es una de sus mayores debilidades: un pueblo que no está dispuesto a seguir al imperio en sus aventuras militares.

 Y este es el segundo problema al que se enfrentan. Como reconocen los propios estrategas y analistas norteamericanos, el ejercicio de un poder imperial sostenido es incompatible con el “hedonismo personal” y el “escapismo social” dominantes en la sociedad norteamericana.

Como afirma el ex consejero de seguridad nacional de Carter, Z. Brzezinski, entre el pueblo norteamericano existe “un fuerte rechazo contra todo uso selectivo de la fuerza que suponga bajas, incluso a niveles mínimos”. Como consecuencia, es

“cada vez mayor la dificultad para movilizar el necesario consenso político a favor de un liderazgo sostenido, y a veces también costoso, de los EEUU en el exterior”.

 Movilizar ese consenso necesario para anular la iniciativa del otro sector de la burguesía monopolista yanqui y arrastrar al pueblo tras las necesidades militares del Imperio, esto es lo que está en el origen de todos los auto-ataques, en cualquiera de sus formas. Cualquier acontecimiento en los EEUU es necesario leerlo desde esta tradicional lucha entre Imperio y Democracia, desde esta doble naturaleza que divide la sociedad norteamericana, el seno mismo de su clase dominante, sus instituciones y su pueblo. Auto-ataques provocados, ataques inducidos, provocaciones consentidas. Ocurrió con El Álamo, ocurrió con el Maine, ocurrió en Pearl Harbour, ocurrió en Tonkin... Quien ha padecido ahora es el pueblo de Nueva York, pero no hay que olvidar quién impone esta tradición histórica: al Imperio, cada vez más, le estorba la Democracia. Es muy posible que la cadena de horrendos ataques haya sido obra de los talibanes, pero esto no altera la sustancia del problema. También en Pearl Harbour el ataque fue obra de los japoneses.

 ¿Es creíble pensar que los talibanes, creados, financiados, armados y formados por la CIA para combatir la invasión soviética de Afganistán, no estén infiltrados de algún modo por ellos?

¿Nos quieren hacer creer que el FBI o la CIA no sabían nada de esto? No podemos decir en qué consiste la trama, no disponemos de las fuentes de información necesarias.

Pero si ellos hicieron la guerra bajo la consigna de “Recordar el Maine”, ahora Sí; ahora todos los pueblos del mundo tenemos que recordar El Maine, recordar Pearl Harbour, recordar el asesinato de Kennedy... Porque no tendremos los datos, pero sí la memoria.

Publicado el 14 de septiembre de 2001 en la edición impresa de De Verdad

domingo, 15 de noviembre de 2015

Más de 120 muertos en una cadena de atentados en París

El terrorismo siempre es fascismo 

Nuestra más enérgica condena por los criminales atentados de París y nuestra más profunda solidaridad con el pueblo de Francia. No pasarán.



Seis ataques terroristas casi simultáneos en Paris con tiroteos, bombas y una trágica toma de rehenes han segado la vida de 120 personas y producido 200 heridos, 80 de ellos graves. 

Vaya por delante la más enérgica condena de los comunistas de UCE a esta abyecta matanza terrorista y a sus responsables, así como nuestra más profunda solidaridad con el pueblo francés en estas horas negras. 

El terrorismo es fascismo, venga de donde venga y se disfrace de la justificación que quiera, sea política o religiosa. 

El terrorismo se basa en el principio de que "el fin justifica los medios", que el terror y la fuerza es un medio tan bueno como cualquier otro para imponer un proyecto político. Y eso es precisamente el centro nodular ideológico del fascismo. 
El terrorismo y su obscena base de principios nunca es, ni ha sido, ni será, una herramienta en manos de los revolucionarios, de todos los que queremos un futuro para la humanidad libre de explotación ni opresión. 
El terrorismo nunca es, ni ha sido, ni será "de los pueblos". 
Los pueblos, incluso los pueblos en armas, no utilizan el terror ni la matanza indiscriminada de gente inocente para defender sus derechos. 
El terrorismo siempre es "de Estado", siempre sirve en última instancia sirve para hacer avanzar oscuros y subterráneos intereses y proyectos de grandes portencia mundiales y de poderosas clases dominantes. 
Desde esta posición de principios, con la que hemos combatido el terrorismo de ETA, del islamismo radical, el terrorismo de "ultraizquierda" o de ultraderecha, los comunistas de UCE decimos: EL TERRORISMO es FASCISMO. 

Basta ya.

lunes, 19 de octubre de 2015

Declaración de principios



El revisionismo es el más venenoso enemigo de la revolución

Hoy se libra en todo el mundo una batalla gigantesca. Bajo la bandera del comunismo se amparan dos posiciones de clase antagónicas, dos corrientes ideológicas y políticas irreconciliables: el marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tse-tung y el revisionismo contemporáneo. Ambos se disputan la dirección del movimiento revolucionario y de la clase obrera de todos los países. De quién vencerá a quién depende el porvenir de la humanidad por muchas largas décadas.



Acontecimientos de este cariz no son nuevos en la historia del Movimiento Comunista Internacional. El marxismo-leninismo ha nacido, se ha desarrollado y se ha fortalecido en una lucha constante entre la ideología burguesa y la ideología proletaria. Establecer una clara línea de demarcación entre las posiciones proletarias y las posiciones burguesas ha sido, y es, una cuestión de vida o muerte para el avance de la revolución.

Marx y Engels, en la época del capitalismo de libre competencia, establecieron las bases de la ideología proletaria, armaron a la clase obrera con los fundamentos de una teoría científica capaz de guiarle en el proceso revolucionario. Fue un largo y cruento combate principalmente en el terreno de la teoría, contra toda la gama de socialismos utópicos y en especial el anarquismo, es decir: contra la forma que entonces tomaba la ideología burguesa entre la clase obrera; durante toda la segunda mitad del siglo XIX, a finales del mismo el marxismo ha vencido, ha pulverizado los socialismos utópicos y es ya la ideología dominante del movimiento obrero mundial. A partir de este momento, la lucha entre la ideología burguesa y la ideología proletaria por la dirección del movimiento obrero pasó, en lo principal, de ser un ataque frontal al marxismo a realizarse en el propio terreno de la teoría marxista. Las más sólidas fortalezas se toman mejor desde dentro.

Al Partido Bolchevique, creado y guiado por Lenin, le corresponde defender y desarrollar el marxismo en la segunda gran encrucijada histórica que se le presenta a la clase obrera. La aparición del capitalismo monopolista y la difusión de la ideología burguesa dentro mismo de los partidos marxistas planteaba problemas que Marx no había podido prever. El Partido Bolchevique, dirigido por Lenin, resuelve la cuestión de la toma del poder por el proletariado en la época del imperialismo. El instrumento decisivo para ello es un partido de nuevo tipo, un partido de corte leninista.

En la Revolución de Octubre, con el derrocamiento de la burguesía y la instauración de la Dictadura del Proletariado, el marxismo pasa de ser teoría y sueños a ser una resplandeciente realidad de todo el pueblo soviético. Se abre una nueva época para toda la humanidad: la época de la Revolución Proletaria Mundial. Esta gran victoria fue únicamente posible por el encarnizado combate que previamente Lenin y el Partido Bolchevique llevaron a cabo, principalmente en el terreno de la teoría, contra la nueva forma que había adoptado la ideología burguesa dentro del movimiento marxista, por el encarnizado combate y el desenmascaramiento total del carácter revisionista de los partidos socialdemócratas de la II Internacional.

