miércoles, 24 de febrero de 2016

ANTE LA FORMACIÓN DEL NUEVO GOBIERNO




Por un gobierno nacional contra los recortes y por la regeneración democrática






1.- El acuerdo alcanzado entre PSOE y Ciudadanos establece, a dia de hoy, dos opciones principales de gobierno: por un lado que el apoyo externo del PP, con o sin Rajoy, permita una mayoría estable, una de las formas que puede adoptar la “gran coalición”, y que parece ahora la alternativa principal del hegemonismo y la oligarquía; por otro lado que la presión del avance del viento popular imponga la ampliación del acuerdo -bajo diferentes formas- a Podemos, IU, Compromís...
La opción de una repetición electoral parece ahora improbable, pero la fluidez de la situación no permite descartarla.

-El acuerdo alcanzado entre PSOE y Ciudadanos incluye una “reforma exprés” de la Constitución, a realizar en los primeros 100 días, con cinco puntos: eliminación de los aforamientos; despolitización de la justicia; reducción de las firmas necesarias para presentar una Iniciativa Legislativa Popular de 500.000 a 250.000; supresión de las Diputaciones y limitación de mandato para el presidente del gobierno a ocho años.
Además incluye la renegociación de los objetivos de reducción del déficit con Bruselas, para “evitar aplicar recortes o copagos”; la reducción del IVA cultural del 21% al 10%; la eliminación de bonificaciones en el Impuesto de Sociedades para elevar la cuota real que pagan las grandes empresas; modificar el artículo 135 de la Constitución para que la sanidad sea un derecho fundamental; impedir referéndums de autodeterminación.
El contenido de este acuerdo no excluye que pueda ampliarse a Podemos, IU... Compromís ha declarado que “este acuerdo no nos parece mal, incluso muchas propuestas aparecen en nuestro programa electoral”. Declarando que preferiría un gobierno con el apoyo de 161 diputados, es decir, de PSOE, Podemos, IU y Compromís, pero también quiere que el Gobierno «arranque y comience a tomar medidas».
La presión del avance de viento popular ha obligado también a Podemos a cambiar su postura: aceptando “la abstención o el voto afirmativo” de Ciudadanos frente al veto total inicial, estableciendo que “el referéndum no es una línea roja, es la propuesta que consideramos mejor”...

-La alternativa principal de gobierno, en las actuales condiciones, del hegemonismo y la oligarquía es la de que la abstención del PP permita una mayoría estable al acuerdo alcanzado entre PSOE y Ciudadanos.
Es lo que Enric Juliana denomina “el Gran Centro”, con
“programas moldeables, empatía, buena relación con el empresariado  y ninguna propuesta que Bruselas  y Berlín no puedan acabar de digerir”.

La debilidad extrema del PP, agudizada por el estallido de casos de corrupción (hoy mismo el juez ha iniciado los trámites para imputar Rita Barbera, ayer se señalaba a Francisco Camps, calificando al PP valenciano de “organización criminal”, y estableciendo que el PP nacional también se lucró de la financiación ilegal) permitiría forzar a Rajoy a aceptar una abstención que ofreciera vía libre a un gobierno del PSOE. O incluso a provocar un cambio de liderazgo en el PP.

La oligarquía y el hegemonismo contemplan también un “plan b” para forzar esta forma de “gran coalición”. Hoy se plantea desde tres analistas con diferentes posiciones. Enric Juliana declara que “una vez creada la cápsula del Gran Centro, alguien podría sugerir, entre marzo y abril, que la pilote otro dirigente político que no sea Sánchez, ni pertenezca al PSOE, con el apoyo activo o pasivo del PP. El Gran Centro puede adquirir vida propia y escapar al control del eficiente equipo negociador socialista”. Pablo Sebastián en La República.com insiste en la misma idea: “¿Qué puede ocurrir si se estrella Sánchez? Pues puede ocurrir que en su partido le pidan que dé un paso hacia atrás, después del fracaso en las elecciones y en la investidura. Y que, una vez retirado, en el PP le pidan a Rajoy que haga lo mismo -una vez que vio pasar el cadáver político de Sánchez, como vio el de Artur Mas- y decida dar otro paso atrás. Y en ese momento podría articularse un pacto de gobierno PP, PSOE, C’s, sin Sánchez ni Rajoy. Antes incluso de que se convoquen otras elecciones el 3 de mayo”.

2.- La oligarquía y el hegemonismo maniobran para imponer la alternativa de gobierno más favorable a sus intereses, establecer los “mandatos” y “compromisos” que el nuevo gobierno, sea cual sea su composición, debe ejecutar, e impedir que pueda formarse un gobierno de unidad contra los recortes.

-Hoy mismo el Círculo de Empresarios, una de las plataformas oligárquicas, publica un documento titulado “Por un Gobierno estable. El turno de la política”. Donde se establece que “los españoles han pedido una gran coalición en las urnas el pasado 20 de diciembre”, y se llama a “impulsar nuevas reformas que fomenten la competitividad con pleno respeto a las reglas que derivan de nuestra pertenencia a la zona euro”.
-También hoy Moody´s, uno de los “brazos armados financieros” del gran capital norteamericano ha rebajado la perspectiva de la deuda de 14 comunidades y entidades españolas. Después de que el pasado 19 de febrero rebajara la nota de la deuda española, bajo el argumento de que “ sea cual sea la composición del nuevo Gobierno es improbable que se acometan nuevas reformas estructurales”.

-Desde la UE a los principales portavoces de la oligarquía, insisten en situar las “líneas rojas” (perpetuar el saqueo sobre la población, acatar el nuevo papel de España en la OTAN...) que el nuevo gobierno no puede traspasar.

3.- En Cataluña, el proyecto de fragmentación avanza bajo la dirección del gobierno de Puigdemont, adoptando la estrategia de “ampliar la base de masas independentista”.
-Ayer el president de la Generalitat, Carles Puigdemont, reafirmaba en el acto con los 15 juristas que forman la Comisión Jurídica Asesora, que el despliegue de la hoja de ruta independentista es “inolvidable, ineludible e irrenunciable”.

El parlament ya ha iniciado el trámite de las tres “leyes de desconexión con España”, para crear una Seguridad Social, una Hacienda y un Banco Central independientes. Y también se ha creado la comisión para el “procés constituent”, que de paso a la Constitución de la República Catalana.

-Joan Rigol, miembro del sector independentista escindido de Unió, ex presidente del parlament y coordinador del Pacte Nacional pel Dret a Decidir, acaba de formular la nueva estrategia para hacer avanzar la fragmentación a pesar del rechazo popular. Estableciendo que “tenemos el trabajo de ampliar el 48% de los votantes independentistas del 27S”. Y señalando que “el objetivo es atraer a los soberanistas como los que se encuentran integrados en las confluencias que inspira Colau ha el independentismo”.

Utilizando el “procés constituent” para difundir la confusión de que con la indendencia “se puede cambiar todo”, atrayendo hacia la fragmentación a quienes buscan crear mejores condiciones para un cambio social.

