lunes, 18 de julio de 2016

IMPERIALISMO, FASE SUPERIOR DE DESARROLLO DEL CAPITALISMO (1ª parte)


           
El pensamiento que se ha hecho dominante entre amplios sectores progresistas y revolucionarios afirma que los enormes cambios operados en el capitalismo con la globalización, han convertido en desfasadas las viejas ideas marxistas sobre el imperialismo.
            
En esta primera parte buscamos demostrar cómo las tesis establecidas por Lenin, hace ahora cien años, definen con rigurosidad al imperialismo. Y que no solo conservan toda su vigencia, sino que resultan tan imprescindibles para comprender lo que sucede en el mundo como lo es la ley de la gravedad para un físico.

            Lo que pretendemos demostrar es que:

En primer lugar, vivimos bajo el capitalismo monopolista de Estado, donde el dominio de clase de un pequeño puñado de oligarquías financieras (las propietarias de los principales bancos y monopolios) se impone a través de su poder sobre gigantescos Estados imperialistas, cuya misión es defender los intereses de estas burguesías monopolistas imperialistas.
            No nos enfrentamos a “dictadura de los mercados” que derrumban Gobiernos. Tampoco a los “monopolios sin Estado”, o a un capital transnacional sin patria por encima de los Estados. Los principales explotadores y opresores del planeta son un pequeño puñado de potencias imperialistas, a cuya cabeza, y por encima de todas las demás, está la superpotencia norteamericana.
En segundo lugar, buscamos demostrar que el imperialismo es la fase monopolista del capitalismo, en la cual, siguiendo a Lenin, “el capitalismo se ha transformado en un sistema universal de sojuzgamiento colonial y de estrangulación financiera de la inmensa mayoría de la población del planeta por un puñado de países imperialistas”.
            Frente a quienes solo ven el imperialismo cuando se manifiesta a través de invasiones, guerras o golpes de Estado, que admiten la intervención imperialista en Venezuela pero la niegan en España, y difunden la idea de que es posible “otra política” -no imperialista, no violenta- bajo el capitalismo monopolista.
Y en tercer lugar, vamos a partir de que sin conquistar la independencia nacional frente al dominio hegemonista e imperialista son imposibles las transformaciones sociales que nuestro pueblo necesita.
            No nos enfrentamos al “neoliberalismo”, que ha impulsado “las políticas de austeridad”, sino a una única superpotencia, EEUU, convertida en el enemigo principal de todos los países y pueblos del mundo. Y cuya intervención es, desde hace más de sesenta años, particularmente intensa en España.
            Quienes dirigen nuestra mirada hacia “los excesos de las castas internas”, afirmando explícitamente que “no tendremos problemas con los actores exteriores”, están ocultando que España es un país intervenido y dominado, por el hegemonismo norteamericano, y también por el imperialismo alemán.
           
Todas estas posiciones, que se presentan como un análisis novedoso frente a un marxismo al que consideran superado, fueron ya pulverizadas por Lenin hace exactamente un siglo. Como entonces, lo que ahora buscan es ocultar a los verdaderos enemigos, borrar el antagonismo de sus intereses con el del 90% de la humanidad, confundir acerca de quiénes son los auténticos amigos a los que debemos unirnos y extraviar la lucha de la gente más consciente y revolucionaria, para entregarla atadas de pies y manos en brazos del hegemonismo y el imperialismo.
            Nosotros, en esta primera asignatura pretendemos demostrar que sólo partiendo de Lenin y de su análisis certero de la transformación del capitalismo en imperialismo es posible analizar y comprender el mundo actual y los cambios que se están operando en él.  
     Y para ello vamos a seguir y estudiar paso a paso en esta primera asignatura los cinco rasgos fundamentales del imperialismo fijados por Lenin, la síntesis de las conclusiones de su estudio:
1)      La concentración de la producción y del capital llegada hasta un grado tan elevado de desarrollo que ha creado los monopolios, que desempeñan un papel decisivo en la vida económica;
2)      La fusión del capital bancario con el industrial y la creación, sobre la base de este "capital financiero", de la oligarquía financiera;
3)      La exportación de capital, a diferencia de la exportación de mercancías, adquiere una importancia particular;
4)      La formación de asociaciones internacionales monopolistas de capitalistas, las cuales se reparten el mundo, y
5)      La terminación del reparto territorial del mundo entre las potencias capitalistas más importantes.
          El imperialismo es el capitalismo en la fase de desarrollo en la cual ha tomado cuerpo la dominación de los monopolios y del capital financiero, ha adquirido una importancia de primer orden la exportación de capital, ha empezado el reparto del mundo por los trusts internacionales y ha terminado el reparto de todo el territorio del mismo entre los países capitalistas más importantes”.



