miércoles, 23 de mayo de 2018

La trayectoria de UCE en la lucha contra ETA



Cuarenta años de lucha por la libertad y la unidad

Unificación Comunista de España está presente en Euskadi desde hace cuarenta años. Somos una de las fuerzas políticas con más años de trayectoria. A lo largo de todo este tiempo hemos tomado una posición clara contra el terror, participando activamente y en primera línea en la lucha por la libertad, trabajando por fortalecer en esta batalla la unidad entre el conjunto del pueblo español, de Bilbao a Madrid, de Donosti a Sevilla.

ETA negra

En los primeros años ochenta, cuando entre muchos sectores de la izquierda persistía una distorsionada imagen “romántica” de ETA, identificada con la lucha antifranquista, Unificación Comunista de España publicamos en nuestro periódico un articulo titulado simplemente “ETA negra”.
No era un artículo de análisis, sino una posición tajante, dirigiéndose a muchos revolucionarios confundidos: el carácter de ETA es negro, nada tiene que ver con el rojo. El terrorismo siempre es fascismo, siempre responde a los más reaccionarios intereses, a los del dominio de los grandes centros de poder mundiales, y es lo más antagónico a ninguna lucha de liberación de un pueblo.
Unificación Comunista de España hemos mantenido esta posición tajante, ante ETA o el terrorismo yihadista.

Una imagen icónica

En el transcurso de la lucha contra ETA y el nacionalismo étnico, UCE difundimos una imagen que sintetiza esta batalla. Una mariposa, simbolizando a Euskadi, atravesada por el hacha del anagrama de ETA. Definía a qué nos enfrentábamos, a un terror incompatible con la libertad y la vida. Y establecía su absoluto antagonismo con los intereses de Euskadi.
Este cartel fue el emblema de la campaña de UCE contra el Plan Ibarretxe, el que defendía segregar Euskadi de España, sobre la base de privar de sus derechos básicos, incluso negándoles la ciudadanía, a todos los vascos que se sintieran también españoles.

Unificación Comunista de España, en la primera gran manifestación de Basta Ya

El 23 de septiembre del año 2000, Basta Ya, uno de los pilares de la rebelión democrática contra ETA, convoca una manifestación en San Sebastián bajo el  lema “Por la vida. Por la libertad. Defendamos lo que nos une”. Se convierte en una multitudinaria demostración que marcaría un antes y un después en la lucha contra el terror.
Unificación Comunista de España estuvimos presentes con un amplio bloque. Hemos seleccionado tres momentos que definen desde donde hemos combatido el terror.
La pancarta principal de los comunistas de UCE era clara y rotunda: “El fascismo no pasará”. Tomando una clara posición contra el totalitarismo étnico desde la mejor tradición revolucionaria.
La segunda pancarta de nuestro bloque era, según nos repitieron muchos asistentes a la manifestación, “rompedora” y “liberadora”. Su contenido era. “Defender la libre unidad del pueblo de las nacionalidades y regiones de España es revolucionario”. Los comunistas defendiendo la unidad frente a quienes pretendían imponer la ruptura por la fuerza del terror.
El tercer, y más emocionante momento, fue el final de la manifestación. Como siempre hacemos, cantamos la Internacional. Mucha gente acudió a cantarla con nosotros, puño en alto.

¡Arzallus apunta, ETA dispara!

Al combatir a ETA, señalamos quienes eran los responsables de que el terror perdurara: los sectores más etnicistas y reaccionarios del nacionalismo excluyente, representados por Arzallus e Ibarretxe. Contribuyendo a que se extendiera la exigencia de sus responsabilidades, y a que felizmente se vieran obligados a abandonar la vida política.
Miles de ejemplares de nuestro periódico, con la portada que aquí se reproduce, fueron repartidos en la manifestación de San Sebastián, y en las principales ciudades y pueblos de Euskadi y el resto de España.
En marzo de 2001, el editorial del De Verdad definía con claridad la posición de UCE:

Denunciar y aislar el nazi-fascismo de Arzallus

 Desde sus orígenes, los núcleos dirigentes del PNV –no sus bases o sus cuadros intermedios que, en lo principal, se agrupan en él para luchar por unas justas reivindicaciones contra la opresión nacional– han tenido un marcado carácter racista. El racismo propio de quienes se consideran a sí mismos los etxekojaunchu (el señor del caserío) de Euskadi, que necesitan señalar y aislar a los de fuera, cuando los trabajadores inmigrantes empiezan a crear sus propias organizaciones sindicales y políticas de clase cuestionando su histórico dominio sobre la sociedad vasca. (…)
Sin embargo, existe un sector de la dirección del PNV dispuesto a apostar radicalmente por la independencia(...)
Llevar adelante un proyecto de este alcance exige, en cualquier lugar que se busque la fractura y la división, una línea de fragmentación social, de división étnica, de enfrentamiento cívico. Pero si, como en el caso de España, la unidad se asienta en sólidos lazos creados durante siglos de convivencia, cruce y mestizaje, entonces se hace necesario multiplicar la ferocidad para provocar el desgarro. Y obliga, al mismo tiempo a dotarse de un brazo armado como complemento indispensable de la estrategia política. (…)
En la alianza de la línea nazi-fascista, ETA y la dirección de Batasuna juegan el papel, respectivamente, de brazo armado y brazo «izquierdo» de Arzallus. No es Arzallus el cómplice de ETA, sino ETA y la dirección de Batasuna quienes ocupan un papel subordinado y complementario, aunque decisivo, en la estrategia de Arzallus.  (…)
Aislar a la línea nazi-fascista de Arzallus uniendo a todas las fuerzas susceptibles de ser unidas contra ella. Derrotarla en las próximas elecciones, poniendo en tensión todas las fuerzas de la sociedad organizando Plataformas contra el fascismo y por la Libertad en Euskadi. Perseguirla para que no pueda, nunca más, volver a levantar cabeza el nazi-fascismo en nuestro país. Y liquidar los planes del hegemonismo por fragmentar y dividir España.
Esta es la tarea y el reto más urgente que tiene ante sí el pueblo vasco y del resto de las nacionalidades y regiones de España.

Los comunistas, codo con codo con la rebelión democrática

En enero de 2004, Basta Ya fletó un autobús bajo el lema “Necesitamos libertad. Basta ya”, que inició su camino en Donosti y lo concluyó en Cádiz, recorriendo toda España, de punta a punta. Recabando el apoyo de todo el país al movimiento antifascista en Euskadi. En él participó una selección de lo mejor de la rebelión democrática, desde concejales socialistas o populares amenazados a personalidades que habían dado un valiente paso al frente como Fernando Savater. Y también estuvieron representantes de Unificación Comunista de España.
Hemos participado, codo con codo, en cada una de las convocatorias impulsadas por la rebelión democrática. Y hemos contribuido también a difundir su lucha en defensa de la libertad, clave para derrotar a ETA, en toda España a través de actos con sus representantes en los Ateneos XXI.

Luchando en la calle por la libertad

Los ejemplares de nuestro periódico cuyas portadas reproducimos aquí no pudieron venderse en kioscos... porque nadie se atrevía a hacerlo. Bajo el imperio del terror habían cosas que no podían decirse públicamente, y menos difundirse. Pues bien, estos y otros muchos ejemplares del De Verdad fueron repartidos en la calle por muchos militantes de Unificación Comunista de España. Dando la batalla por la libertad en la calle, que el totalitarismo étnico consideraba de su exclusiva propiedad.



"El terrorismo es siempre fascismo. 
Ni ha sido, ni es, ni será "de los pueblos". 
El terrorismo siempre está al servicio de los intereses 
y proyectos de grandes potencias mundiales 
y de poderosas clases dominantes"





martes, 6 de marzo de 2018

¡¡Ya está aquí!!

¿Se imaginan un país con más de 4 millones de parados, cientos de miles de inmigrantes en grave situación para encontrar un puesto de trabajo y una gran parte de las familias españolas con graves dificultades para hacer frente a los pagos de las hipotecas y la subida de los precios?

Pues a eso estamos abocados en la actual crisis. La recesión económica, es decir la crisis con sus peores consecuencias sobre la economía del país ya está aquí.
Un año después de abierta la crisis de las “hipotecas subprime” a nivel mundial la quiebra de Lehman Brothers en Wall Street, corazón financiero de la superpotencia norteamericana, la mayor quiebra de la historia, ha conmocionado los mercados mundiales, extendiendo y ampliando la crisis, haciendo aparecer el fantasma del “crac” del 29 y la recesión, alejando las perspectivas de recuperación de las economías nacionales y complicando la salida a flote de los sectores más débiles de las empresas y la población.

En España a la crisis mundial se superpone la quiebra de nuestro propio sistema de crecimiento de los últimos 20 años basado en un sector, el de la construcción, de baja productividad y mínimo valor añadido, un insostenible sistema de endeudamiento y acentuación de la dependencia exterior de nuestra economía.