4.- En estas condiciones debemos exigir a todas las fuerzas parlamentarias que representan el viento popular hacer posible, por encima de diferencias o del contenido del programa, un gobierno nacional contra los recortes y por la regeneración democrática. Que crearía mejores condiciones para avanzar en la acumulación de fuerzas en el seno del pueblo contra la ejecución del proyecto hegemonista de saqueo.
-El avance del viento popular, y la presión de los 16,5 millones de votantes para que se forme una mayoría enfrentada a las políticas ejecutadas por Rajoy en los últimos cuatro años, crea buenas condiciones para exigir la formación de un gobierno nacional contra los recortes y por la regeneración democrática.
Nacional porque sitúe en primer plano la defensa de la unidad del pueblo trabajador de toda España en la lucha contra los recortes, frente a la división y la fragmentación, que solo beneficia a quienes pretenden imponernos un saqueo mayor.
Y que recoja los puntos de unidad “contra los recortes y por la regeneración democrática” entre un amplio abanico de fuerza, desde el PSOE a Podemos, desde Ciudadanos a Compromís o IU.

-No partimos de falsas expectativas, y sabemos que un gobierno encabezado por Pedro Sánchez -la única forma que puede adoptar con la actual composición del parlamento un gobierno contra los recortes- cumpliría el grueso de los mandatos de la UE, el FMI o la OTAN. Pero por encima de ello, del contenido del programa, o de la forma y composición que pueda tener, este es el gobierno que, en las actuales condiciones, crearía más contradicciones a la ejecución del proyecto hegemonista y mejores condiciones ofrecería para hacer avanzar la acumulación de fuerzas en e seno del pueblo.

-Cualquier posición que lo impida o dificulte, a “derecha” o a “izquierda”, estará atacando los intereses populares y actuando en contra del mandato de sus electores. Tanto Ciudadanos, cuando excluye a Podemos e insiste en contar con el apoyo del PP. Como la dirección de Podemos, cuando califica a Ciudadanos como “las derechas”, equiparándolo al PP, coloca el referéndum en Cataluña como una exigencia de primer plano, o pretende acaparar los principales ministerios, algo inaceptable para el PSOE.

martes, 23 de febrero de 2016

Hemeroteca: aniversario del 23-f




¿Golpe fascista o golpe americano?







No es cierto que no se sepa la verdad sobre el 23-F, ni se pueda saber. Lo que pasa es que no se puede decir. Los datos y los hechos que certifican cómo detrás de la dimisión de Suárez y el golpe de Tejero estaba EEUU y su objetivo de meternos en la OTAN, están ahí, han sido publicados en numerosos libros y artículos.

 No es cierto que no se sepa la verdad sobre el 23-F, ni se pueda saber.
 Lo que pasa es que no se puede decir, porque eso es “nombrar a la bicha”.
O como decía Bernarda Alba, “hay cosas que ni se pueden ni se deben pensar”. Hay que mantener oculto a cualquier precio la intervención norteamericana en el 23-F… porque esa misma intervención sigue actuando ahora.

Os ofrecemos un artículo publicado en De Verdad con motivo del 30 aniversario del 23-F, donde ya se aportaban las claves de la intervención norteamericana en el golpe.

El nuevo aniversario del 23-F ha dado pie a un auténtico "revival" de aquel suceso en los medios de comunicación. Pero, como si nunca hubieran existido los "papeles de Wikileaks ", o ignorando lo que está pasando ante sus narices en el norte de África o Ucrania -es decir, borrando siempre el papel decisivo de EEUU en el diseño de todos los cambios estratégicos
mundiales-, los medios españoles siguen contándonos una "película" sin guión y sin director.

"Puede dispararse contra la monarquía o la clase política. 
Eso está permitido. Pero no se puede señalar a EEUU. 
Ese es el gran tabú de la política española" 

El 23 de febrero de 1981 un puñado de guardias civiles armados, encabezados por el teniente coronel Tejero, irrumpía violentamente en el Congreso, obligaba a los diputados a tirarse al suelo y anunciaba la inminente llegada de una “autoridad competente, militar por supuesto”, que diría lo que iba a pasar. Horas después, arguyendo el “vacío de poder” creado por lo sucedido enMadrid –el secuestro de los poderes ejecutivo y legislativo del país–, el general Milans del Bosch sacaba los tanques a la calle en Valencia y emitía un bando proclamando el estado de sitio. A la luz de estos hechos, parece indiscutible concluir que el 23-F fue inequívocamente un intento de golpe fascista, protagonizado por militares ultraderechistas y residuos del franquismo, destinado a enterrar la joven democracia española. El ascenso rampante del terrorismo (que en 1979 y 1980 alcanzó sus picos máximos, con más de cien asesinatos de ETA por año) y las “tensiones separatistas”, serían las razones que justificarían la necesidad de un régimen militar que aplicara mano dura.

Sin embargo, estas clamorosas apariencias dicen más bien poco sobre los verdaderos motivos, los auténticos protagonistas y las profundas consecuencias de una intentona golpista que cambió drásticamente el rumbo del país. De nuevo, como ya ocurrió en el atentado de Carrero (y también el 11-M), los “autores materiales” del 23-F, los que aparecen en todas las fotografías, los que fueron llevados a juicio, no son más que títeres secundarios de una trama mucho más compleja, urdida en los verdaderos centros de poder mundiales, para quienes España era en ese momento (por razones de estrategia global) una pieza crucial en el tablero mundial.

Pero si en el proceso por el asesinato de Carrero apenas hubo cabida a que afloraran los flecos de los verdaderos protagonistas, la preparación, realización e investigación del 23-F sí ha dejado pistas más que sobradas sobre los verdaderos promotores del golpe, pistas que conducen todas al mismo foco de incendio: los EEUU.

El marco internacional

Conforme discurre el año de 1979, la luna de miel entre España y Estados Unidos, entre el Gobierno Suárez y el presidente Carter, que había durado casi tres años, y había permitido y facilitado la “transición”, comienza a agriarse por ambas partes, y a una velocidad de vértigo. La política de Carter (democracia y derechos humanos para contener el expansionismo soviético) está naufragando estrepitosamente, y los centros de poder de Estados Unidos comienzan a emitir señales de alarma y signos de un inminente cambio de rumbo. En 1979, y en una cascada que parece imparable, se produce el desmoronamiento del régimen del Sha y el triunfo de la revolución islámica en Irán, el establecimiento de un régimen prosoviético en Kabul, el triunfo de la revolución sandinista en Nicaragua y un auge desbordante de las guerrillas en El Salvador, Angola, Mozambique,... La sensación de debacle de la hegemonía americana es total, y la convicción de que la política de Carter debe ser sustituida de inmediato por otra de mano dura adquiere una posición dominante en los círculos de poder de EEUU. De modo que, a todo lo largo de 1980, aunque Carter sigue nominalmente como presidente, EEUU está ya poniendo los cimientos de un acelerado cambio de línea, que acabará aupando a Reagan a la presidencia en noviembre.