En nuestro tiempo, con la aparición del revisionismo contemporáneo y la transformación del Estado Soviético de un Estado de Dictadura del Proletariado en un Estado de Dictadura de la Burguesía, se abre otra gran encrucijada para la Revolución Mundial. El revisionismo contemporáneo, cuyo principal baluarte y foco de expansión es el Partido Comunista de la Unión Soviética, niega de diversas y sutiles formas los principios esenciales del marxismo revolucionario, niega, en sustancia, el antagonismo entre las clases, entre explotadores y explotados, entre opresores y oprimidos. Borra constantemente la línea de demarcación entre los amigos y los enemigos, su función es extraviar y desalentar a los pueblos, mantenerlos sometidos y explotados. Muchos antiguos partidos comunistas de distintos países han sucumbido a esta corriente, se han transformado en su contrario, de ser la vanguardia del proletariado han pasado a ser agentes de la burguesía y el imperialismo en el seno de la clase obrera.

EL MARXISMO-LENINISMO-PENSAMIENTO MAO TSE-TUNG ES UN ARMA INVENCIBLE DE LA CLASE OBRERA

El Partido Comunista Chino, guiado por el camarada Mao Tse-tung, ha sabido dar una justa respuesta, teórica y práctica, a los nuevos y complejos problemas que se planteaban a la Revolución Proletaria Mundial en nuestros días. Ha defendido los principios del marxismo-leninismo frente al revisionismo contemporáneo y los ha desarrollado de forma creadora, haciendo dar al marxismo-leninismo un gran salto hacia delante, convirtiéndolo en un arma aún más poderosa para destruir a la burguesía y el imperialismo y conquistar un futuro infinitamente luminoso y feliz para todos los pueblos del mundo. El marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tse-tung es un arma invencible para la clase obrera. La transformación del Estado Soviético en un Estado de Dictadura de la Burguesía es un problema sin precedentes en la historia del marxismo.

El Partido Comunista Chino, guiado por el camarada Mao Tse-tung, ha sabido darle una justa respuesta, una respuesta al problema central de la revolución proletaria en nuestro tiempo: la continuación de la revolución bajo las condiciones de Dictadura del Proletariado.

El pensamiento Mao Tse-tung señala expresamente por primera vez en la historia del desarrollo del marxismo que una vez culminada en lo fundamental la transformación socialista de la propiedad de los medios de producción, subsiste y subsistirá por largo tiempo la lucha entre el proletariado y la burguesía, entre la vía socialista y la vía capitalista, señala que bajo la dictadura del proletariado el blanco son principalmente los cuadros seguidores de la vía capitalista dentro mismo del Partido Comunista, fundamentalmente en las altas esferas del Partido.

Esta gran aportación teórica del pensamiento Mao Tse-tung tiene una importancia capital, permite prevenir el peligro de restauración del capitalismo y permite a la clase obrera y al pueblo desenmascarar al revisionismo.

La Gran Revolución Cultural Proletaria supone el momento decisivo de la ruptura entre el pensamiento Mao Tse-tung y el revisionismo contemporáneo; como la Revolución de Octubre supuso el momento decisivo de la ruptura entre el leninismo y el revisionismo de la II Internacional. En ella son sometidas al fuego de la práctica nuevas aportaciones del pensamiento Mao Tse-tung y el Partido Comunista Chino y el Movimiento Comunista Internacional obtiene un enorme triunfo sobre el revisionismo.

La necesidad de apoyarse en las amplias masas para la lucha de clases, la plena manifestación de ideas, el dejar a las amplias masas que se liberen a si mismas y no manejar todos los asuntos en su nombre es una gran enseñanza del pensamiento Mao Tse-tung rubricada por la Gran Revolución Cultural Proletaria.

La distinción de dos tipos de contradicciones diferentes, las contradicciones en el seno del pueblo y las contradicciones con el enemigo y la posibilidad, en base a un tratamiento correcto, de unir al 98 por cien de la población contra el puñado de reaccionarios y revisionistas que se oponen a la construcción del socialismo, es otra gran enseñanza del pensamiento Mao Tse-tung rubricada por la Gran Revolución Cultural Proletaria.

La gran importancia de la lucha de clases a nivel ideológico: "cuando una clase quiere tomar el poder, primero crea un clima de opinión". El hecho de que el poder político se pueda dirimir fundamentalmente en el terreno ideológico bajo las condiciones de Dictadura del Proletariado, es la tercera gran enseñanza del pensamiento Mao Tse-tung rubricada por la Gran Revolución Cultural.
La Revolución Cultural Proletaria significa, pues, un triunfo decisivo de la clase obrera y el pueblo chino y de la clase obrera y el pueblo de todos los países del mundo sobre el revisionismo y el imperialismo. Sus enseñanzas tienen un valor universal.

El Partido Comunista de China, guiado por el camarada Mao Tse-tung, ha denunciado el revisionismo moderno cuyo principal foco de expansión es el Partido Comunista de la Unión Soviética y ha puesto de manifiesto la naturaleza socialfascista y socialimperialista del Estado soviético, contribuyendo así decisivamente al avance revolucionario de todos los pueblos del mundo.
El Partido Comunista de China ha demostrado, partiendo del marxismo-leninismo y analizado la realidad soviética, cómo la burguesía burocrática de nuevo tipo, gestada principalmente en el seno del Partido del Proletariado, ha arrancado el poder a la clase obrera: ha sustituido la Dictadura del Proletariado, que significaba la más amplia democracia para la inmensa mayoría de la población, por un régimen policíaco y terrorista de tipo fascista, anega al pueblo soviético con la difusión de los valores ideológicos burgueses en su forma fascista, fomentando el culto servil a la autoridad, el miedo y la más degradante moral en todas las esferas de la vida; ha convertido a la economía socialista en economía capitalista.

Esta burguesía burocrática de Estado mantiene una política exterior de tipo imperialista, sojuzga y explota a las nacionalidades no rusas de la propia URSS y a otros países, llegando en algunos casos a la ocupación militar directa (Checoslovaquia). Se colude y rivaliza con el imperialismo yanqui ensombreciendo el planeta con un horizonte de guerra y mantiene hacia los pueblos oprimidos una criminal política de agresión, expansión, intervención y subversión, con el único afán de dominar el mundo Por eso los pueblos lo van conociendo como socialimperialista y socialfascista, esto es, socialista de nombre e imperialista y fascista de hecho.

El Partido Comunista de China guiado por el camarada Mao Tse-tung, partiendo del marxismo-leninismo y valiéndose del método de análisis de clase, ha analizado el desarrollo y los cambios de las contradicciones fundamentales en el mundo actual y ha determinado la línea estratégica para el proletariado revolucionario internacional

El pensamiento Mao Tse-tung ha desarrollado creadoramente también el marxismo-leninismo en distintos dominios. Ha hecho valiosas aportaciones sobre la filosofía marxista-leninista (materialismo dialéctico); sobre la concepción de un ejército popular de nuevo tipo; sobre el tratamiento de las contradicciones en el partido etc.... Así por ejemplo, ha profundizado en el concepto leninista de la revolución ininterrumpida y por etapas. Veamos con más detalle esta cuestión. En cada etapa el proletariado debe establecer alianzas con las clases y capas del pueblo interesadas en derrocar al enemigo principal. Estas alianzas se establecen observando los intereses de cada una de ellas y se plasman en la creación de un frente unido de todo el pueblo bajo la dirección de la clase obrera; pero teniendo siempre presente la independencia orgánica, política e ideológica del proletariado. La relación que ha de existir entre las diversas clases en este frente unido se sintetizan en el principio: "ni unidad sin lucha, ni lucha sin unidad". Según el sistema de alianzas de clase establecidas por el proletariado durante el proceso revolucionario y la etapa por la que éste atraviesa, la Dictadura del Proletariado adopta diversas formas. Lo que tienen en común todas ellas es la hegemonía del proletariado concretada en que el poder político es ejercido, en última instancia, por la clase obrera, sirviéndose como instrumento para ello de su partido, y en que la ideología comunista se va afianzando progresivamente en la conciencia del pueblo.

