martes, 21 de enero de 2014
La Europa de Merkel y el FMI
Más pobreza, más desigualdad
Los últimos informes del Eurostat, la agencia europea de estadística, confirman el aumento de la desigualdad y la pobreza en la Europa de Merkel y el FMI. No sólo entre Estados, cada vez más lejos de la convergencia y con una brecha económica entreellos cada vez más amplia. También entre unos pocos explotadores cada vez más ricos y la inmensa mayoría de la población. El empobrecimiento colectivo de la mayoría y la creciente desigualdad recorren Europa de arriba a bajo.
Según el informe de rentas en la Unión Europea de Eurostat, España y Portugal eran los dos países con menor renta por habitante de los 11 que crearon la zona euro en 1999, y 14 años después seguimos en la cola. Grecia, Portugal,Irlanda, incluso Italia y Francia han perdido posiciones respecto a la media europea.
Respecto a la desigualdad y la pobreza, los informes de Eurostat ponen de manifiesto que el 25% de los ciudadanos de la Unión Europea, unos 120 millones de personas, está en riesgo de caer en situación de pobreza, con datos de 2012.
Salvo Alemania y Holanda, en el resto de países de la UE aumentan las desigualdades, la pobreza y la exclusión social, como reflejan las noticias que inundan las redes sociales y los foros económicos.
"Se ha impuesto una salvaje devaluación interna en paro, salarios, pensiones y recortes sociales"
Desde Grecia, donde la cuarta parte de la población viven ya por debajo del umbral de pobreza y donde el desmantelamiento de la sanidad pública está provocando la muerte de miles de personas y la vuelta de enfermedades como la malaria, hasta el Reino Unido, donde según un informe de la mayor red de bancos de alimentos, Trussell Trust, el número de británicos que se ven obligados a acudir a instituciones benéficas para poder comer se ha multiplicado por 20 en los últimos años.
De Portugal, con el riesgo de pobreza infantil superando el 28,6% de los menores de 18 años y los mayores de 65 rebasa la media europea, situada en el 25%, a Italia, donde el gobierno ha reconocido que los niveles de pobreza alcanzan un récord histórico desde 1997.
España se ha convertido en la sociedad más desigual de Europa, el riesgo de pobreza y exclusión social llega ya al 28,2% de la población, 13 millones de personas, según un informe del Instituto de Estudios económicos (IEE) en base al análisis de los datos del Eurostat, 3,5 millones de ellos viven ya en la pobreza severa, disponen de menos de 307 euros al mes para subsistir, según un informe de Cáritas.
Una desigualdad con dos caras, la del empobrecimiento de la mayoría y el enriquecimiento de unos pocos explotadores. El problema de la pobreza son los millones de trabajadores sometidos a las condiciones más brutales de explotación capitalista, con sueldos, prestaciones o pensiones de miseria, familias con todos sus miembros en paro o desahuciadas de sus viviendas, mayores de 45 años convertidos en parados de larga duración de por vida, jóvenes o mujeres con hijos imposibilitados de acceder al mercado laboral o con sueldos por debajo del salario mínimo, o jubilados con pensiones de miseria, que además han de sostener a los hijos expulsados del mercado laboral
"Se acelera el trasvase de riqueza hacia Washington y Berlín"
Mientras, recientes estudios ponen de manifiesto cómo el número de ricos en España ha crecido un 13% sólo entre 2011 y 2012. Cerca de 50.000 personas que han pasado a engrosar el listado de los 400.000 españoles más ricos, poco más de un 1% de la población, que disponen de más de un millón de euros de riqueza. Los 100 grupos empresariales-familiares españoles de las listas que se publican de los más ricos concentran no menos de 158.500 millones de euros, y casi 100.000 millones sólo las 20 familias de la oligarquía que entran en el listado de los 100 más ricos del mundo.
El saqueo y la intervención del FMI y Merkel destrozan el “sueño europeo” En la propia constitución de la Unión Europea y especialmente a partir de la implantación del euro, está el origen del aumento de la desigualdad y el empobrecimiento que asola la UE. Alemania impuso un proyecto en base a sus intereses hegemonistas regionales, con unas economías girando en torno a los intereses económicos como gran potencia industrial, y una moneda fuerte única pilar financiero de los bancos alemanes.
Pero con el estallido de la crisis, la política de intervención y saqueo de los países dependientes, especialmente a los países del sur de Europa, impuesta por Washington y Berlín para recuperar el capital y la tasa de ganancia capitalista perdida por la crisis, y ejecutada por las clases políticas en connivencia con las oligarquías financieras de cada país, no ha hecho más que acelerar un proceso que ya estaba en marcha. Por un lado, la desindustrialización del país y el trasvase al capital extranjero de la industria nacional.
Y por otro, ante la imposibilidad de utilizar la devaluación de la moneda, del euro, la imposición de una devaluación interna.
En el primer caso, mientras aquí se destruyen más de 200.000 pymes, el capital extranjero controla ya el 40% de la industria y se ha lanzado a una nueva ronda de adquisiciones con la entrada de los fondos buitre para comprar a precio de saldo industrias y los sectores más productivos y rentables de nuestra economía.
En el segundo, la agresividad de la devaluación interna ha provocado y sigue provocando una sangría económica y social de proporciones incalculables. Han impuesto un rescate bancario que lleva consumidos 300.000 millones de euros de recursos públicos, disparando la deuda hasta casi el 100% del PIB y multiplicando los intereses hasta los 40.000 millones anuales que se llevan los banqueros alemanes, franceses y norteamericanos. Y todo tipo de reformas, laborales, de pensiones o fiscales cuya consecuencia más dramática son los 6 millones de parados, incluidos 2,5 millones de familias con todos sus miembros en paro; con el único fin de rebajar los salarios, rentas y pensiones, abaratar los despidos, subir los impuestos, garantizar las tarifas monopolistas sobre los servicios básicos y recortar la Sanidad, Educación, el resto de servicios sociales, imponer copagos...
Un saqueo salvaje de la población con el que alimentar el gigantesco trasvase de salarios, ahorros y rentas desde el 90% de la población hacia un puñado de oligarcas, de aquí y, sobre todo, de fuera
Esta es la base de la creciente desigualdad y empobrecimiento que recorre la Unión Europea y que ha destrozado, si es que alguna vez lo hubo, el llamado “sueño europeo”, de convergencia entre los Estados y reducción de las desigualdades.
Esta es la Europa que el 95% de la población rechaza en las encuestas, la del abismo social cada vez más grande entre la mayoría de la población y un puñado de banqueros y monopolistas, la de las políticas de la Troika (el FMI, BCE y Berlín).
Mientras, las alternativas basadas en políticas redistributivas de la riqueza se abren camino cada vez con más fuerza y entre sectores más amplios de la población.
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