 "Con un gobierno militar y fiel en Ankara
 y otro igual en España, 
la seguridad y el control del Mediterráneo 
quedarían totalmente garantizados" 

Este giro radical de la actitud de EEUU dará pie a una rápida sucesión de terremotos políticos, cuyo primer epicentro se sitúa en la orilla oriental del Mediterráneo: en septiembre de 1980 un golpe militar avalado por la OTAN derriba al gobierno civil de Turquía y deja el poder en manos del Ejército. En los meses sucesivos, todo el “vientre blando” de Europa va a sufrir –de una u otra forma– los embates de los movimientos sísmicos provocados por el cambio de línea en EEUU, un cambio que implica, de partida, no aceptar la continuidad de gobiernos que no sean incondicionalmente leales a EEUU y que no estén dispuestos a comprometerse hasta el final con su estrategia antisoviética global.

Vectores opuestos

Este viraje drástico de la política norteamericana va a pillar absolutamente a contrapié a España. Frente a la sumisión y lealtad sin fisuras exigida por EEUU a sus aliados, Adolfo Suárez ha ido poniendo los cimientos de una política exterior relativamente autónoma, de tinte neutralista y próxima y solidaria al tercer mundo. Suárez se reúne en Madrid con Arafat, viaja a La Habana, envía representantes a la Cumbre de países no alineados de Argel, y pretextando la falta de “consenso interno”, se niega a promover el ingreso de España en la OTAN, que es el objetivo prioritario de la política norteamericana

Los choques entre Suárez y los norteamericanos van a ir creciendo desde finales de 1979, y paralelamente se va a ir produciendo un paulatino enrarecimiento de la vida política interna en España. Suárez va a comenzar a sufrir un acoso sistemático en todos los frentes. Por un lado, el terrorismo etarra (sobre el que Suárez se hará más tarde la célebre reflexión de que no sabía “si cobraba en rublos o en dólares”) alcanza niveles brutales: en dos años, ETA pone encima de la mesa una media de un muerto cada tres días: generales, magistrados, guardias civiles, policías...

"Cuatro días antes del 23-F, la 16 Fuerza Aérea de EEUU 
puso en estado de alerta todos sus dispositivos"

Esta sangría incesante alimenta, en el otro extremo, un creciente y bien orquestado “ruido de sables” que traspasa los muros de los cuarteles y emponzoña la situación con pautados rumores de preparativos de un golpe de Estado. Al mismo tiempo, en el seno de la UCD, los barones de la derecha más proyanquis (los Garrigues, Ordóñez, Lavilla, etc.) van socavando el liderazgo de Adolfo Suárez, a quien, por otro lado, acosa inmisericorde un PSOE que amenaza abiertamente con una moción de censura que,con el previsible apoyo de diputados de la UCD, podría tumbar el gobierno. Sin embargo, a lo largo de 1980 Suárez resiste –cada vez más aislado– todas las presiones, se niega a dimitir y dejar el poder –en definitiva, ha ganado las elecciones y es el presidente legítimo– y persiste, contra viento y marea, en las líneas básicas de su política, tanto interior como exterior, desoyendo los reclamos para que promueva una rápida integración de España en la OTA N .

Todos los diferentes vectores contradictorios de esta situación –el cambio de línea en EEUU, la resistencia de Suárez a las exigencias de los americanos y el acoso creciente a su gobierno– van a colisionar de forma brutal a partir de noviembre de 1980, cuando se produce el triunfo electoral de Reagan en EEUU. Fernando Reinlein nos ha dejado el relato de una significativa anécdota que se produjo la misma noche del 8 de noviembre en que se conoció la victoria de Reagan: un grupo de oficiales de la División Acorazada Brunete (la mayor y más importante del país), de maniobras en Chinchilla, brindan con champán esa noche. Entre los mandos presentes están el coronel San Martín (ex jefe del CESID en la época de Carrero y verdadero cerebro del 23-F) y Pardo Zancada, otro de los muñidores y participantes del golpe. Ese brindis celebra y anticipa lo que, desde hacía meses, se venía cocinando secretamente en España entre el embajador norteamericano, Terence Todman, el jefe de la Estación de la CIA en Madrid, Ronald Edwards Estes, y los agentes, contactos y simpatizantes de éstos en el Ejército, los servicios secretos y las fuerzas de seguridad, y que ahora, con el triunfo de
Reagan, cobra visos de urgencia y necesidad. Y que no es otra cosa que eliminar a Suárez y establecer un “gobierno fuerte”, presidido por un militar, cuya tarea esencial sería poner a España a la nueva hora que marca Washington. Con un gobierno militar y fiel en Ankara, y otro igual en España, la seguridad y el control del Mediterráneo quedarían totalmente garantizados. Esa es la idea central de la nueva estrategia que Reagan traía en cartera. Estrategia que tenía esos dos puntos nodulares, pero que afectaba a todos los países de la franja mediterránea.

Tras el golpe turco y mientras se cocinan los preparativos del 23-F en España, se encadenan una serie de hechos de indudable relieve y de evidente conexión : el 4 de diciembre de 1980 fallece en un extraño accidente aéreo el primer ministro portugués, Francisco Sá Carneiro, mientras crecen los rumores sobre un golpe de Estado en Portugal; en enero de 1981, Hassan II empieza una campaña de rearme en Marruecos, que se mantendrá, pese a su participación en un golpe de Estado fallido en Mauritania dos meses después; en Italia se pone al descubierto una trama golpista en torno a la logia masónica P-2, en la que está implicada la “red Gladio”,una organización secreta creada por la CIA e n la posguerra; también tienen lugar provocativas maniobras navales de la VI Flota norteamericana en el golfo de Sirte, en aguas territoriales de Libia, durante las cuales varios aparatos estadounidenses derriban dos aviones libios. El clima de tensión en todo el Mediterráneo es máximo.

Los preparativos del golpe

A finales de 1979 ya existía entre amplios sectores del Ejército (heredado intacto del franquismo) un enorme descontento por la marcha del país, por la incapacidad del gobierno para enfrentar la espiral terrorista y por la amplitud y profundidad que había alcanzado el hecho autonómico (con la aprobación de los estatutos vasco y catalán,el restablecimiento de la Generalitat de Catalunya y la constitución del gobierno vasco). Los sectores más ultra-derechistas clamaban desde hacía tiempo por un golpe de Estado, pero sus reuniones conspirativas –de escaso vuelo, como se puso de relieve con la famosa “operación Galaxia”– estaban perfectamente controladas por el CESID y los servicios de información del Ejército. Más allá de ellos, existían discrepancias, descontento, malestar y cierta inquina contra Suárez (propiciada incluso por el rey Juan Carlos), pero nada más.

Esta situación, sin embargo, va a dar un vuelco con el cambio de línea de Estados Unidos y, aún más, con la llegada de Reagan al poder. Durante varios meses, el embajador de EEUU en España y el jefe de la CIA (dos expertos en operaciones golpistas) van a estar reuniéndose constantemente con generales, coroneles y altos mandos del Ejército español (con los que tienen múltiples conexiones, tejidas a lo largo de treinta años), pulsando su estado de ánimo y su disposición ante la “posibilidad” de que haya un golpe de Estado, qué modalidad tendría éste y, sobre todo, acerca de la necesidad de que los intereses norteamericanos en España quedaran totalmente salvaguardados en la “nueva situación”. El gobierno Suárez conoce estos contactos y llega a protestar abiertamente de ellos ante el embajador Todman, pero éste no hace el menor caso y sigue a lo suyo. Incluso el 14 de febrero de 1981 –nueve días antes del golpe y con Suárez ya dimitido– Todman se reúne en una finca de Logroño con el general Armada, que parece el militar definitivamente elegido para encabezar la intentona golpista, ya que reúne las características más adecuadas: sus conexiones van desde la Zarzuela –había sido jefe de la Casa Militar del Rey– hasta Tejero, pasando por personalidades muy destacadas de todos los partidos –desde Fraga en AP a Tamames en el PCE–, y parece el único capaz de aglutinar a todos en un gobierno de “salvación nacional”, de tinte autoritario y pro-americano, que podría mantener una cierta apariencia de “legalidad”.