El revisionismo contemporáneo aún es muy fuerte. Existen poderosos partidos revisionistas y existe un influjo permanente de la ideología revisionista sobre los nacientes partidos marxistas-leninistas, que les lleva a veces a mantener fuertes vacilaciones de oportunismo de derechas; pero es inevitable la bancarrota del revisionismo y el imperialismo y el triunfo de todos los pueblos del mundo. Mantener una posición firme, clara y tajante, sin asomo de confusión respecto a la ruptura entre el marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tse-tung y el revisionismo contemporáneo es, pues, una cuestión de la más vital importancia para la revolución.

SOBRE LA CUESTION DE STALIN

La lucha entre el marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tse-tung y el revisionismo contemporáneo se da de forma particularmente enconada sobre un problema que preocupa seriamente a muchos revolucionarios, sobre la cuestión de Stalin.

Ante este problema se pone de manifiesto con especial nitidez la diferencia en cuanto a posición, punto de vista y método entre el marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tse-tung y el revisionismo contemporáneo a la hora de encarar la realidad, esto es, los opuestos objetivos, los opuestos intereses de clase de cada uno.

El revisionismo contemporáneo fija su atención en la persona de Stalin y lo presenta como un demonio. Le imputa los más desenfrenados crímenes y explica que la causa hay que buscarla en una desviación, "el culto a la personalidad". El problema no es jamás planteado en términos de clases y lucha de clases y queda corno el caso de un individuo que goza de extraordinario poder y es un asesino, como un caso "patológico".

Al presentarlo así busca un triple objetivo:

En primer lugar, desacreditar el primer Estado de Dictadura del Proletariado y con él la Dictadura del Proletariado misma.

En segundo lugar, desorientar y, desmovilizar a las masas que se enfrentan a un problema que no es explicado en términos de lucha de clases y por tanto no es transformable por ellas.

En tercer lugar, lanzar una cortina de humo sobre los errores del PCUS en tiempos de Stalin que han contribuido a la aparición del socialfascismo en la URSS, pone a salvo la burguesía burocrática fascista soviética.

Para el marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tse-tung, la cuestión de Stalin es la cuestión de la defensa de la Dictadura del Proletariado, la toma de posición respecto al carácter dominantemente proletario o no del Partido Comunista de la Unión Soviética y de todo el Movimiento Comunista Internacional en este periodo.

La valoración que hace el Partido Comunista de China «y con él el movimiento marxista-leninista internacional» que ha analizado cuidadosamente este periodo y ha sacado experiencias extremadamente valiosas para la revolución mundial, es que el PCUS y la URSS fueron en este tiempo, en lo principal, un partido proletario y un Estado de Dictadura del Proletariado y que Stalin, a la cabeza del PCUS, defendió con firmeza el marxismo-leninismo y la Dictadura del Proletariado frente a los ataques de la burguesía.

No obstante, durante ese tiempo, el PCUS, guiado por Stalin, cometió errores que tuvieron dañinas consecuencias para la revolución mundial. Algunos de estos errores fueron de principios, tenían por tanto un carácter muy grave.

Stalin partía de un punto de vista metafísico a la hora de analizar la sociedad soviética, no partía suficientemente del principio esencial de la dialéctica de que todas las cosas, incluso las cosas socialistas, son una unidad de contrarios. No distinguía entre las contradicciones en el seno del pueblo y las contradicciones con los enemigos. Esto le llevó a tratar como contradicciones antagónicas contradicciones que no lo eran. Amplios sectores de las masas soviéticas y de buenos comunistas del Partido Bolchevique pagaron duramente este error.

Así mismo respecto al internacionalismo proletario Stalin y con él el PCUS, mostraron cierta tendencia al chovinismo de gran nación, causando serios perjuicios a los intereses de algunos países, pueblos y partidos.

A pesar de estos graves errores, debemos defender a Stalin, tratarlo como a un camarada. Aunque, como dicen los camaradas chinos "la cuestión de Stalin es extremadamente compleja y no se resolverá en este siglo", hoy, su defensa frente a los ataques del revisionismo y de la burguesía en general, es un punto de demarcación entre las posiciones proletarias y las burguesas.
Nuestro partido guía pues su pensamiento y su acción por la línea ideológica que lleva desde Marx, Engels, y Lenin, pasando por Stalin, a Mao Tse-tung.


viernes, 14 de agosto de 2015

la revolución cubana

La revolución que nunca pudo ni debió pensarse 

Por encima de sus muchos logros -y errores- el valor principal de la revolución cubana sigue siendo la implacable voluntad de un pequeño pueblo por transgredir las normas del orden mundial dominante 



Pese a que, a diferencia de Puerto Rico, Filipinas o la isla de Guam, EEUU no consigue tras la guerra hispano-norteamericana de 1898 anexionarse directamente a Cuba como una colonia más, el estatus de la isla va a derivar inmediatamente en una situación de semicolonia yanqui. 

A los Tratados de París que siguen a la guerra y en los que España renuncia a su soberanía sobre la isla, le sucede la famosa enmienda Platt, que obliga a introducir en la nueva constitución cubana tres puntos que dejan la independencia y la soberanía del país en manos de Washington. 
Por el primero de ellos Cuba se obliga a permitir la instalación de bases militares yanquis en su territorio sin más límites que los intereses del ejército norteamericano. 
El segundo prohíbe a Cuba firmar tratados internacionales o endeudarse con cualquier país del mundo sin la aprobación de EEUU. 
El tercero, finalmente, autoriza a las fuerzas armadas norteamericanas a intervenir en el país para “el mantenimiento de un gobierno adecuado”. 
A lo largo de más de 30 años, la enmienda Platt va a asegurar el dominio militar, político y económico norteamericano sobre Cuba. 
No será hasta 1934, cuando EEUU considera que dispone ya de los suficientes recursos internos en la isla y una casta burocrática político-militar vinculada y orgánicamente dependiente de Washington cuando la enmienda será derogada. Ya entonces, Fulgencio Batista forma parte destacada de esta casta político-militar, siendo Coronel Jefe del ejército cubano, miembro de la ‘Pentarquía’ que dirigirá el país entre 1934 y 1940 y presidente en solitario hasta 1944. Desde su cargo de jefe del ejército, Batista se convierte desde entonces en un hombre clave de EEUU para los asuntos de la isla. Y a él va a recurrir –a través de la CIA y el Pentágono– el grupo Rockefeller cuando el presidente Carlos Prío Socarrás, en los inicios de la década de los 50, comienza a poner reparos y pequeños obstáculos a los negocios previstos por el grupo en la industria del níquel en Cuba. El 7 de marzo de 1952, los gobiernos de Cuba y EEUU firman un Acuerdo de Asistencia Mutua para la Defensa. 72 horas después, Fulgencio Batista da el golpe de Estado. No sin antes entrevistarse, en la madrugada del mismo 10 de marzo, con el coronel Fred G. Hook, Jr., jefe de la Misión de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos en Cuba, quien no tendrá empacho en afirmar horas después que “si esto tenía que suceder, Batista era el mejor hombre para el puesto”.