Las consecuencias para la economía española, doblemente afectada por la crisis exterior e interior son catastróficas, y en particular para el empleo, ya que estamos ya en el 12’5%, vamos camino de acabar el año en más del 14% y podríamos superar el 20% en 2009, lo que supondría más de 4 millones de parados en las listas del INEM, algo impensable hace apenas un año.

El gobierno de Zapatero se ha enrocado en minimizar la crisis y sus efectos sobre la economía española, sin reconocer su responsabilidad, evidentemente no en la crisis de las “hipotecas basura” con origen en EEUU, sino en las causas específicas que agravan la crisis en nuestro país. ¿Por qué han mantenido el modelo económico (el del ladrillo) heredado de las etapas anteriores cuando todo indicaba que había que cambiarlo?

¿Por qué no se ha aprovechado las etapas de crecimiento para abordar los cambios estructurales que permitieran hacer en un país avanzado y competitivo? ¿Por qué no se han aprovechado los años de crecimiento, “de vacas gordas”, para impulsar una redistribución más justa de la riqueza?
Y sobre todo, ¿por qué no se han abordado los problemas estructurales de nuestra economía, concentrados en la dependencia del exterior, un modelo basado en la construcción, el despilfarro de los recursos públicos en todos los niveles de la administración (central, autonómica y local) y una distribución de la riqueza que beneficia sobre todo a la oligarquía financiera y los monopolios. Basta mirar cómo durante quince años han crecido hasta el 73% los beneficios del IBEX-35 mientras los salarios perdían el 4% de su poder adquisitivo.

El gobierno de Zapatero, como los anteriores, ha mantenido una economía con pies de barro. Cuyo crecimiento está basado en la dependencia y el endeudamiento exterior y en mantener como base un sector, el de la construcción, de baja productividad y escaso valor añadido. Y, por lo tanto, con una creación de empleo apoyada en bases tan débiles que se han derrumbado con estrépito a los primeros embates de la crisis.

Acabar con las cuatro dependencias

El principal problema estructural económico de nuestro país es su dependencia: sus cuatro grandes dependencias.
Dependencia de la financiación exterior. España es el país proporcionalmente más endeudado del mundo, con mayor deuda “per cápita” del planeta. Durante todos estos años no hemos crecido en base a nuestras propias posibilidades, sino al endeudamiento exterior; por lo que un resfriado financiero en los mercados mundiales provoca en nuestro país una auténtica epidemia de gripe; cuanto más si el enfermo mundial entra en una grave crisis como la actual.
Dependencia de unos pocos mercados. Nuestras exportaciones dependen al 75% de la Unión Europea, lo que limita y condiciona absolutamente nuestra producción. Producimos lo que ellos deciden que produzcamos. ¿Cómo no va a estar limitado el desarrollo de un país cuyas exportaciones apenas se asoman al 5% de los grandes mercados mundiales¿ ¿Qué han hecho los gobiernos del PP y del PSOE para cambiar esta situación en los últimos 30 años?
La dependencia energética, ha gravado –y lo sigue haciendo- enormemente el desarrollo económico de nuestro país, al imponer unos precios de la energía (petróleo o lo que pagamos por la energía nuclear francesa) que lastran la producción, nos ponen a merced de los vaivenes mundiales de los precios de la energía y nos hacen menos competitivos.

¿Pero acaso se han tomado medidas decisivas para acabar con este problema? Y la otra gran dependencia, la dependencia de las cuotas y límites a la producción (en agricultura, pesca o ganadería) impuestas por la Unión Europea, que nada tiene que ver con las posibilidades y necesidades de nuestro país, y que yugulan la producción en estos sectores.

Un pacto nacional
Aunque los efectos más sangrantes de la crisis se concentran en el pueblo trabajador, la crisis afecta al conjunto de la nación y a los intereses de la inmensa mayoría de los diferentes sectores sociales, es por eso que el interés común está en dar una respuesta común a la crisis, la articulación de un gran pacto nacional que implique al conjunto de la nación en una salida a la crisis que siente las bases para acabar con las cuatro grandes dependencias, cree una economía altamente competitiva y su riqueza está al servicio de los intereses del conjunto de la nación de las necesidades de la mayoría del país. Pacto nacional al que hay que llamar a en su apoyo al conjunto de fuerzas sociales, políticas, sindicales y económicas del país, a personalidades y profesionales.
Una respuesta que ha de empezar por comprometerse con un plan de ahorro nacional que parta en primer lugar por apretar el cinturón a las mismas cuentas del Estado en todos sus niveles, el Estado central, las Administraciones Autonómicas y los Ayuntamientos. Resulta que el Estado en su conjunto se ha convertido en un auténtico agujero negro de endeudamiento, despilfarro y clientelismo político. Basta recordar que en los últimos diez años la deuda de las Comunidades Autónomas aumentó un 173%, un 71% la de los Ayuntamientos y otro 53% la del Estado. Por no hablar del despilfarro en las empresas y televisiones públicas, el pago de comisiones y “asesores”, los gastos suntuosos e innecesarios, etc. Miles de millones para redistribuir en garantizar las necesidades populares (Dependencia, Sanidad, Educación, …) y en la transformación del modelo productivo del país.