Pero para imponer la “solución Armada” como algo aceptable para el país y, a ser posible, incluso “con el respaldo del Parlamento”, era necesario crear una “situación extrema”: esa “situación extrema” es la que se va a producir con la aparatosa irrupción de Tejero, pistola en mano, en el Congreso, el secuestro del gobierno y el Parlamento, la salida de Milans del Bosch a las calles de Valencia y su famoso bando. Ante la amenaza –sin duda real– de un verdadero golpe de Estado fascista (y el consiguiente baño de sangre), era razonable pensar que los diputados –secuestrados en el Congreso– y, después–colocado en la trágica disyuntiva de la sartén o el fuego– el país entero, acabarían asumiendo como un “mal menor” la instauración de un gobierno encabezado por un militar, pero con la presencia de figuras destacadas de todos los partidos.

Para desencadenar el “golpe fascista” (la intervención de los Tejero y Milans) sin duda fue clave el trabajo de hombres como el coronel San Martín, el comandante Cortina (jefe del grupo operativo del CESID) o el coronel Quintero, personajes que ya venían trabajando en los servicios secretos españoles desde los tiempos de Carrero Blanco y cuya imbricación con los servicios secretos norteamericanos e influencia en el Ejército era notable. San Martín coordinó de hecho los “dos golpes”, el de Tejero-Milans y el de Armada, cuyo desenlace final debía ser la formación de un gobierno de “salvación nacional”, presidido por Armada . -------------------- La versión más probable del “golpe”, minuciosamente preparado por la Embajada americana, la CIA y sus hombres en los servicios secretos y el Ejército español, consistía en lograr imponer un gabinete presidido por un militar de confianza, que tuviera en cierta forma la aquiescencia de la Monarquía y a ser posible contara con ministros de diversos partidos con presencia en el Parlamento.

Incluso –parece ser– se barajó la idea de que el Congreso–secuestrado y bajo amenaza– diera su apoyo inicial a semejante gabinete. De hecho, Armada llevaba al llegar al Congreso una lista de ese presunto gabinete, en el que figuraban conocidos dirigentes de la UCD, Alianza Popular (Fraga era, al parecer, el ministro de Defensa), el PSOE...¡y hasta el PCE! Esa lista no era una mera especulación azarosa: Armada ya había mantenido contactos previos con distintos partidos y sondeado a algunos de sus líderes sobre la necesidad de constituir ese “gobierno fuerte” o gobierno de “salvación nacional”. Como era de esperar, en el juicio del 23-F no se indagó nada relacionado con todo esto. Otro aspecto crucial para preparar el clima golpista en los cuarteles y entre los oficiales corrió a cargo del coronel Quintero y su “informe sobre el golpe turco”, un documento que circuló profusamente por las salas de mando en los meses anteriores al 23-F. Quintero, otro militar duro y muy relacionado con los americanos, que ya fue indagado con motivo del asesinato de Carrero Blanco (era, entonces, el jefe de la policía de Madrid) se encontraba –¿casualmente?– en Ankara, como agregado militar, en los días del golpe turco. Por “propia iniciativa”, Quintero elaboró un “informe” sobre el golpe militar en Turquía que calcaba la problemática turca con la española (terrorismo, separatismo...) y elogiaba la salida adoptada por los militares turcos. El informe pretendía crear un clima de opinión y marcar una salida, inspirada evidentemente por la CIA. El coronel Quintero estaba en Madrid el 23 de febrero de 1981.

Junto a estos preparativos, que podríamos llamar “internos”, los norteamericanos adoptaron y llevaron acabo numerosas medidas, sobre todo de carácter militar, con vistas a dar cobertura al golpe en ciernes. Desde algunas semanas antes, y por petición expresa del embajador Todman, EEUU había desplegado en Lisboa un avión AWACS a fin de interceptar y controlar todas las comunicaciones en España. Empezando por ahí y acabando por el despliegue de la VI Flota frente a las costas de Valencia, EEUU puso en marcha un dispositivo militar completo para dar cobertura al golpe.

Cobertura militar, y también diplomática. No de otra manera pueden interpretarse las palabras del secretario de Estado de EEUU, el general Alexander Haig, cuando a las 10 de la noche del día 23 (y con todo aún por decidir), en vez de condenarlo, definió el golpe como “una cuestión interna”. Haig (que había sido comandante en jefe dela OTAN desde 1974 hasta 1979) adoptaba así la actitud que Todman había garantizado a los golpistas españoles: EEUU no condenaría diplomáticamente el golpe y esperaría un desenlace favorable.

 ¿Qué fracasó?

 Es ya una obviedad y un lugar común señalar, lógicamente, que el golpe del 23-F “fracasó”. Pero, ¿qué es exactamente lo que fracasó? Lo sustancial del “programa” que inspiró y motivó su preparación se cumplió a rajatabla: Suárez presentó su dimisión una semana justo después de la toma de posesión de Reagan (dando una explicación enigmática de sus razones, que sin embargo apuntaban a un acto necesario para impedir una nueva dictadura) y le sustituyó en el cargo Calvo Sotelo, un hombre que proclamó desde el principio que el objetivo prioritario de su gobierno era el ingreso de España en la OTAN, lo que llevó a cabo en agosto de 1981. Por otro lado, el país se puso plenamente en la órbita atlántica y “reaganiana” y una profunda “derechización” se adueñó de toda la vida política española. Así pues, el “programa nuclear” del golpe, no sólo no fracasó sino que triunfó plenamente.

 Lo que fracasó fue la “solución Armada”, o la mucho más drástica –e improbable– “solución Milans-Tejero”, que habían tejido Todman, Estes y la CIA, con la complacencia de Haig y Reagan. Estas “soluciones” hubieran supuesto destrozar probablemente toda la arquitectura política laboriosamente puesta en pie en un larguísimo proceso de casi 30 años (pues desde finales de los 60 los americanos ya estaban programando la transición en España). A medio plazo, hubiera significado la muerte de la Monarquía y el suicidio de la mayoría de los partidos. Un precio demasiado alto, sobre todo cuando ya no era “imprescindible” para alcanzar unos objetivos que, en gran medida, se podían lograr sin echar abajo todo. Eso lo entendió perfectamente el Rey y muchos de los capitanes generales en cuyas manos estuvo la noche del 23-F la posibilidad de inclinar la balanza del lado de la solución golpista. El posterior juicio del 23-F se cebó con Tejero y Milans, condenó levemente a Armada y exculpó a Cortina. Conforme la responsabilidad se acercaba más a la Embajada americana y a la CIA, hubo más impunidad. Por supuesto, no se investigó la participación de EEUU en el diseño, la preparación y la realización de un golpe que tenía inscrito en el rostro las huellas de su absoluta paternidad.

