La más importante experiencia del movimiento comunista
internacional consiste en que el desarrollo y el triunfo de una
revolución dependen de la existencia de un partido
revolucionario del proletariado.
Debe haber un partido revolucionario.
Debe haber un partido revolucionario creado sobre la teoría revolucionaria
marxista-leninista y en el estilo revolucionario marxista-leninista.
Debe haber un partido revolucionario que sepa integrar la verdad universal del
marxismo-leninismo con la práctica concreta de la revolución en su propio país.
Debe haber un partido revolucionario que sepa ligar estrechamente la dirección
con las amplias masas populares.
Debe haber un partido revolucionario que pueda defender la verdad y corregir los
errores y que sepa hacer la critica y la autocrítica.
Sólo un partido revolucionario de este tipo es capaz de conducir al proletariado y a
las amplias masas populares a la victoria sobre el imperialismo y sus lacayos,
lograr el triunfo definitivo de la revolución democrática nacional y conseguir la
victoria de la revolución socialista.
Si un partido no es un partido revolucionario proletario,
sino un partido reformista
burgués;
Si no es un partido marxista-leninista sino un partido revisionista;
Si no es un partido de vanguardia del proletariado,
sino un partido que va a la cola
de la burguesía;
Si no es un partido que representa los intereses del proletariado y las amplias
masas trabajadoras, sino un partido que representa los intereses de la aristocracia
obrera;
Si no es un partido internacionalista, sino un partido nacionalista;
Si no es un partido que sea capaz de pensar y juzgar por sí mismo y adquirir un
conocimiento exacto de la tendencia de las diferentes clases en su propio país mediante una seria investigación y estudio, y que sepa aplicar la verdad
universal del marxismo-leninismo e integrarla con la práctica concreta de su propio
país, sino un partido que repite ciegamente las palabras de otros, copia la
experiencia ajena sin análisis, y da virajes siguiendo el bastón de mando de ciertas
personas del extranjero, o sea, un partido que es una ensalada surtida en que hay
de todo:
revisionismo, dogmatismo y otras cosas, menos principios marxistas-leninistas.
Entonces, semejante partido no puede en absoluto dirigir la lucha revolucionaria
del proletariado y las amplias masas populares, conquistar la victoria de la
revolución, ni cumplir la gran misión histórica del proletariado.
Esta es una cuestión sobre la cual todos los marxistas-leninistas, todos los obreros
políticamente concientes y todos los progresistas del mundo tienen que reflexionar
a fondo.
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