O Redistribución de la Riqueza
O un mayor empobrecimiento
Actualmente
solo hay dos caminos posibles para España O avanzamos por un camino de
Redistribución de la Riqueza. O, de no hacerlo, solo podemos esperar hundirnos
en un empobrecimiento cada vez mayor para la inmensa mayoría de la población y
para el conjunto del país.
Y no existe un “camino intermedio”
entre estos dos. No es posible “suavizar” los recorte o“flexibilizar” el
saqueo. No es cierto, como nos plantean algunos, que sea posible mejorar las
condiciones de vida de la población sin redistribuir la riqueza.
O Redistribución de la Riqueza o un
mayor empobrecimiento para la población. Son dos destinos antagónicos, dos
modelos estratégicos de país totalmente excluyentes. Y avanzar en uno u otro va
a decidir como vamos a vivir en los próximos 10 ó 20 años. Pero también va a
determinar el futuro inmediato de nuestros salarios, de la sanidad o la
educación públicas, de la democracia y las libertades...
Lo
que en las elecciones del 26-J nos ofrecen algunas de las candidaturas que se
presentan como la alternativa para “acabar con la austeridad impuesta por los
gobiernos del PP” es un “plan de rescate ciudadano” que limite el aumento de la
pobreza y la exclusión social a la que se condena a un sector de las familias
españolas, un incremento de los gastos sociales de entre 60.000 y 92.000
millones sobre la base de aumentar el endeudamiento público, y una reforma
fiscal dirigida a cargar con más impuestos a profesionales o pequeños y
medianos empresarios.
Esto no tiene nada que ver con Redistribuir la Riqueza. Es exactamente lo
contrario.
Redistribuir la riqueza es poner los enormes recursos de los
que dispone la economía española al servicio de los intereses del país y de las
necesidades de las clases populares y el 90% de la población. Frente a que en
la actualidad esos recursos sean utilizados y disfrutados por una minoría de
bancos y monopolios, nacionales y extranjeros, para enriquecerse ellos a costa
de saquear al pueblo y esquilmar al país.
O empezamos a avanzar en un camino de Redistribución de la
Riqueza, transfiriendo una parte de los recursos que se han apropiado bancos,
monopolios, grandes fortunas y capital extranjero hacia la satisfacción de las
demandas fundamentales de la población y a impulsar un desarrollo independiente
de la economía nacional. O nuestro único destino es el de sufrir un
empobrecimiento todavía mayor.
El origen de todos los males, y que los discursos dominantes
ocultan, es dónde está la enorme riqueza que existe en España. De ella
participamos cada vez menos las clases populares, a pesar de somos los que la
generamos. Y se apropian de ella, en una proporción creciente, los grandes
bancos y monopolios españoles, las grandes fortunas oligárquicas, y sobre todo
el gran capital extranjero.
Hay que poner fin a esta situación. No solo frenando o
revirtiendo el saqueo que hemos sufrido en los últimos seis años, sino sobre
todo Redistribuyendo la Riqueza, colocando esos enormes recursos de los que se
ha apropiado una ínfima minoría al servicio de las necesidades del desarrollo
del país y de la población.
De no hacerlo así, de no empezar a emprender ya el camino de
una auténtica Redistribución de la Riqueza, el destino inevitable que nos
espera es el de un mayor empobrecimiento para el 90% de la población,
incrementando el abismo social.
Esto es lo que está en juego en estas
elecciones. Lo realmente “decisivo”.
Partiendo de los datos y
hechos de lo que ha sucedido en España desde el inicio de la crisis.
Aclarándonos sobre cuáles son las razones y el origen de los recortes y el
saqueo que sufrimos la inmensa mayoría. Para desde ahí poder plantear una
alternativa que de verdad defienda nuestros intereses.
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