23-F: el Ejército americano en estado de alerta

-- Semanas antes del 23-F, el embajador Todman solicitó a Washington el envío de un avión AWACS para controlar las comunicaciones en España, que operó desde su base en Lisboa.

Cuatro días antes del 23-F, la 16 Fuerza Aérea de EEUU puso en estado de alerta todos sus dispositivos.

 – A primeras horas del 23-F, el Strategic Air Command –sistema de control aéreo norteamericano –, a través de su estación central en Torrejón de Ardoz, anuló el Control de Emisión Radioeléctrica Española.
– Los pilotos y las tropas americanas en las bases de Torrejón, Morón y Zaragoza permanecieron en estado de máxima alerta, preparados para cualquier emergencia.
 – Frente a las costas de Valencia, un significativo contingente de la VI Flota americana permaneció en situación de vigilancia.

Segunda Escuela




Declaración de Principios
¡SI TENEMOS
una alternativa al capitalismo!





Los resultados de las elecciones han creado una nueva situación que abre la oportunidad para que avancen los intereses populares. Tenemos que estar alerta e impedir que cambie algo para que todo siga igual.
Pero luchar contra los recortes en sueldos, sanidad o educación, aun siendo necesario, no va al fondo del problema. Porque esto son sólo algunos síntomas de un sistema de explotación, el capitalista, que concentra la riqueza que generamos entre todos en manos del 1%.
NO TENEMOS POR QUÉ TRAGARNOS que ese 1% sea el que tenga el poder. No queremos aceptar, lo que dijo Pablo Iglesias en Wall Street de que “No hay alternativa al capitalismo” y que nuestra única aspiración sea que no se pasen tanto.
El ciclo de Escuelas de Marxismo está dedicado al estudio de la teoría que nos permite conocer cómo funciona el capitalismo y nos da la alternativa para cambiarlo de base. La mayoría de la gente, incluso de la gente luchadora, cree que hoy estos planteamientos están caducos y hay que buscar nuevas opciones, así que vamos a abordar el estudio del marxismo buscando la verdad, viendo quién lleva razón, si las tesis marxistas o las que se nos presentan como “nuevas alternativas” para la transformación social.

El viernes 11 y sábado 12 de Marzo haremos la segunda escuela. El contenido está dedicado al desarrollo del leninismo y el pensamiento Mao Tse Tung, con 3 temas:
TEMA I: Leninismo frente a socialdemocracia. Con la Revolución de Octubre los explotados tomaban por primera vez el poder. Pero hoy  los teóricos de moda que, entre otros, inspiran a los dirigentes de Podemos nos proponen olvidarnos de la toma del poder, ofreciendo como única alternativa volver a los presupuestos del viejo reformismo socialdemócrata.

TEMA II: La tercera ruptura: pensamiento Mao Tse Tung frente al revisionismo soviético.

TEMA III: La Revolución Cultural Proletaria, la respuesta del marxismo frente a la degeneración de la URSS


Son 3 clases de 2 horas, Viernes 19:30 a 21:30. Sábado 17:30 a 21:30. Y tiene una matrícula de 6€ que incluye el dosier de textos de estudio.

miércoles, 17 de febrero de 2016

Un delito contra el pueblo y la nación




La corrupción es traición

La acumulación de los casos de corrupción en los tribunales, y nuevas operaciones de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil en Valencia y Madrid, han colocado otra vez la corrupción en el centro de la vida política.


Pero detrás de las tramas corruptas no sólo está el atraco a los fondos públicos. No sólo es un instrumento de saqueo económico, sino también un instrumento de intervención y control político en manos de la oligarquía y las potencias extranjeras.

Es una doble traición, al pueblo que saquea y al país que expolia y somete al yugo del imperialismo extranjero.

La corrupción no es ninguna enfermedad provocada por ningún virus Zika. No es algo específico de la sociedad española o de un sólo partido. Ahora mismo el expresidente de Francia, Nicolás Sarkozy, está declarando ante un tribunal francés por la financiación irregular de su campaña electoral. En febrero de 2012 dimitió el expresidente de Alemania, Christian Wulff, cercado por varios casos de corrupción.

La corrupción hunde sus raíces en el propio sistema capitalista que tiene como una de sus leyes fundamentales la búsqueda del máximo beneficio por todos los medios. Y está especialmente inscrita en el ADN del capitalismo monopolista de Estado, en el ADN de los monopolios y la banca.
Ya Lenin en 1916 decía en el “Imperialismo fase superior del Capitalismo”: “El monopolio se abre camino en todas partes, valiéndose de todos los medios, empezando por el pago de una “modesta” indemnización al que cede y terminando por el “procedimiento americano” del empleo de la dinamita contra el competidor”.

No hay corrupción sin corruptores

En la Audiencia de Palma se juzga el caso Nóos, una pieza separada del “caso Palma Arena”, por el que está condenado el expresidente de Baleares e implicada la constructora OHL por sobrecostes de más de 140 millones de obras.

En Valencia la “operación Taula” mantiene investigados (imputados) a más de 50 cargos del PP valenciano, por el cobro de comisiones ilegales, la financiación ilegal del partido y el blanqueo de capitales. Mordidas al estilo del “3%” como en Cataluña, que pagaban empresas por amañar contratos. O empresas públicas como Ciegsa (Construcciones e Infraestructuras Educativas SA) investigadas por colegios no construidos y sobrecostes de más de 1.000 millones de euros.
En Madrid la trama”Púnica” aparece organizada en torno a Cofely España SA, la filial española del gigante energético francés GDF-Suez (Gaz de France), para lograr contratos a cambio de comisiones y regalos. Con más de 50 alcaldes y concejales de municipios madrileños imputados.
La principal apuesta de Gaz de France está en Cataluña, a través de su filial Suez Environnement en Aguas de Barcelona (Agbar). La sombra de las famosas comisiones del 3% sobrevuela sus operaciones.

En Barcelona, detrás de la trama de la “familia Pujol”, imputado por el origen de su fortuna oculta en bancos de paraísos fiscales, están bancos como el HSBC suizo o el Banco de Andorra, aparece Banca Catalana y las empresas del 3%. Un caso que salpica al mismísimo Banco de España y al Fondo de Garantía de Depósitos que cubrieron un agujero de 19.600 millones de pesetas de Banca Catalana, y al BBVA que acabó quedándose con la entidad catalana y sus 2602.000 millones de las antiguas pesetas en depósitos.

Y así podríamos seguir con Ferrovial en el “caso Palau”; Acuamed, la empresa de las desaladoras quebrada por el saqueo; Sacyr, OHL, FCC, ACS o Constructora Hispánica implicadas en el “caso Bárcenas”; la Bankia de las Tarjetas Blak... La lista, hasta las 1.700 causas abiertas por corrupción, sería interminable.