1ª).- Es la concentración del capital y de la producción la que conduce, al llegar a un muy elevado grado de desarrollo, al monopolio, que pasa a desempeñar un papel decisivo en la vida económica.

- El monopolio es fruto de la competencia, pero a la vez representa la sustitución de la libre competencia por los monopolios capitalistas.

- Este salto del capitalismo de libre cambio al capitalismo monopolista es consecuencia inevitable de las leyes objetivas, universales e inherentes al capitalismo.

            
El imperialismo es la fase superior, la fase monopolista, del capitalismo.

            “La transformación de la libre competencia en monopolio es el fenómeno más importante del capitalismo moderno. La concentración, fruto de la competencia, por si misma, al llegar a un grado determinado de desarrollo, conduce al monopolio. El capitalismo se transforma en imperialismo únicamente al llegar a un grado muy alto de su desarrollo”. (Lenin) [A partir de aquí, utilizaremos la “cursiva” para la reproducción textual de Lenin]
            La base de la aparición de los monopolios es la misma batalla de la competencia capitalista, que obliga a ampliar, incrementar y concentrar constantemente el número y el volumen de los capitales. Pero a su vez, “la aparición del capitalismo monopolista significa, desde el punto de vista económico, la sustitución de la libre competencia por los monopolios capitalistas”.
Los datos de algunos de los principales sectores productivos evidencian el altísimo grado de concentración monopolista.
Diez grandes monopolios de la industria aeroespacial y de defensa controlan el 75% de la producción mundial, y tienen  unas ventas anuales conjuntas de cerca de 380 mil millones de dólares, una cifra superior al PIB de Dinamarca.
Un sector relativamente nuevo, como el de los ordenadores, se ha monopolizado aceleradamente. Los cinco mayores monopolios controlan ya el 66,8% de las ventas mundiales. Y en internet apenas 5 monopolios (Google, Facebook, Amazon, ebay y Twitter) controlan el 70% de todos los ingresos mundiales de internet, imponiendo que el 90% de las comunicaciones mundiales en la red pasen por EEUU.

            El capitalismo monopolista se caracteriza porque “unas cuantas empresas gigantescas se ponen de acuerdo entre sí respecto a las condiciones de venta y los plazos de pago. Se reparten los mercados y las cantidades de productos a fabricar. Establecen los precios.  Hacen un cálculo aproximado de las fuentes de materias primas y se apoderan de ellas. Monopolizan la mano de obra cualificada...”
En España, el 100% de la producción de automóviles está en manos de ocho grandes monopolios, todos extranjeros: Renault y PGA (Francia), Volkswagen y Mercedes (Alemania), General Motors y Ford (EEUU), Nissan (Japón) y Fiat (Italia). Lo que les permite decidir sobre la producción del octavo país en la produccíón mundial de automóviles, convirtiendo a España en una plataforma de exportación a su servicio. Así como incrementar sus ganancias a través de una reforma laboral que les ha permitido rebajar los salarios. O imponer draconianas condiciones a las pequeñas, medianas y grandes empresas proveedoras de sus factorías. 

