Althusser sintetiza
las herramientas necesarias para comprender el significado profundo de la
ciencia en general y de la ciencia marxista en particular, y que resultan
imprescindibles para no caer en el empirismo.
En los años 70, los textos de Althusser
eran estudiados con admiración en las universidades españolas, así lo contaba
uno de nuestros más importantes filósofos y amigo de nuestro partido, Gustavo
Bueno:
“En 1975 tuve mi principal
contacto con la obra de Althusser (…) No deja hoy de ser sorprendente el
tremendo impacto que la filosofía althusseriana tuvo en la España de aquellos
años. En los ambientes universitarios proliferaban los especialistas y no tan
especialistas que se llenaban la boca con el nombre de Althusser, paseaban sus
obras bajo el brazo y le dedicaban una auténtica devoción. En aquel ambiente
fructificaron con facilidad las referencias althusserianas de pensadores
relacionados con el 68 francés; referencias que incluso no fueron ajenas a
ciertos guiños pro chinos.
(…)Althusser fue una figura
interesante en su contexto, una figura llena de enigmas y de un incalculable
valor histórico. (…) Es una pena que hoy su pensamiento haya pasado al olvido
de las Facultades de Filosofía, cuando fue tan admirado en aquellos años 70 del
congreso de Oviedo.
El pensamiento de Althusser, que
pese a no compartirlo, respeta con admiración Gustavo Bueno, nos servirá para
fundamentar teóricamente qué es la ciencia y distinguirla de las ideas
dominantes empíricas que desprecian la teoría revolucionaria y dejan al
proletariado revolucionario sin su principal arma de combate: el conocimiento
de la lucha de clases para intervenir en ella y acabar con la explotación
capitalista.
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