Una cosa está clara: no nos enfrentamos a casos aislados de políticos corruptos que cobran comisiones, a los “Bigotes” o a ridículos sicarios de las mordidas exhibidas a bordo del mercedes.
Lo que aparece en todos los casos son auténticas tramas de corrupción, asociaciones de
malhechores de tipo mafioso en las que los corruptores, grandes constructoras, empresas de
servicios privadas y públicas y bancos, son parte fundamental de las tramas, aunque sólo
conozcamos la punta del iceberg y ninguno de sus altos ejecutivos se siente en el banquillo de los acusados.

No son pequeños propietarios de pymes, sino grandes empresas y grupos monopolistas vinculados a las familias oligárquicas del país e intervenidos por el capital extranjero, reparten millones de euros en mordidas (una “modesta” indemnización) entre consejeros, alcaldes, concejales, altos cargos...para amañar contratos y millonarias concesiones públicas.

Y ellos son los grandes beneficiados de los 48.000 millones de euros que nos cuesta anualmente la corrupción, según la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, el equivalente al 25% de todas las licitaciones, obras públicas, infraestructuras y servicios públicos.
Sólo a modo de ejemplo, la trama urdida por Cofely investigada en la “operación Púnica”, urdida
para amañar contratos con los ayuntamientos y asegurarse la adjudicación de servicios públicos,
habría conseguido contratos fraudulentos por más de 250 millones de euros en apenas dos años,
pagando comisiones del 2% y 3%.

La corrupción es traición

La corrupción ha llenado de indignación las calles de toda España.
Sobre todo porque en un momento de crisis, cuando las consecuencias de los recortes y los ajustes draconianos sacuden dolorosamente al país, centenares de políticos y altos cargos de los partidos gobernantes no sólo despilfarren el dinero público en gastos suntuarios, sino que se hayan dedicado de forma organizada a robarlo para entregarlo a grandes empresas, bancos y monopolios. Saqueando los ahorros de millones de ciudadanos depositados en las Cajas de Ahorros, quebrándolas y descapitalizando importantes empresas y sectores de la economía nacional, abierta en canal y sirvida en bandeja al capital extranjero, a los “fondos buitre”, a la voracidad de la gran banca y de las grandes corporaciones multinacionales cada vez más dueñas de sectores clave de la economía española.

Los grandes fondos se ha hecho con gran parte del parque inmobiliario de las Cajas a precio de saldo. Empresas como Iberia, Pescanova, Campofrío, Panrico, Ebro Azucarera..., y ahora Abengoa o FCC son controladas ya por el capital extranjero, que ha multiplicado su presencia en la banca y controla ya más del 43% de las acciones del Ibex-35.

Eso es la corrupción, 
una doble traición a la población y al país.

¿No es traición al pueblo el saqueo al que se ha sometido a la población en ocho años ya de
durísima crisis? ¿No es traición al país entregar las riquezas nacionales al capital extranjero?
No sólo saqueo económico, también intervención y control político Grandes monopolios, multinacionales y sus filiales en España, bancos españoles y extranjeros son, en última instancia, los epicentros de la corrupción, a través de la cual la oligarquía española y el gran capital extranjero intervienen, no ya para llevarse el dinero público en suculentos contratos, sino para intervenir políticamente el país a través de ese extraño maridaje con cuadros de todos los niveles y dirigentes de los partidos políticos y cargos públicos que está en la base de todas las tramas de corrupción.

Los centros del hegemonismo y la oligarquía manejan todos tipo de medios, incluso montañas de
dossier, para intervenir políticamente en el país. No es casualidad que en los momentos más decisivos o periodos electorales, lleguen estos dossier a las mesas de los directores, desde una cacería de elefantes para forzar la dimisión de un rey al simple intento de un político emergente por rebajar un pago a Hacienda para eliminar un dirigente incómodo. Intervención política que va más allá de la adjudicación de contratos multimillonarios a sus monopolios, sino que tiene por objetivo “corregir” derivas peligrosas para sus intereses o forzar “reconducciones” que garanticen la continuidad de las políticas que sirven a sus intereses globales.
Ahí radica, en última instancia, la verdadera naturaleza de la corrupción como traición a la nación, como traición a un pueblo y a un país, al servicio de la intervención exterior de las grandes potencias y el gran capital extranjero.



Por eso, la lucha contra la corrupción, es también una lucha por la soberanía y debe ser tratada, como propone el programa de Recortes Cero, como crimen organizado, en el que hay que perseguir y llevar ante los tribunales no sólo a los truhanes de turno y políticos corruptos, sino a los auténticos “padrinos” de la mafia, a los bancos, monopolios y multinacionales nacionales y extranjeros que están en la base de todas las tramas de corrupción.

jueves, 11 de febrero de 2016

Hacia el III Congreso de Unificación Comunista de España






Un debate necesario para todos los revolucionarios








¿De verdad no puede existir una ciencia social en un mundo cuya complejidad no admite ser reducida a leyes inexorables? ¿Cuánto hay de cierto en la afirmación de que hablar de socialismo científico es profundamente arrogante y torpe? ¿El marxismo ha dejado de ser una guía para la revolución? Nuestro Partido, Unificación Comunista de España, ha iniciado el proceso de preparación del tercer Congreso que tendrá lugar, en fecha aún sin determinar, a finales de este año o comienzos del que viene. Un Congreso que queremos que sea abierto a todos los revolucionarios que en la actualidad se preguntan si sigue siendo posible hoy, y cómo, avanzar en “cambiar el mundo de base”. Y cuya preparación empezamos desde ya mismo con la realización de distintas Escuelas de Marxismo que ayuden y den herramientas de conocimiento para responder a esas preguntas. Tanto la preparación del Congreso como la realización de las Escuelas queremos que estén abiertas a todos los revolucionarios que se preguntan qué respuesta debemos dar para avanzar en la transformación social y política en un mundo que ha sufrido tantos y tan enormes cambios en las últimas décadas.

"Entre la gente y los movimientos que luchan por la transformación social existen hoy importantes divergencias de principios"

Nos hemos inspirado para ello en el preámbulo de un documento histórico en la historia del movimiento obrero y revolucionario internacional. La carta que el Comité Central del Partido Comunista Chino dirigía al C.C. del Partido Comunista de la URSS en junio de 1963, conocido como “los 25 puntos de Pekín”. En él, el PCCh afirma: “En el momento presente, existe toda una serie de importantes divergencias de principio en el movimiento comunista internacional. Sin embargo, por muy serias que sean estas divergencias, debemos buscar, con suma paciencia, el camino de su allanamiento, a fin de unir nuestras fuerzas y fortalecer la lucha contra nuestro enemigo común”.
Partiendo de ese mismo espíritu, podríamos decir que también hoy entre la gente y los movimientos que luchan por la transformación social existen importantes divergencias de principios.