            “Nos hallamos en presencia, no ya de una lucha de competencia entre grandes y pequeñas empresas, entre establecimientos técnicamente atrasados y establecimientos de técnica avanzada. Nos hallamos ante la estrangulación, por los monopolistas, de todos aquellos que no se someten al monopolio, a su yugo, a su arbitrariedad.”
            Según la revista Forbes, que publica anualmente el listado de referencia de las mayores empresas globales, los ingresos de los 100 principales monopolios del planeta suponen el 23,9% del PIB mundial.
            Este altísimo grado de concentración se da incluso entre los 2.000 mayores monopolios del mundo. Entre ellos los 500 primeros concentran el 65,7% de las ventas y el 74,5% de los beneficios. Las ventas de estos 500 gigantes monopolistas equivalen al 43% del PIB mundial, y emplean a 53 millones de trabajadores, una cifra superior a toda la población española.



2ª).- Lo característico del capitalismo monopolista es la formación del capital financiero y de las oligarquías financieras y su dominio sobre el capital en general y el resto de clases burguesas.

- Los bancos se convierten de modestos intermediarios en monopolistas omnipotentes. El capital financiero es fruto de la fusión del capital bancario con el capital industrial.

- Fusión que conlleva la “unión personal” entre banqueros y grandes industriales.

- Y que a su vez se completa con la unión personal de ambos con el Estado y el gobierno, que deja de ser “el consejo de administración de los intereses de la burguesía” para estar controlado en exclusiva por las oligarquías financieras.

           
En el capitalismo monopolista, la fusión entre el capital bancario y el industrial da lugar a la aparición del capital financiero y de las oligarquías financieras.
            Los bancos –que pasan a ocupar un papel decisivo, de simples prestamistas a determinar totalmente el desarrollo industrial y económico– hacen todavía más aplastante este predominio de un puñado de grandes empresas: millones de pequeños, medianos e incluso una parte de los grandes "patronos" se hallan de hecho completamente sometidos a unos pocos centenares de financieros millonarios.
            A medida que van desarrollándose los bancos y que va acentuándose su concentración en un número reducido de establecimientos, de modestos intermediarios que eran antes, se convierten en monopolistas omnipotentes que disponen de casi todo el capital monetario de todos los capitalistas y pequeños patronos, así como de la mayor parte de los medios de producción y de las fuentes de materias primas de uno o de varios países. Esta transformación de los numerosos y modestos intermediarios en un puñado de monopolistas constituye uno de los procesos fundamentales de la transformación del capitalismo en imperialismo capitalista”.

1* Los bancos se convierten de modestos intermediarios en monopolistas omnipotentes

            Los 28 bancos más grandes del mundo concentran el 90% de todos los activos financieros. Mientras que estas entidades tienen activos por valor de 50,3 billones de dólares, la deuda pública de 200 de los 211 países del mundo asciende a 48,9 billones de dólares.
            Los activos totales de la banca española ascienden a 3,25 billones de euros, casi el triple del PIB español. El 75% de todo el negocio bancario está en manos de solo seis grandes bancos. Y los tres primeros (Santander, BBVA y La Caixa) concentran el 46,6% de todo el stock crediticio y poseen el 49,2% de todos los depósitos. El Santander acumula activos por valor de 1,3 billones de euros, una cifra superior a todo el PIB español.

            “Al llevar una cuenta corriente para varios capitalistas, el banco, al parecer, realiza una operación puramente técnica, únicamente auxiliar. Pero cuando esta operación crece en proporciones gigantescas, resulta que un puñado de monopolistas subordina las operaciones comerciales e industriales de toda la sociedad capitalista. Los grandes bancos tienen la posibilidad –por medio de sus relaciones bancarias, de las cuentas corrientes y otras operaciones financieras–, primero, de enterarse con exactitud del estado de los negocios de los distintos capitalistas, y, después, de controlarlos, de ejercer influencia sobre ellos mediante la ampliación o la restricción del crédito, facilitándolo o dificultándolo y, finalmente, de determinar enteramente su destino, de determinar su rentabilidad, de privarles de capital o de permitirles acrecentarlo rápidamente y en proporciones inmensas, etc.”
            Por ejemplo, fue la banca, y en particular Botín, quién decidió que Endesa, el mayor monopolio eléctrico español entonces, cayera en manos italianas, ofreciendo financiación y crédito ilimitado a la constructora Acciona para lanzar la OPA junto a la italiana Enel. Gigantes monopolistas como Abengoa están siendo liquidados para asegurar que los grandes bancos nacionales y extranjeros cobran sus deudas.