Las visitas de altos mandos de la CIA, representantes del grupo Rockefeller, del trust del acero (la United States Steel Co., propiedad del grupo Carnegie) o de las grandes compañías multinacionales de la alimentación norteamericana se suceden en las semanas siguientes. Al apoyo público y expreso al dictador, se añaden las nuevas y suculentas concesiones económicas, políticas, militares y de inteligencia que Batista concede a EEUU.

Pero la casta burocrática que sustenta a Batista no se conforma con esto. Y descubre una nueva fuente de lucrativos negocios en el trato con los jefes de la mafia norteamericana de Florida. En una serie de artículos titulados “Dinero mafioso, bonanza cubana”, el New York Daily News saca a la luz en enero de 1958 el proyecto conjunto entre la mafia de los Estados Unidos y una serie de corruptos personajes cercanos a Batista, cuyo objetivo es transformar el malecón de La Habana en la mayor y más lujosa cadena de casinos de juego del mundo, desplazando incluso a Las Vegas.

Al grado de intervención de EEUU en la isla se le suma una represión y una corrupción jamás vistas en la isla. Los viejos partidos políticos, presos de sus propias redes de vinculación a EEUU son incapaces, pese a sus protestas, de representar ninguna alternativa para el pueblo cubano. Bajo la falsa apariencia de una próspera estabilidad, se está en realidad gestando, en torno al núcleo opositor articulado alrededor de Fidel Castro, el estallido revolucionario que a través de distintas etapas (asalto al cuartel de Moncada en julio de 1953, desembarco del Granma en diciembre de 1956) va a terminar definitivamente con este estado de cosas.

miércoles, 12 de agosto de 2015

Felicidades comandante

La revolución que nunca pudo ni debió pensarse 

Por encima de sus muchos logros -y errores- el valor principal de la revolución cubana sigue siendo la implacable voluntad de un pequeño pueblo por transgredir las normas del orden mundial dominante 




El 1 de enero de 1959, el dictador Fulgencio Batista -aupado al poder 7 años antes por Washington- huye precipitadamente de La Habana hacia Santo Domingo ante el avance de las tropas revolucionarias que desde la Sierra Maestra se despliegan ya sin oposición por toda la isla.

Siete días después, el 8 de enero, el Estado Mayor de la revolución cubana, comandado por Fidel Castro, Ernesto Ché Guevara y Camilo Cienfuegos, hace su apoteósica entrada en la capital, donde decenas de miles de habaneros los reciben entusiasmados con gritos de apoyo a los revolucionaros y vivas a la patria libre.
En ese mismo instante concluyen 70 años de ominosa opresión semicolonial por parte de EEUU. Una pequeña isla caribeña situada a poco más de cien kilómetros de las costas de Florida se ha atrevido a pensar lo impensable, a imaginar y a realizar lo que hasta entonces parecía inimaginable. En la misma puerta del patio trasero de la primera superpotencia hegemonista de la historia, en el corazón del mar Caribe, que desde el siglo XIX los yanquis habían considerado su “mare nostrum”, un grupo de revolucionarios –los ‘barbudos’, nombre con el que el pueblo denominaba cariñosamente a los revolucionarios del Movimiento 26 de Julio– no sólo se atreven a desafiar al omnímodo poder del Imperio, sino que lo derrotan, alcanzan la independencia nacional de su país y van a ser capaces de mantenerla a lo largo de 50 años hasta nuestros días. El triunfo de la revolución cubana, y su pervivencia a lo largo de medio siglo, es sin lugar a dudas uno de los acontecimientos de mayor trascendencia histórica de la segunda mitad del siglo XX, en particular para los pueblos del mundo hispano.

Por encima de sus muchos logros sociales, y también de sus innegables deficiencias y errores, el valor principal de la revolución cubana sigue siendo la implacable voluntad de un pequeño pueblo por transgredir las normas del orden mundial dominante.
Un orden mundial en el que no es tan siquiera imaginable que una pequeña nación, con apenas 11 millones de habitantes, sea capaz de conquistar y mantener su independencia, su capacidad de decidir por él mismo su destino.
Y hacerlo en las mismísimas barbas del imperio más poderoso que ha existido en la historia de la humanidad. De acuerdo con la lógica del orden mundial hegemonista, la revolución cubana es un hecho que jamás debió ocurrir, que nunca pudo ni debió pensarse siquiera.
Y que, en todo caso, debía haber sido eliminada de raíz nada más producirse. Eso es lo que está en la lógica del imperialismo. Y sin embargo, la tenacidad, la dignidad, el orgullo, el patriotismo del pueblo cubano ha hecho que lo que era inimaginable ocurriera. Que David derrotara a Goliat. Y no una sola vez, sino múltiples veces a lo largo de medio siglo. Resistiendo a invasiones, sabotajes de todo tipo, infinitos intentos de asesinato de sus líderes, actos de terrorismo de la peor especie, un despiadado embargo económico y comercial,...
Muy por encima de cualquier otra consideración, este fermento antiimperialista, esta voluntad de conquistar y mantener a toda costa la independencia política de Cuba es, de lejos, el mayor logro y la más valiosa enseñanza que la revolución cubana ofrece a todos los pueblos del mundo, pero de forma especial, hay que insistir en ello, al mundo hispano.
Incluso en los momentos en que mayores han sido las desviaciones de la revolución –y que como veremos a lo largo del serial tienen su mayor exponente en los años 70, con el alineamiento incondicional del régimen cubano con el imperialismo agresivo y expansionista de la URSS– la preservación de la independencia política ha sido el norte estratégico que ha guiado a Cuba durante estos 50 años.
Lo que explica, a su vez, porque la isla fue uno de los pocos regímenes socialistas capaces de seguir en pie tras la caída de la URSS. Pero todo esto lo veremos con más detalle a través de las sucesivas entregas del serial que ahora comenzamos, y en los que abordaremos las distintas etapas que ha recorrido la revolución.

Desde la toma del poder hasta la invasión de Bahía de Cochinos, desde la crisis de los misiles hasta la salida del Ché.
Desde la actuación del ejército cubano en África hasta la crisis de los balseros en los 90 o el papel y el ejemplo de Cuba en la formación del frente antihegemonista en Iberoamérica coincidiendo con el cambio de siglo.

miércoles, 22 de julio de 2015

Comienzos del Siglo XX





El salto al Imperialismo.






Iª TESIS:

España abre el siglo XX –justo cuando el capitalismo ha culminado el salto a su fase imperialista y
un pequeño puñado de grandes potencias se han repartido el mundo por completo– sometida a una drástica degradación, a una permanente intervención política y militar, condenada a un desarrollo económicolimitado, subordinado a las necesidades del capital extranjero y que nos impone un gigantesco saqueo exterior de las riquezas nacionales.

Cuando el mundo pasa a dividirse entre países imperialistas y pueblos y naciones sometidos,
España ocupará el segundo lugar.

-En 1900 el mundo ya está enteramente repartido entre un pequeño puñado de grandes potencias
imperialistas. Inglaterra clava su bota desde Egipto hasta la India. Francia construye su imperio colonial en Africa y Asia. Alemania, que a principios del XIX todavía era una confederación de pequeños estados, acomete un proceso imparable de expansión. EEUU se convertirá en los primeros años del siglo XX en líder de la producción mundial y acelera su expansión en lo que considera su “patio trasero”. Incluso Italia culmina un proceso de unificación que será al mismo tiempo un “risorgimento” nacional, fijando sus ojos en los Balcanes, el norte y el este de África.

Por el contrario, para España el paso al imperialismo supondrá un nuevo descenso en su degradación
en el concierto de naciones. Si el Imperio Británico había despiezado el mundo hispano, sometiendo a los nuevos Estados a una férrea dependencia, EEUU se apoderará de Cuba, Puerto Rico o Filipinas, convirtiéndolas en colonias de facto.