¿El comunismo, como sostienen algunos, pertenece a un pasado político que ha muerto tras la desaparición de la URSS? ¿El marxismo sigue siendo hoy la más poderosa herramienta para la liberación de los explotados y oprimidos o el tiempo ha puesto de manifiesto que es una teoría presa de arraigados dogmas que le han llevado a fracasar? ¿El proletariado sigue siendo, como afirmaba Marx “la única clase verdaderamente revolucionaria” en el capitalismo, o en nuestros días han aparecido sectores sociales cuyos intereses y demandas ya no pueden ser representados por el proletariado?
En torno a estas y otras muchas cuestiones existen importantes y serias divergencias entre la gente revolucionaria y de izquierdas. Nuestro propósito es buscar, mediante la discusión franca y abierta, la lucha ideológica y el debate colectivo la forma de resolver esas diferencias con el objetivo de avanzar en la necesaria unidad ideológica, política y organizativa para fortalecer la lucha contra nuestros enemigos.
Y hacerlo de una forma rigurosa y exhaustiva. Con una sucesión de, al menos, 10 Escuelas de Marxismo, tanto locales en cada ciudad de España como centrales, que nos permitan ahondar en ese debate y en las que pueda participar cualquier persona interesada en la transformación de nuestro país.

Tres etapas en la preparación del Congreso

A lo largo de todo 2016, y al margen incluso de las batallas políticas que puedan venir como la posible repetición de las elecciones generales, vamos a celebrar, al menos, ocho Escuelas de estudio y debate sobre los distintos temas que debe abordar y resolver el Congreso. Para ello nos hemos propuesto tres etapas.

Una primera, de aquí a Semana Santa que estará centrada en la declaración de principios, es decir, en los objetivos revolucionarios por los que debemos uchar y la guía teórica e ideológica de la que debemos dotarnos para conseguir esos objetivos. En esta primera etapa habrá dos Escuelas locales donde estudiaremos las tres grandes rupturas históricas que ha habido en la historia del Movimiento Comunista Internacional. Y una Escuela Central donde nos plantearemos cuestiones como si el marxismo sigue siendo la guía teórica o ha quedado superado por el desarrollo histórico o cómo debemos abordar, en el siglo XXI, la cuestión de Stalin. 

 "¿De verdad no puede existir una ciencia social en un mundo cuya complejidad no admite ser reducida a leyes inexorables?"

 La segunda etapa, que durará hasta el mes de agosto, consta de cuatro escuelas locales dedicadas al estudio del marxismo, la historia de nuestro país o el análisis de los cambios ocurridos en la situación internacional. Y que culminarán en la Escuela Central de agosto en la que pretendemos resolver las claves de la nueva línea estratégica y táctica. La tercera etapa, de agosto a diciembre, estará centrada en el establecimiento de los nuevos Estatutos, la línea organizativa, el estilo de trabajo de los comités y las organizaciones de base del partido,... Una etapa que debe combinar este trabajo con la elaboración de las distintas ponencias que deberán ser presentadas, debatidas y, en su caso, aprobadas por el Congreso. A todas y cada una de estas actividades, desde las Escuelas locales hasta la elaboración de ponencias estáis invitados todos aquellos interesados en estas cuestiones y que pensáis que tenéis ideas que aportar y debatir. Para hacerlo, basta con que os pongáis en contacto con los teléfonos de vuestra ciudad que vienen en Nos Encontrarás... Las fuentes de la teoría revolucionaria ¿Ha fracasado el marxismo? Dice Lenin en Tres fuentes y tres partes integrantes del marxismo que “lo genial en Marx es, precisamente, que dio respuesta a los problemas que el pensamiento más avanzado de la humanidad había planteado ya. Su doctrina surgió como la continuación directa e inmediata de las doctrinas de los más grandes representantes de la filosofía, la economía política y el socialismo”.
En nuestros días, sin embargo, hay numerosas corrientes de pensamiento en la izquierda que cuestionan el marxismo, al que critican de haber pretendido convertir al socialismo en una ciencia. Un error, encabezado según ellos por el propio Marx, basado en un pensamiento “profundamente arrogante y a menudo torpe”.
En las dos primeras Escuelas -que concluirán en una una Escuela Central en Semana Santa- vamos a entrar y profundizar en los fustes de este pensamiento, cuyo máximo representante es Ernesto Laclau, teórico político del llamado “postmarxismo” en Argentina y el conjunto del mundo hispano.
Unas tesis que, curiosamente, tienen numerosos puntos de conexión y coincidencia con las que sirvieron para liquidar importantes movimientos marxistas-leninistas y revolucionarios en Europa en los años ochenta y noventa. Las tesis del postmarxismo de Laclau -teórico a su vez del “populismo de izquierdas”- parten de dos supuestos fundamentales. De un lado, que tras la implosión de la URSS, el fracaso del socialismo real y la hegemonía del neoliberalismo y la globalización, se ha hecho necesario “repensar” un marxismo tradicional que ya no es capaz de dar respuesta a los retos de un mundo que ha cambiado y se ha complejizado.
Del otro, que las transformaciones materiales y sociales que ha traído el neoliberalismo han afectando al sujeto revolucionario y a la propia teoría revolucionaria. Frente al sujeto revolucionario que establece el marxismo, el proletariado, para este pensamiento han irrumpido múltiples sujetos (ecologistas, feministas, pacifistas, antinucleares, homosexuales...) plasmados en los diferentes movimientos de liberación que son excluidos del sistema. Por eso mismo, además, frente a la aspiración a una teoría revolucionaria única del pasado, en nuestros días han aparecido múltiples discursos liberadores que exigen una nueva síntesis superadora del marxismo; que no sólo ha quedado anticuado, sin respuesta ante estos nuevos fenómenos, sino que ha demostrado dar respuestas erróneas, esquemáticas, dogmáticas, por su pretensión de ser una ciencia social, capaz de establecer leyes objetivas e inexorables que rigen un proceso tan complejo como es el desarrollo de las sociedades humanas.
¿De verdad no puede existir una ciencia social en un mundo cuya complejidad no admite ser reducida a leyes inexorables?
 ¿Cuánto hay de cierto en la afirmación de que hablar de socialismo científico es profundamente arrogante y torpe?
¿El marxismo ha dejado de ser una guía para la revolución?
Sobre estas y otras cuestiones vamos a debatir colectivamente en esta primera etapa de preparación del Congreso, que concluirá con la celebración de una Escuela Central de Marxismo en Semana Santa.

martes, 2 de febrero de 2016

El principio de una aventura editorial independiente


Un siglo de cine “Un Siglo de cine” es una mirada panorámica a la historia del cine, un álbum sobre el arte fundamental de nuestro tiempo

Un Siglo de cine es la primera parada de una aventura editorial impulsada por la revista Foros 21 y los Ateneos 21 con el objetivo de conquistar la cultura desarrollando nuevos medios independientes.

Un nuevo reto para recuperar, desde la defensa de la independencia, la cultura y el pensamiento como instrumentos de libertad. 