Control democrático
Ninguna alternativa puede ponerse en pie hoy en España sin promover al mismo tiempo la regeneración de la vida política del país, de forma que los ciudadanos tengan cada vez más instrumentos de intervención y control sobre las diferentes administraciones.
Si las castas políticas han hecho, en dicho popular, “lo que les da la gana” sin responder ante nadie es porque han excluido a la inmensa mayoría de la población de la vida política del país, relegándola a votar cada cuatro años. Potenciar los instrumentos de participación ciudadana, de los profesionales en los planes científicos, de los trabajadores y todos los sindicatos –no sólo los mayoritarios- en el control de los planes de las empresas, de las comisiones de control en los planes de las Administraciones, de las asociaciones de consumidores en los precios, incluso abriendo la perspectiva de una cambio en la ley electoral que potencie las listas abiertas, es absolutamente imprescindible.

Hasta ahora, la correlación de fuerzas ha favorecido a los sectores dominantes del poder, incluido a las cúpulas de los grandes partidos políticos, es el momento de que en todo este proceso esta situación cambie, porque sólo en la medida en que las clases populares y sus representantes emergentes tomen cada vez más un papel decisivo será posible avanzar no sólo en las medidas inmediatas sino en la transformación estratégica del país.
Tomar la tarea de dar una respuesta nacional y favorable al conjunto de los ciudadanos a la crisis, creando un amplio movimiento de exigencia popular es el reto de todos los sectores, fuerzas, personalidades y personas patrióticas y democráticas del país.
Acabar con las dependencias que ahogan nuestro país e impiden la transformación del modelo económico y dar una salida a la crisis que suponga una transformación radical económica del país, con una economía avanzada con gran capacidad de creación de riqueza y empleo y una redistribución de de la riqueza al servicio de la mayoría del país y sus ciudadanos depende de nosotros.


Editorial De Verdad Nº 20 – Septiembre de 2008

viernes, 2 de marzo de 2018

8M




“Si paramos el mundo se para”

Bajo esta consigna se convoca este 8 de Marzo que va a tener un significado especial como Día Internacional de la Mujer, y sobre todo como Día Internacional de la Mujer Trabajadora, por la repercusión que puede tener la “Huelga feminista” convocada como una huelga “laboral, de cuidados, estudiantil y de consumo”.
En España la convocan más de 300 colectivos de mujeres y la respaldan cientos de colectivos y asociaciones más en todo el país, sindicatos y partidos políticos...                                                                                                                
De todos los derechos y reivindicaciones pendientes que tenemos las mujeres hay cinco que destacan sobre todo. Y las primeras son aquellas que están en la base material de la desigualdad: la brecha salarial, la precariedad y la brecha en las pensiones.

En primer lugar acabar con la brecha salarial y lograr la igualdad salarial con los hombres.
La brecha salarial no sólo no se ha reducido sino que ha aumentado en los dos últimos años.. Según los últimos informes de sindicatos, como CCOO y Gestha, las mujeres cobramos un 30% menos por hacer el mismo trabajo.
A igual trabajo igual salario. Queremos igualdad, pero con una redistribución salarial que garantice a hombres y mujeres un salario digno. Más de la mitad de las mujeres tenemos salarios por debajo de 1.000 euros mensuales, y dos tercios de los trabajadores que cobran menos que el salario mínimo somos mujeres. ¡Ninguna mujer por debajo de 1.000 euros netos al mes!
Y una Ley de Igualdad Salarial entre hombres y mujeres.

Segundo, atajar la precariedad laboral que ataca con particular virulencia a las mujeres.
La precariedad laboral y el paro son una condena de empobrecimiento para las mujeres. Padecemos en mayor medida la temporalidad y el empleo a tiempo parcial.
Más de la mitad de los empleos precarios son ocupados por mujeres. Y somos relegadas a los trabajos peor pagados y menos cualificados.
Como dice el informe de Gestha, la brecha salarial aumenta entre los 26 y los 45 años, se penaliza que la mujer tengamos permisos o excedencias para atender el ámbito familiar por maternidad y el cuidado de los hijos.
El paro femenino supera en cuatro puntos la media general.