2* El capital financiero es fruto de la fusión del capital bancario con el capital industrial. Fusión que conlleva la “unión personal” entre banqueros y grandes industriales.

            Es en el seno de los grandes bancos (con una dependencia cada vez mayor de la gran industria respecto de un reducido número de grupos bancarios) donde se realiza la fusión entre el capital bancario y el gran capital industrial, que da origen al capital financiero. A través de la unión personal de los bancos con las más grandes empresas industriales y comerciales, la fusión de los unos y de las otras mediante la posesión de acciones, mediante la entrada de los directores de los bancos en los consejos de supervisión o administración de las empresas industriales y comerciales y viceversa. Los grandes bancos se han convertido en capitalistas colectivos, en la alianza de un pequeño puñado de monopolistas”.
           
Por diferentes medios y en diferente grado de participación, JP Morgan Chasse y City Group son las cabezas de dos gigantescos grupos financieros y monopolistas norteamericanos:
-JP Morgan controla: United Steels (líder del acero mundial), Exxon Mobil (petrolera, antigua Standard Oil), BP Amoco (petrolera, antigua British Petroleum), el grupo de publicaciones Hearst (el que O. Welles plasma en ciudadano Kane)...
-City Group controla: Chevron-Texaco (petrolera), ATT (telecomunicaciones), Du pont (química), United Technologies, Alcoa (líder en aluminio), Boeing (aviación), Time-Warner-Aol-CNN (medios de comunicación)...

3* Y que a su vez se completa con la unión personal de ambos con el Estado y el gobierno

                        “La unión personal de los bancos y la industria se completa con la unión personal de unas y otras sociedades con el gobierno. Los puestos en el consejo de administración son confiados voluntariamente a personalidades de renombre, así como antiguos funcionarios del Estado, los cuales pueden proporcionar no pocas facilidades en las relaciones con las autoridades”.
            Con la aparición de capitalismo monopolista, el Estado deja de ser “el consejo de administración de los intereses de la burguesía” para someterse y ponerse al servicio de los intereses de la nueva clase dominante, las oligarquías financieras.
            Los expresidentes González, Aznar, Blair y Schröder han entrado en el directorio de corporaciones como Gas Natural Fenosa, Endesa, JP Morgan Chase y Gazprom, respectivamente. Luis de Guindos, actual ministro de Economía, fue el responsable para el sur de Europa de Lheman Brothers, el banco norteamericano que con su caída desató la actual crisis ... El actual presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, fue un alto directivo del banco de inversión norteamericano Goldman Sachs, el mismo que ayudó al gobierno griego a falsear sus cuentas para poder entrar en el euro.
            Frente a la idea de que en EEUU, fruto de la hegemonía del neoliberalismo, el Estado interviene menos en la economía, la realidad es exactamente la contraria. Precisamente por ser la única superpotencia, es donde es mayor la intervención estatal al servicio de los intereses de la gran burguesía norteamericana.
            El nacimiento del complejo militar industrial, la mayor concentración de capital del mundo, es el ejemplo más claro. En 1944, Charles E Wilson, por entonces, presidente de la General Electric (primera compañía mundial) propuso la formación de “una economía de guerra permanente”, mediante vínculos institucionales entre la gran industria, el capital financiero y el ministerio de defensa. Para ello, cada corporación industril debería nombrar un directivo superior con rango de “coronel en la reserva” que le habilitaría como nexo con el Pentágono. Por ejemplo, General Electric vende más motores al Pentágono que a todo el resto de sus clientes juntos.
            El Estado pasa a estar en manos exclusiva de las oligarquías financieras, fortaleciéndolas poniéndose al completo servicio de sus intereses. Por un lado seguirá siendo el árbitro de sus intereses impidiendo que un pequeño sector se haga con todo el poder, fruto de la concentración económica, estableciendo leyes que lo impidan y garantizando la competencia entre ellos, mecanismo necesario para conquistar nuevos mercados. Por otro seguirá siendo el instrumento para imponer al conjunto de clases las condiciones y medidas que le interesen, pero sobre todo pasará a ser el instrumento para defender los intereses de sus monopolios en el exterior, poniendo a su servicio los medios necesarios para ejercer el control político, el chantaje económico y la amenaza militar.