“Un Siglo de cine” es una mirada panorámica a la historia del cine, un álbum sobre el arte fundamental de nuestro tiempo.
El cine como arte constituye quizá la representación más completa de la creatividad humana. Pero “Un Siglo de cine” es también un recorrido por los sueños y pesadillas del siglo XX vistos a través del objetivo.
Si hay un arte que resume el espíritu y la sensibilidad del siglo XX, es el cine.
El ritmo trepidante de esta centuria está reflejado en la rápida sucesión de fotogramas.
Un Siglo de cine revisita a través de varios autores aquellas películas que, por diversas circunstancias, nos han fascinado y enriquecido, o la labor de aquellos hombres de cine, que enfrentados a los corsés de la gran industria, han desarrollado un cine personal y a contracorriente.
Cuando los hermanos Lumière ofrecieron, el 28 de diciembre de 1895, la primera proyección pública, algunos de los espectadores que vieron “La llegada del tren” creyeron que iba a salirse de la pantalla y se levantaron de sus asientos. "
“Un Siglo de cine” es una mirada panorámica a la historia del cine, un álbum sobre el arte fundamental de nuestro tiempo"
Pocos podían imaginar que sólo unos pocos años después, ese nuevo invento -fruto de la conjunción entre las ansias de la humanidad por apropiarse de trozos de la realidad y la aceleración del desarrollo tecnológico – iba a convertirse en el arte por excelencia de los nuevos tiempos.
Un arte que culminaba la voluntad por captar la realidad en movimiento, aunando para ello a todas las demás disciplinas, poseído desde su mismo nacimiento de un dinamismo y una ambición de masas como ninguna otra disciplina artística había soñado jamás, imán para las vanguardias y cuyo impacto en la conciencia y la sensibilidad de la humanidad crecía vertiginosamente.
El bautizado como séptimo arte, además de ofrecernos todo un abanico de clásicos y de obras maestras de visión imprescindible, permite -gracias a su especial conexión con la conciencia colectiva y a una sensibilidad que le permite recoger y expresar aquello que “está en el ambiente”- rastrear las transformaciones, los deseos y las pesadillas de todo un siglo.

El cine nos ha enseñado que lo fundamental es la mirada. 

Detrás de cada obra maestra hay un tesoro que las visiones dominantes sólo permiten ver en un mínimo porcentaje.
Detrás de la eclosión del cine de entreguerras alemán o el puñetazo de “Un perro andaluz” existe todo un universo de libertad provocado por la ruptura del orden tradicional tras la Iª Guerra Mundial.
El filo inquietante del cine de Hitchcock -aquel que extrae el terror de los elementos más cotidianos- no puede sustraerse del hilo que une “El proceso” y “Con la muerte en los talones” -un individuo acusado que huye sin ni siquiera conocer su delito-, el terror del individuo aplastado por el Estado monopolista, o el que engarza a Freud con “Psicosis” y “ Vértigo”. Comedias como “La fiera de mi niña”, antítesis del mito literario de “La fierecilla domada”, nos ofrecen constancia de la revolución democrática más profunda, el nuevo papel de la mujer, que al irrumpir como protagonista en un mundo de dominancia masculina provoca el continuo desorden de la “normalidad”.
A través de películas tan dispares como “Lo que el viento se llevó”, “La reina de África” y “Ordet”, el cine nos ha ofrecido ejemplos del poder transformador de la voluntad humana cuando no admite límite a sus deseos.
Hasta llegar a la radical revulsión de la moral que anida en Fassbinder o Almodóvar. Son sólo algunas pinceladas del tesoro que todavía albergan.
Las grandes películas de la historia del cine son todavía un mundo por descubrir. Y os invito a adentrarnos en esa fascinante aventura.

* Puedes reservar tu ejemplar de “Un siglo de cine” llamando al 615282540

Es el mundo el que es charlotesco Para Eisenstein –amigo y admirador de Chaplin, a quien dedicó varios estudios-,

“en Occidente, la verdad eligió a este pequeño hombre de aspecto ridículo para poner en la categoría de lo cómico cosas de por sí bien distintas”.

El vagabundo desclasado, producto del desarrollo del capitalismo, transformado en héroe de masas, con cuyas condiciones de existencia, con cuyos deseos y anhelos, con cuyos objetos de burla, se identificaban millones de espectadores.
Transformado en inmigrante marginado o en obrero aplastado por las exigencias de la producción.
Y la revolución creó el cine Revolución de Octubre, Eisenstein y cine moderno son tres conceptos que no es posible separar.
La toma del poder por los bolcheviques instaurará un nuevo tiempo histórico, una transformación profunda en todos los órdenes de la vida.
Este terremoto social hará germinar toda una generación de creadores de primera magnitud universal que, desde Eisenstein a Maiakovski o Kandinski, se sumarán de forma entusiasta a la revolución.
Y de este fermento, surgirá un nuevo cine soviético, del que Eisenstein es la expresión más alta, que revolucionará para siempre el lenguaje cinematográfico, haciendo entrar al séptimo arte en su edad adulta.
Toda la energía y fascinación de la mayor epopeya que se haya planteado jamás la humanidad –aquella que persigue cambiar el mundo de base, acabando con miles de años de explotación- está captada, trasladada a poderosas imágenes en “El acorazado Potemkin”. El milagro de Dreyer ¿ Qué milagro tiene Ordet para que una película insuflada de religiosidad, cuyo objetivo declarado es la exaltación de la fe, conmueva tanto a creyentes convencidos como a ateos irreductibles? “¡La vida... ! ¡La vida... !”. No podrían ser otras las primeras palabras que pronuncia Inger tras el milagro que nos reconcilia, a ella y a nosotros, con la plenitud de la vida.
Porque ese es el tema de Ordet, la fuerza primigenia, poderosa, de la vida, que podemos invocar si nos atrevemos a desafiar los dogmas mortuorios, aunque ese camino se encuentre con la locura, o haga que nos tomen por locos.
Y el amor conduce a vencer a la muerte, porque no entiende de renuncias, sólo concibe abrirse paso en la vida a fuerza de milagros, de milagros grandiosos o simplemente cotidianos, que podemos percibir si tenemos los ojos claros para verlos.
Todo es posible si se tiene fe, si se está dispuesto a tomar una posición valiente ante la vida. Nada es posible sin amor. Y ese mensaje que Dreyer nos arroja a través de imágenes subyugantes, martillea nuestra conciencia, remueve el mar de renuncias que hemos aprendido, convoca a los deseos que hemos hecho olvidar o simplemente nos hemos negado a nosotros mismos... “Ciudadano Kane” y la leyenda del indomable Cuando el American Film Institute concedió un premio a Orson Welles, éste declaró que “sólo puedo aceptar ese honor en nombre de todos los indomables”. Welles quizá haya sido el más prodigioso talento que haya ofrecido el cine norteamericano.
Pero precisamente su carácter indomable, su insobornable independencia, su afilada mirada para dinamitar, a través de una desbordante imaginación visual, todos los mecanismos de poder, lo convirtieron en un incómodo inquilino virulentamente enfrentado a los estrechos y mezquinos límites mercantiles, estéticos e ideológicos que el Hollywood oficial imponía.
Un enfrentamiento directo con el auténtico poder al que Orson Wells se lanzó desde su primera película, “Ciudadano Kane”. Igual que el “profundo carmesí” de una sangre imposible de borrar recordaba a Lady Macbeth que su poder estaba fraguado con un asesinato, Orson Welles elimina las capas superficiales de la ostentosidad del moderno capitalismo para penetrar en los rincones donde se puede detectar el material destructivo, altamente tóxico, del que está hecho el poder de una restringida clase de plutócratas.