Territorio colonial conquistado por las principales potencias durante el periodo 1800-1914
País millones de
 KM cuadrados      habitantes
Inglaterra  33,5          393,5
Francia     10,6            22,3
Alemania   2,9              9,7 
EEUU       2,7             10,2  
España   -22,7         -189.8


-A través de la intervención político-militar del imperialismo sobre el corazón del Estado y de la
nueva oligarquía se impone un desarrollo capitalista limitado, subordinado a los intereses de las principales potencias imperialistas y con una abrumadora presencia del capital extranjero monopolizando las principales fuentes de riqueza.

El grado de desarrollo español (o mejor dicho de subdesarrollo por debajo de las potencialidades
nacionales) limitado por la dependencia y el saqueo exterior, se aleja cada vez más de las grandes potencias que han dado el salto al capitalismo monopolista. Si en 1875 la renta española por habitante suponía el 45% de la británica y el 56% de la estadounidense, en 1914 este porcentaje ha descendido hasta el 40% y el 39%.

A pesar de que a principios del siglo XX se forman los primeros grandes bancos nacionales (Bilbao y
Vizcaya en Euskadi, Hispanoamericano o Banesto en Madrid) que se convertirán en los nódulos de la oligarquía financiera, en 1900 el sistema financiero español sigue dominado por el gran capital francés.

La base material de la nueva oligarquia española sigue siendo extremadamente débil. En 1900 la suma de los activos totales de todos los bancos españoles suponía solo el 39% del PIB español, muy lejos de la media del 104% del resto de Europa.

Y el mayor banco español, Banesto, se formará en 1902 por iniciativa del Paribas francés. Hasta 1927
será dirigido por un comité desde París, y estará obligado a entregar el 40% de sus negocios más lucrativos a la matriz francesa.

Los sectores económicos más rentables siguen bajo dominio de un capital extranjero con una
presencia abrumadora. El 70% de las vías ferreas españolas seguía controlado en 1900 por el gran capital francés (los Periere y los Rotschild).

La misma extensión de las vías férreas, uno de los principales motores del impulso del capitalismo en el siglo XIX, evidencia el grado de postración español.

Comparación kilómetros de vías férreas en 1890
País Miles de Kmts
EEUU            268
Inglaterra       107
Alemania         43
Francia             41
Rusia               32
España            10

En 1900 el 70% de la producción minera española sigue en manos del capital extranjero. La mayor
parte de la producción se destina a la exportación (por ejemplo, el 90% del hierro español se dirige a Inglaterra y Alemania), al servicio de las necesidades de la gran industria de la principales potencias.
En 1902 se forman los Altos Hornos de Vizcaya, la primera gran industria con capital español. Pero está a años luz de la gran producción desarrollada por las principales potencias. Entre 1885 y 1905 se cuadruplica en España la producción de acero, pero significa apenas el 0,02% de la producción alemana.

El desarrollo de las grandes industrias de la segunda revolución industrial a finales del XIX y principios del XX (electricidad, química, petróleo...) tendrá también una abrumadora presencia del capital extranjero, especialmente alemán y norteamericano.

Será necesario el debilitamiento de las grandes potencias imperialistas a raíz de la Iª Guerra
Mundial para que la economía española dé un salto. Y habrá que esperar hasta el régimen de Primo de Rivera donde se cuestionarán los intereses imperialistas tradicionales en España, para que se desarrolle verdaderamente el capitalismo monopolista en nuestro país a partir de 1923. Es decir, prácticamente con 50 años de retraso frente a las potencias desarrolladas.

-Ante el temor a la irrupción del proletariado revolucionario, la defenestración de la Iª Republica
supone la renuncia definitiva de la alta burguesía española a hacer su propia revolución, agudiza su entrega a las potencias imperialistas más poderosas del momento, y acelera la fusión entre los círculos más reaccionarios de la burguesía (terrateniente y bancaria) con la aristocracia terrateniente. Lo que lastrará su propio desarrollo económico.

No es ninguna “maldición bíblica” o “defecto congénito” de los españoles nuestro histórico atraso
económico, sino la existencia de una clase dominante entregada a la intervención imperialista la que desde entonces hasta hoy ha impedido el desarrollo de una economía avanzada.

-La restauración borbónica en la figura de un Alfonso XII apadrinado por Inglaterra abre un régimen que será la expresión más acabada del dominio imperialista y oligárquico.
El régimen de la Restauración, vigente hasta 1923, limitará la vida política nacional. Por arriba con una élite caduca y endogámica, directamente vinculada a la oligarquía y plataforma de intervención de las grandes potencias. Por abajo con un asfixiante dominio caciquil.

La ausencia de una revolución burguesa en España va a lastrar el desarrollo político y económico del país. Permitiendo la pervivencia de una desmesurada influencia de la aristocracia y la Iglesia. Manteniendo hasta bien entrado el siglo XX rasgos y estructuras feudales, sobre todo en el campo, que paralizaban el desarrollo capitalista.

En síntesis:

1º.- La burguesía española es débil porque es dependiente, y es dependiente porque está intervenida.

2º.- La intervención política y militar de las potencias imperialistas sobre el estado español busca sistemáticamente adueñarse de las principales fuentes de riqueza, siendo la causa principal del famoso “atraso español”.

3º.- El temor ante la irrupción del proletariado revolucionario, es el factor determinante para que la burguesía española renuncie a hacer su propia revolución. Acelerando la formación de una oligarquía financiera y terrateniente congénitamente débil y subordinada a las potencias imperialistas.

miércoles, 15 de julio de 2015

III Marcha contra el paro, la precariedad, la pobreza y desigualdad




CUATRO DÍAS MARCHANDO BAJO EL SOL Y CON EL VIENTO DEL CAMBIO A FAVOR








Miles de personas han participado a lo largo del recorrido de la III Marcha contra el paro, la precariedad, la pobreza y desigualdad, en un ambiente reivindicativo y de fraternidad, así como en los diversos actos de presentación organizados en Vilanova i la Geltrú, Prat de Llobregat, Barcelona, Terrassa, Santa Coloma Gramenet, etc.

La marcha empezó el 6 de julio a las 9 horas en la Plaza de la Vila de Badalona y finalizó delante del Parlament el 9 de julio a las 19 horas.

A lo largo de cuatro días, andando bajo un sol implacable, las numerosas personas que participaron en la marcha con decenas de banderas representativas de la amplia pluralidad de entidades y organizaciones que la apoyaron, y de numerosas pancartas de colectivos y campañas como la semana de 30 horas, pasaron por Badalona, Santa Coloma de Gramenet, Montcada y Reixach, Granollers, Ripollet, Cerdanyola, Badía del Vallés, Barberá, Sabadell, Terrassa, Rubí, SEAT Martorell, Abrera, Sant Vicenç dels Horts, L’Hospitalet de Llobregat, hasta llegar a Barcelona.

A la entrada de las ciudades grupos numerosos de personas se concentraban  para recibir y acompañar la marcha, gentes de la Coordinadora de asambleas de trabajadores/as en paro de Catalunya, de la PAH, de los diversos sindicatos, pensionistas y iaioflautas, gentes del movimiento vecinal y del rico tejido asociativo de Cataluña, y de las organizaciones políticas que apoyaban la marcha. Las pancartas colgaban en las calles y plazas de las ciudades convocando y saludando la marcha.

