jueves, 3 de julio de 2014
Ante la consulta soberanista del 9-N
Artur Mas y el derecho a decidir
Mientras una vorágine de cambios y relevos sacude el mapa político español, Artur Mas mantiene aparentemente imperturbable su rumbo de navegación hacia el 9 de noviembre, la fecha en que según sus promesas debe realizarse la consulta sobre el llamado derecho a decidir. Y a medida que se acerca, crece la división entre el pueblo catalán y aumenta la confusión entre amplios sectores de la izquierda, tanto catalana como del resto de España.
El derecho a decidir, una forma eufemística de hablar del derecho de autodeterminación de las nacionalidades históricas de nuestro país, es un justo principio democrático que Unificación Comunista de España venimos defendiendo desde nuestro primer Congreso en marzo de 1978, hace ya más de 36 años. Nadie, pues, puede pretender darnos lecciones sobre ello, mucho menos el señor Artur Mas que ha venido rechazándolo con insistencia hasta hace poco más de 2 años.
Y lo defendemos no sólo por razones democráticas, sino porque consideramos que es la mejor forma de soldar la unidad, libre y voluntariamente decidida, de todo el pueblo de las nacionalidades y regiones de España. Estamos por la unidad de España, por la unidad del pueblo español, por la unidad de todas sus nacionalidades y regiones. Pero no por una unidad impuesta en nombre de nociones superiores y abstractas, sino por una unidad decidida libremente, voluntariamente acordada.
"¿Qué se propone ahora, entregarle un Estado para ellos solos para que nos sangren y asfixien todavía más?"
Pero de la misma forma que la unidad no es algo abstracto que se pueda imponer sobre una parte de la población, tampoco el derecho a decidir es un principio abstracto. Depende de quién y para qué lo proponga. La política no existe en las alturas, sino a ras de suelo, y la naturaleza de todas las alternativas y propuestas no dependen sólo de lo que se dice, sino de quien lo dice, cuando lo dice y para qué lo dice.
Al hablar del complejo Estado zarista ruso -una verdadera cárcel de nacionalidades- Lenin se esforzó una y otra vez por dejar claro que “si el marxista ucraniano se deja llevar por su odio, muy legítimo y natural, a los opresores rusos, hasta el extremo de hacer extensiva aunque sólo sea una partícula de ese odio, aunque sólo sea cierto distanciamiento, a la cultura proletaria y a la causa proletaria de los obreros rusos, ese marxista irá a parar a la charca del nacionalismo burgués”. Una parte de la izquierda catalana, al seguir ciegamente la estrategia de Artur Mas y extender el distanciamiento a la causa del pueblo español, está cayendo en la charca del nacionalismo burgués.
Haciendo suya la idea de que es “la intransigencia de España” la causa del soberanismo en Cataluña, estableciendo una diferenciación antagónica entre “España” y “Cataluña”, la izquierda alineada con la consulta soberanista no está haciendo más que darle munición política a los Mas y Pujol, que justifican todos sus recortes, ataques y saqueos contra el pueblo catalán al grito de “¡España nos roba!”. Alentando así la división del propio pueblo catalán, y quebrando la unidad de éste con el resto del pueblo español. Unidad imprescindible si lo que queremos es de verdad acabar con el saqueo y la intervención dictados por el FMI y Merkel contra el pueblo español, indistintamente de si vive en Cataluña o en Andalucía.
Hay todavía quien argumenta, desde posiciones de izquierda radical que, aún no siendo independentistas, apoyan no sólo la consulta, sino que están dispuestos a votar a favor de la independencia, porque “la ruptura que supondría un Estado catalán independiente creará mejores condiciones para el cambio político y social”.
Una miopía política de tan grueso calibre como creer que la reforma constitucional por la que ahora parece abogar Rajoy, o que defiende desde hace tiempo el PSOE, es buena “porque creará mejores condiciones para abrir un proceso constituyente”. Y si a nadie se nos ocurre ir de la mano con Rajoy o Rubalcaba en ese camino, porque todos sabemos que es una trampa que sólo conduce a “cambiar algo para que todo siga igual” o incluso a reforzar su dominio sobre el pueblo, ¿por qué con Artur Mas
se adopta una actitud distinta? ¿Es que acaso Artur Mas representa algo distinto a Rajoy y Rubalcaba? ¿No está como ellos aplicando a pies juntillas los dictados de Washington y Berlín, aunque eso suponga entregar Cataluña a la banca y las multinacionales extranjeras y acribillar a recortes y empobrecimiento a toda la población?
Los comunistas de UCE estamos por la unidad y estamos por el derecho de autodeterminación. Pero no vamos a apoyar la consulta del día 9 porque no vamos a ningún sitio con un personaje como Artur Mas, representante de la burguesía más rancia y depredadora, que echa pestes contra el Estado español, pero vive desde hace más de 30 años de ocuparlo y sangrar desde él al pueblo. ¿Qué se nos propone hacer ahora, entregarle un Estado para ellos solos para que nos sangren y asfixien todavía más? No lo vamos a hacer.
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