La tercera reivindicación: igualdad en las pensiones.
La brecha con los hombres va más allá de la vida laboral, en el terreno de las pensiones la desigualdad es aún más escandalosa.
Solo el 42% de las mujeres cobran una pensión, frente al 87% de los hombres y es un 37% inferior a la media general. La pensión media de las mujeres, 722 euros al mes, no llega al salario mínimo interprofesional, y la mayoría está muy por debajo del umbral de pobreza.
¡Ninguna pensión por debajo de 1.000 euros!

¡Ni una menos! Tolerancia cero con la violencia machista.
Sobre la base de estas desigualdades materiales se levanta todo un sistema de relaciones de género opresivas e injustas que tienen su manifestación más cruel y dolorosa en el maltrato y la violencia machista.
En el combate a la lacra de la violencia de género no es suficiente con el reciente Pacto de Estado contra la violencia de género ya que no garantiza una política efectiva contra la violencia machista y los recursos necesarios para erradicarla.
Necesitamos una  Ley Integral contra la violencia de género que la prevenga, ayude a las víctimas, durante y después de la denuncia y el juicio -cuidado psicológico, asesoramiento, protección social y laboral- y que evite muertes, frente a la desprotección de las víctimas que denuncian. Que garantice los recursos tanto humanos como económicos para ello. Y la tolerancia cero contra el maltrato por parte de los órganos judiciales y policiales.

Y la quinta: educación igualitaria.
La implantación real de una educación igualitaria.
Con materias de igualdad de carácter obligatorio en todos los niveles dels sistema educativo, tanto en la enseñanza pública como privada.
Atender especialmente la educación sexual y emocional, inculcando la igualdad en la diversidad y el combate a valores y prácticas machistas, el respeto entre géneros y a las distintas identidades y orientaciones sexuales.

Este 8M ha de ser un paso más en la lucha de la mujer por sus derechos, la igualdad y contra la violencia machista como parte de la lucha de todo el pueblo y especialmente de la clase obrera por la Democracia (con mayúsculas) contra toda forma de opresión y explotación.
Se oprime para explotar. Y no será posible la liberación de la mujer de la opresión sin cuestionar las estructuras profundas de una sociedad basada en la explotación y la opresión. No es posible transformar el mundo sin nosotras

viernes, 23 de febrero de 2018

Ahora amenazan a las pensiones del futuro:




• Los trabajadores que tienen ahora 35-40 años, con 25 o 30 años más por delante de trabajo hasta acceder a la jubilación

• Las de los jóvenes que se están incorporando ahora con contratos precarios al mercado laboral.

• Y las de los hijos de estos trabajadores que heredarán unas condiciones de trabajo y un sistema de pensiones de incierto destino.


Lo que el Partido Popular quiere llevar a la comisión del Pacto de Toledo es que se extienda el cálculo de la jubilaciones a toda la vida laboral. Para ello, en esta primera etapa, proponen elevar los actuales 25 años de cotización a 30.
Todos los especialistas coinciden en afirmar que si sale adelante esta reforma las pensiones del futuro serían entre un 15 y un 35% más bajas que las de ahora.

Para deslizar este ataque a las pensiones futuras, pretenden envolverlo en el “caramelo envenenado” de que la medida de acogerse a toda la vida laboral sería “voluntaria”. Ocultan que solo podrían acceder a esta opción aquellos que hayan cotizado 38 años (lo que deja fuera a la mayoría de los
trabajadores).

Pretenden asestar un golpe de muerte al sistema público de pensiones, para transformarlo en un sistema asistencial y paliativo, que apenas mantenga a quienes desde la “pobreza laboral” lleguen a la jubilación.

Paso a paso y sin levantar la alarma social, quieren sentar todas las bases para degradar el sistema público de pensiones y crear un modelo mixto, donde los trabajadores futuros se vean obligados a contratar con bancos y aseguradoras un plan privado para su jubilación. Un negocio de 100.000 millones.

Por eso, blindar las pensiones en la Constitución, dándoles la máxima protección legal frente a cualquier recorte o privatización, y obligando a cualquier gobierno a mantener su poder adquisitivo, no solo es una cuestión de justicia social o de defensa de los trabajadores. También es golpear en el
centro del proyecto de saqueo que bancos y monopolios del IBEX35, junto a los grandes capitales de Wall Street, tienen para nuestro país y nuestro pueblo.


12’00 h.
Puerta del Sol (Madrid) 
Sábado, 17 de marzo