En todos los ayuntamientos por los que pasó la marcha se realizaron concentraciones de apoyo para entregar la carta reivindicativa y explicar sus objetivos. En algunos ayuntamientos este acto se realizó en la sala de plenos municipal, o salas habilitadas al efecto, en otros se realizó a la entrada al ayuntamiento delante de las personas concentradas. Por lo general la actitud de las alcaldesas y alcaldes y de las representaciones municipales superó la mera cortesía protocolaria, y declararon sintonizar con los objetivos de la carta reivindicativa y su disposición a aplicarlos en el marco de sus competencias, o bien elevar mociones en apoyo de dichos objetivos hacia las instituciones de la Generalitat y del Estado español. 

El viento del cambio había entrado con diversa intensidad en los ayuntamientos, se sentía, se respiraba, especialmente por aquellos que habían participado en anteriores marchas como la II Marcha en octubre de 2010. Muchos alcaldes y alcaldesas nos esperaban en la plaza, o venían a recibirnos a la entrada de la ciudad o nos acompañaban hasta salir del municipio.


A todas las representaciones municipales se les agradeció su actitud de compromiso y se les invitó a llamar a la ciudadanía y los movimientos sociales cuando necesiten de su apoyo frente a la oposición y boicot de los poderes económicos y de la derecha conservadora, pero también se les  recordó que en caso de flaquear y no cumplir con el programa y los compromisos favorables  a la mayoría social, el pueblo acudirá a la plaza para exigir su cumplimiento y las responsabilidades pertinentes. 
La marcha no se limitó a caminar o concentrarse delante de los ayuntamientos, se difundieron a mano miles de diarios de la marcha, se realizaron actos reivindicativos delante de las oficinas del BBVA para protestar contra los desahucios, se protestó contra la privatización del agua en algunas localidades y se reivindicó su remunicipalización,  se reivindicó el carácter público de los hospitales en defensa de la salud. También se realizaron actos informativos en las plazas y locales de los pueblos. 

El primer día en la plaza de la “Porxada”  de Granollers se representó la obra de teatro “amb l’aigua al coll” por el colectivo de personas en paro de Olot, una magnífica obra por su testimonio y pedagogía, que alegró y refrescó los ánimos tras un día de marcha bajo un sol tórrido que nos hizo echar en falta la sombra de los árboles ausentes en la ribera del Besós.

La marcha que discurrió con gran precisión no hubiera sido posible sin la colaboración de mucha gente solidaria, también de algunos ayuntamientos, que  facilitaron avituallamiento de agua, que prepararon los almuerzos, comidas y cenas populares, o facilitaron transporte público.
Finalmente la marcha entró en Barcelona y tras disfrutar de la acogida  en Can Batlló, repuso sus fuerzas en el Parque de la España Industrial y en el Casinet de Hostafranchs, para reemprender a las 15:30 horas la andadura hasta la Plaza de Sant Jaume, donde la nueva alcaldesa Ada Colau, acompañado por el primer teniente de alcalde Gerardo Pisarello, y otros representantes municipales recibieron a la marcha en un salón del ayuntamiento donde se le entregó y explicó la Carta reivindicativa, para a continuación descender a la plaza de Sant Jaume y expresar su compromiso ante las personas concentradas.

 A continuación la marcha se dirigió al Parlament donde llegó sobre las 19 horas. Sendas delegaciones se entrevistaron con Anna Simó en ausencia de la Presidenta, y con  los grupos parlamentarios, a todos ellos se les hizo entrega de la Carta reivindicativa y se detalló su contenido.
La respuesta de los grupos parlamentarios presentes, con las ausencias justificadas del representante del PP y de la CUP, osciló entre el pleno apoyo a los objetivos de la Carta que expresó la representante de ICV-EUiA, las manifestaciones de desacuerdo de las representaciones  de CiU y Ciudadanos con la mayoría de objetivos de la Carta reivindicativa, y las posiciones más diversas y matizadas de las representaciones de ERC y PSC, apoyo de ambos a la propuesta de ley de emergencia habitacional y a la la petición de derogación de la reforma laboral,  apoyo de ERC a las mociones de rechazo al TTIP, reservas o distancias con el resto de reivindicaciones.
A diferencia del viento de cambio que percibimos en los ayuntamientos, en el Parlament se echó en falta siquiera una ligera brisa. En conclusión hay que  seguir movilizados para que el viento del cambio alcance de lleno al Parlament.


Para defender la aprobación  “sin recortes” de las propuestas de ley de Renta Garantizada de Ciudadanía y de Emergencia habitacional y pobreza energética se anunció, a la salida de la entrevista con los grupos parlamentarios, la convocatoria de una concentración el miércoles 22 de julio a las 18 horas a la entrada  del Parlament de Catalunya.






Finalmente expresamos nuestro agradecimiento a todas las personas que han participado en la marcha y han colaborado en su éxito, a las personas, entidades y organizaciones que han apoyado la marcha, y han facilitado con sus aportaciones su autofinanciación:
Coordinadora de asambleas de trabajadores/as en paro de Catalunya, Asamblea de Barcelona, La Marina-Zona Franca, Badalona, Badía del Vallés,  Cerdanyola-Ripollet,  Marea básica, Montcada, Aturats Vallés, Granollers, Prat de Llobregat, Rubí, Santa Coloma de Gramenet, Sant Vicençs dels Horts,Terrassa, Vilanova i la Geltrú; APE, As. Drets Socials, ECAS, Campaña por la semana laboral de 30 horas, Col.legi Oficial Treball Social, Comissió Promotora ilp Renda Garantida de Ciutadanía,  Forum de alternativas al paro, pobreza y desigualdad, Marea Pensionista, Marxas  Dignitat, PAH; CCOO, CO.BAS, FESIM-CGT, IAC, UGT;  ANC, ACP,  Asociación Frida Kahlo Prat de Llobregat, Ateneu Zona Franca-La Marina l'engranatge, ATTAC-Acordem, CONFAVC, FAVB, Front Cívic, Secretariat Entitats de Sants, Hostafrancs i la Bordeta, Xsuc-Socialisme21; Comunistes Cat., Barcelona en Comú, CUP, EUiA, ICV, PODEM, Procés Constituent, PSUC-Viu, Xarxa solidaritat popular, Recortes Cero.

Barcelona 14 de julio 2015

lunes, 22 de junio de 2015

DE LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA AL ASESINATO DE PRIM




España abre el siglo XIX con una brutal agresión imperialista





la invasión de hasta 300.000 soldados franceses, y lo cierra con con la pérdida de Cuba, Puerto Rico y Filipinas, un zarpazo al territorio nacional a manos de la nueva potencia emergente, EEUU.

Todo el siglo XIX español está recorrido por pronunciamientos y luchas populares y revolucionarias. Pero el factor determinante será la intervención de Francia e Inglaterra disputándose convertir a España en área de influencia. Una intervención en primer lugar política y militar sobre los principales aparatos y cuadros del Estado y los principales nódulos de la nueva oligarquía financiera y terrateniente en formación. A través de la cual se impone un masivo saqueo de las riquezas nacionales por parte del capital extranjero.


Invasión francesa (1808-1814)
Napoleón se apoya en la intervención francesa sobre el decrépito Estado borbónico para invadir España. En palabras del emperador galo “Godoy es un sinvergüenza que me abrirá personalmente las puertas de España”. Así ocurre con el Tratado de Fointeneblau, prácticamente dictado por Napoleón al representante de Godoy en París.

El mismo Napoleón define con claridad sus objetivos en España: “Es preciso que España sea francesa; para Francia he conquistado España, con su sangre, con sus brazos, con su oro.

Míos son los derechos de conquista; no importan las reformas, no importa el titulo de quien gobierne: rey de España, virrey, gobernador general, España debe ser francesa”.
Napoleón proyectara la desmembración de España, anexionando a Francia todos los territorios al norte del Ebro.

Pero ante la ocupación francesa se levanta una gigantesca rebelión popular donde se unen la lucha por acabar con el Antiguo Régimen y la defensa de la independencia nacional frente a la agresión de una potencia extranjera.

Tal y como plantea Marx en La España revolucionaria: “Así ocurrió que Napoleón, que, como todos sus contemporáneos, consideraba a España como un cadáver exánime, tuvo una sorpresa fatal al descubrir que, si el Estado español estaba muerto, la sociedad española estaba llena de vida y repleta, en todas sus partes, de fuerza de resistencia.


Al no ver nada vivo en la monarquía española, salvo la miserable dinastía que había puesto bajo llaves, se sintió completamente seguro de que había confiscado España. Pero pocos días después de su golpe de mano recibió la noticia de una insurrección en Madrid. Cierto que Murat aplastó el levantamiento matando cerca de mil personas; pero cuando se conoció esta matanza, estalló una insurrección en Asturias que muy pronto englobó a todo el reino. Debe subrayarse que este primer levantamiento espontáneo surgió del pueblo, mientras las clases «bien» se habían sometido tranquilamente al yugo extranjero.

Gracias a Napoleón, el país se veía libre de su rey, de su familia real y de su gobierno. Así se habían roto las trabas que en otro caso podían haber impedido al pueblo español desplegar sus energías innatas”.

El grueso de la clase dominante y el Estado se entregó al yugo extranjero. Y la rebelión ante el invasor se dirige desde el primer momento también contra las autoridades del Antiguo Régimen. Impulsando reformas sociales y económicas revolucionarias: abolición de la Inquisición, supresión de las jurisdicciones señoriales y privilegios feudales excesivos, abolición de los diezmos… Que tendrán su máxima expresión en la Constitución aprobada en 1.812 por una Cortes de Cádiz cercadas por las tropas francesas pero que alumbrarán una de las cartas magnas más avanzadas de la época y que se convertirá en un referente progresista durante todo el siglo XIX.

Cuando todas las potencias europeas se rinden ante los ejércitos napoleónicos, el pueblo español los derrotará en Bruch o Bailén. Es un momento de “vertebración nacional”, incrustando en la sociedad española un sentimiento patriótico, que aunque pocas veces consciente, crece paralelo al aumento de la intervención imperialista.

Serán las vacilaciones de la burguesía, y sus componendas con los representantes del Antiguo Régimen, las que darán al traste con la inmejorable oportunidad para llevar adelante consecuentemente su propia revolución.

La invasión francesa provoca medio millón de muertos. Trasladado a la actualidad supondrían 2,5 millones de muertos. La destrucción provocada por la guerra eleva la deuda pública a una cifra veinte veces superior a los ingresos, dejando al Estado a merced de la inyección de capital del exterior.
Incluso las tropas inglesas, que supuestamente combatían junto a los españoles, bombardean y destruyen las industrias locales que encuentran a su paso, para impedir el desarrollo de un capitalismo rival y copar el mercado interno con sus mercancías.

Tras el final de la Guerra de la Independencia se reinstaurará el absolutismo bajo a figura de Fernando VII, pero el fermento revolucionario persistirá, resurgiendo pocos años más tarde precisamente en Cádiz con el golpe de Riego.

 Desmembración del mundo hispano (1811-1836)
“Decidí que si Francia tenía a España, no iba a ser a España con América. Desperté el Nuevo Mundo, para restablecer el equilibrio en el Viejo. La cosa está hecha, el clavo está puesto. Hispanoamérica es libre y si nosotros no gobernamos tristemente nuestros asuntos, es inglesa”.

La frase, pronunciada en 1825, días antes de ser firmado el primer Tratado de Amistad, Comercio y Navegación entre las Provincias Unidas del Río de la Plata y el Reino Unido, por el ministro de Exteriores británico George Canning expresa mejor que mil palabras el papel jugado por Inglaterra en las guerras de la independencia americanas.

Inglaterra alentará las ambiciones independentistas de las oligarquías locales americanas –ligadas ya a Londres por múltiples vínculos económicos-, respaldará militarmente los levantamientos, minará la capacidad de respuesta del Estado español, despachará con los líderes independentistas, formará logias masónicas como Tautaro o Gran Reunión Americana como centro de las conspiraciones… Más tarde impedirá cualquier proyecto de unidad americana, para dar paso a Estados fragmentados que caen bajo la órbita británica. Apoyándose en las oligarquías locales dependientes, el imperialismo inglés saqueará todas las fuentes de riqueza.

Frente a la idea, ampliamente difundida, de que las causas del atraso hispanoamericano tienen su origen en la conquista y ocupación española, en el momento de la independencia la renta per cápita de las colonias españolas es similar a la de EEUU.

- Golpe de Riego (1820)
El pronunciamiento encabezado por el coronel Rafael de Riego, reinstaurará la Constitución de 1.812 y abrirá un periodo de gobierno conocido como el “trienio liberal”. Se extenderá rápidamente por toda España, al conectar con el deseo mayoritario por liberarse de una opresión absolutista particularmente odiosa.

Sin embargo sus conexiones desembocan en la embajada inglesa, a través de las logias masónicas a las que Riego pertenecía y que son una privilegiada vía de intervención de Londres.

Las consecuencias del golpe de Riego son la paralización del envió de tropas que iban sofocar las revueltas independentistas en América -y que Riego debía comandar- acelerando la desembración del imperio; y en segundo lugar la expansión de la influencia inglesa durante el “trienio liberal”.

 Intervención de los Cien Mil Hijos de San Luis. (1823)
París responde con una invasión militar. Bajo el amparo de la Santa Alianza (coalición absolutista integrada por Rusia, Austria y Prusia) 95.000 soldados franceses entran en España y derrocan el régimen liberal. Restablecen el poder absolutista de Fernando VII y permanecen entre dos y tres años en España pagados por la Hacienda Pública. En cada organismo importante nombran a una especie de comisario francés, los “hombres de negro” del momento, que actuarán como el auténtico “gobierno en la sombra”.

 Guerras carlistas (1833-1876)
En 1.823 se reinstaurá el poder absoluto del monarca y se abre la “ominosa década”, agudizando la represión contra los liberales más revolucionarios (ejecución de El Empecinado o de Mariana Pineda por bordar una bandera republicana).
Pero la Guerra de la Independencia marca un punto de ruptura que ya no permite la continuidad del Antiguo Régimen. E incluso Fernando VII se ve obligado a hacer concesiones a los liberales.
El impulso al desarrollo capitalismo va a atacar no solo los privilegios históricos de los grandes propietarios rurales, también de una amplia masa de pequeños campesinos.
Estos conflictos engendrarán, bajo la apariencia de un conflicto dinástico (los partidarios del infante D. Carlos frente al ascenso al trono de Isabel II).
Sobre estas contradicciones actuará el imperialismo para incrustar un nuevo foco de tensión durante casi medio siglo.

Los carlistas tendrán su base de operaciones en el sur de Francia. El carlismo será utilizado por París como un privilegiado instrumento de desestabilización. Como decía el embajador francés de la época “cuanto más suba el carlismo más bajarán las minas de Almadén”. Las exigencias de las guerras carlistas serán respaldadas por créditos de los Rotchild franceses, que se convertirán en los dueños de la deuda pública.

Mientras Londres enviará tropas a Euskadi y patrocinará un acuerdo que pondrá fin a la primera guerra carlista.

 Golpe de La Granja (1836)
La Constitución de 1.812 se convierte en un referente de progreso para amplios sectores durante todo el siglo. Y la Guerra de la Independencia ha cambiado el viejo ejército aristocrático, dando entrada a mandos procedentes de las clases populares. Un fermento que va a dar lugar a permanentes pronunciamientos liberales.

En 1.836, la regente Maria Cristina destituye al gobierno liberal para sustituirlo por otro de signo moderado. Inmediatamente estallan revueltas populares en numerosas ciudades, encabezadas muchas veces por la Guardia Nacional. Se forman juntas revolucionarias que desafían la autoridad del gobierno y reclaman la reinstauración de la Constitución de 1.812.

Empujado por esta movilización un grupo de sargentos de la Guardia Real se sublevan en el Palacio de la Granja de San Ildefonso, donde se encontraba la familia real.

Este pronunciamiento será utilizado por la embajada inglesa para imponer la restitución de Mendizabal como ministro de Hacienda. Espartero empieza ya a jugar un papel fundamental.


 De “La Gloriosa” al asesinato de Prim (1870)
La revolución liberal de 1868, conocida como “La Gloriosa” o es uno más de los muchos pronunciamientos del XIX español. Irrumpen de forma especialmente activa y combativa las masas populares, que ya habían aparecido en la “Vicalvarada” de 1854. Radicalizando y dando un nuevo carácter a la insurrección. Provocando la aparición en los liberales de un ala progresista, y empujando a los republicanos radicales. Generando una nueva situación política. Según el hispanista Pierre Villar, “la revolución de 1.868 será una especie de grieta que da al país la posibilidad de gobernarse a sí mismo”.

Es en estas condiciones donde debe inscribirse el proyecto que representó Prim o la posterior irrupción de la Iª República.

Juan Prim fue una de la principales figuras militares y políticas del siglo XIX español. Representante de la burguesía más avanzada de la época, la burguesía catalana, alcanzó la presidencia del gobierno en 1869.

Su política, una cerrada defensa de la industria nacional y el intento de acabar con el decrépito régimen borbónico, representaba el intento de los sectores más dinámicos por impulsar un proyecto de modernización más allá de las imposiciones de las principales potencias y la oligarquía española.
Todas las potencias imperialistas y círculos oligárquicos se movilizan para acabar con el gobierno de Prim.
Inglaterra consideraba a Prim un obstáculo a remover por su cerrada defensa de la “industria nacional”. Francia acumulaba rencores hacia Prim por atreverse a promocionar un candidato a la corona española que no contaba con el beneplácito de París. Y las nuevas potencias en ascenso, como EEUU, también deseaban liberarse de Prim, al negarse a aceptar la venta de Cuba alegando que “sería una deshonra para España”.
Mientras los principales nódulos oligárquicos conspiraron para derribar un gobierno que pretendía acabar con un régimen borbónico que preservaba su dominio y privilegios.

Las últimas investigaciones han demostrado que la historia oficial sobre el asesinato de Prim es falsa. La acusación que hacía responsable del atentado a un republicano radical era un montaje.

El historiador cubano Manuel Moreno Fraginals nos desvela que en Cuba la canción popular nos decía que “Prim fue asesinado en Madrid, pero el gatillo lo apretaron en La Habana” -es decir, desde los sectores de la oligarquía cubana más vinculados a EEUU-. Y se ha demostrado que Prim murió en realidad envenenado tres días después de ser tiroteado. Era necesario asegurar su desaparición.
La aparición del movimiento obrero organizado va a determinar la renuncia definitiva de la burguesía española a cualquier proyecto autónomo, certificado en el asesinato de Prim o el cercenamiento de la Iª República. Ante el temor al pueblo revolucionario, se agudiza su subordinación a las potencias imperialistas más importantes y el pacto de la gran burguesía bancaria con la aristocracia terrateniente que dará lugar, mediante paulatinos cambios y reajustes, a la actual oligarquía financiera.

 Mendizabal. (ocupó cargos en el gobierno entre 1835-1843)
La intervención de Inglaterra y Francia se dirige sobre los principales aparatos del Estado (ejército, partidos políticos...) cooptando y colocando bajo su dependencia a los principales cuadros: los moderados se convertirán en una privilegiada plataforma de intervención francesa, mientras que Inglaterra hará lo propio con los liberales. Además, la masonería, red de intervención en manos de los ingleses, juega un papel fundamental en varios gobiernos y pronunciamientos militares al extenderse entre la élite de cuadros de la administración y el ejército.

Ministro de Hacienda y de Estado, además de presidente del Consejo de Ministros, Mendizabal impulsó la desamortización de una parte de los bienes de la Iglesia, por lo que ha pasado a la historia como una de las referencias progresistas dentro de los liberales.

Pero la trayectoria de Mendizabal esconde valiosos servicios al imperio británico.

Participa en la Guerra de la Independencia y combate en Portugal contra los franceses bajo bandera inglesa. Era miembro de la logia masónica que organiza el golpe de Riego.

Tras la caída del régimen liberal se exilia en Londres. Allí es coptado como agente al servicio de la Reina británica, y se enriquece gracias al uso de información privilegiada en la City londinense.
Vuelve a España donde pasa a formar parte de los gobiernos españoles por imposición directa de la Embajada inglesa. El embajador inglés en Madrid dirá de él: “A pesar de sus defectos nuestro hombre en España y debemos de sacarle el máximo partido”. Mendizábal despacha periódicamente con el embajador inglés, y aplicará medidas de apertura del comercio.

El librecambismo era la política inglesa para copar el mercado español. Todos los países que se han desarrollado -también Inglaterra tras la revolución de Cromwell en 1640- han impuesto medidas proteccionistas para proteger su mercado nacional. Y todas las grandes potencias exigen a los países que quieren dominar una apertura comercial total para poder monopolizar el mercado con sus mercancías.

Los círculos más opuestos al librecambismo eran precisamente la burguesía catalana, los sectores más dinámicos de la industria nacional.

La desamortización de Mendizabal no será, como ocurrió en Francia, una revolución burguesa que impulse el desarrollo capitalista en el campo. Sólo trasladará la propiedad de unas manos a otras, de la Iglesia y aristócratas, burgueses y caciques, creando en el seno de la oligarquía vínculos privilegiados con el capital inglés.

 Espartero y Narvaez (se turnaron en el poder entre 1840-1868)
Son las dos principales figuras militares y políticas del siglo XIX. Espartero será nombrado “Duque de la Victoria” tras derrotar a las tropas carlistas. Y llegará a ser ministro, presidente del Consejo de Ministros y regente. Narváez alcanzará el título de mariscal de campo en el ejército, y sera siete veces presidente del Consejo de Ministros.

Durante treinta años, entre 1840 y 1868, ambos se turnarán encabezando sucesivos gobiernos.
Detrás de estas dos figuras que determinaron el rumbo de la política española está la influencia inglesa y francesa.

Espartero comandará pronunciamientos en directa conexión con la embajada inglesa. Principalmente en 1840 –contra un aumento de la influencia francesa-, que obliga a la regente Maria Cristina al exilio en Francia. Espartero se proclama regente, y da paso a los gobiernos de Mendizábal. A su vez, cuando los moderados triunfan, Espartero se exiliará en Londres, donde es agasajado con todos los honores.

En el palacete de Espartero apareció una lúcida pintada: “Aquí vive el que manda en España, Espartero el regente, y el que manda en él, vive en la casa de enfrente” (haciendo referencia a la Embajada Inglesa).

Por su parte, Narváez comandará a los moderados, vinculados directamente a París. Se exiliará en Francia cuando Espartero alcance el poder, y enviará al exilio a Espartero, refugiado en Londres. Jugará el papel clave en los sucesivos gobiernos, públicamente o en la sombra, impondrá un gobierno férreo que tendrá como principal consecuencia la consolidación de la influencia francesa.