3º).- Es peculiar de la fase monopolista la importancia que adquiere la exportación de capital, frente a la exportación de mercancías.

- Sobre esta nueva base económica se levanta el poder del pequeño puñado de oligarquías más poderosas del mundo.

- Gracias a la exportación de capital construyen unos lazos de dependencia mucho más fuertes entre “acreedor-deudor” de los que existían anteriormente entre “comprador-vendedor”.

            Fruto de la concentración de capitales que provoca el capitalismo monopolista, en los países capitalistas más avanzados se da una acumulación de capital que alcanza proporciones gigantescas, surge una enorme "superabundancia de capital".
            Las mismas leyes del capitalismo, guiadas por la búsqueda del máximo beneficio, obligan a que el capital sobrante sea utilizado, no para aumentar el nivel de vida de las masas –ya que esto en lugar de la revalorización del capital daría lugar una declinación de las ganancias de los capitalistas–, sino para aumentar las ganancias a través de la exportación de capital hacia los países atrasados donde las ganancias son relativamente altas.
            Lenin, basándose en el beneficio obtenido por la exportación de capital en Gran Bretaña dice:
¡El beneficio de los rentistas es cinco veces mayor que el beneficio del comercio exterior del país más "comercial" del mundo! ¡He aquí la esencia del imperialismo y del parasitismo imperialista!
Por este motivo, la noción de "Estado-rentista" (Rentnerstaat ) o Estado-usurero ha pasado a ser de uso general en la literatura económica sobre el imperialismo. El mundo ha quedado dividido en un puñado de Estados-usureros y una mayoría gigantesca de Estados deudores”.
Las relaciones acreedor-deudor establecen unos lazos de dependencia económica mucho más fuertes. El deudor está más sólidamente ligado con el acreedor que el vendedor con el comprador. El colonialismo precisaba de la existencia de un destacamento de hombres armados en las colonias que impusieran el monopolio comercial con la metrópoli. También en el Imperialismo la fuerza política y militar de las potencias imperialistas será el factor disuasorio de una posible rebelión de los deudores, pero la economía del país dominado ha quedado prisionera del capital extranjero.

El desarrollo del imperialismo conduce inevitablemente a la concentración cada vez mayor del capital financiero a escala mundial en un pequeño puñado de grandes oligarquías financieras y Estados imperialistas.
            Solo cinco grandes potencias imperialistas (EEUU, Reino Unido Japón, Alemania y Francia) concentran el 63% de todos los activos financieros mundiales. Y tan solo EEUU acumula el 34%.
            EEUU y la UE, donde solo vive el 13% de la población mundial, concentra el 74,9% de la propiedad de la deuda mundial. Son los principales acreedores mundiales, y sus grandes bancos reciben el pago de los países deudores, la mayor parte de la humanidad.

*Con la exportación de capital el capital financiero extiende sus redes por todo el mundo mediante prácticas monopolistas de imposición, extorsión y control

            La exportación de capital trae consigo diversos mecanismos de intervención y expolio –empréstitos, intereses…- que convierten al país dominado en deudor de la potencia imperialista.
            El volumen total de la deuda pública mundial asciende a 80 billones de euros, el 104% del PIB mundial. Si le añadimos la deuda privada de grandes bancos y monopolios la cifra se eleva a los 200 billones de dólares. El 286% del PIB mundial. Constituyendo uno de los principales mercados para el gran capital financiero mundial.
            El pago por los servicios de la deuda a nivel mundial es de 2 billones de dólares, una cifra que multiplica por 15 los beneficios totales obtenidos por los diez mayores bancos del mundo.
            Como ya estableció Lenin “el capitalismo, que inició su desarrollo con el pequeño capital usurario, llega al final de este desarrollo con un capital usurario gigantesco”.

            La exportación de capital permite numerosas “facilidades comerciales”. La concesión de préstamos o la compra de nuevas emisiones de deuda suele estar condicionada a la adquisición de mercancías del país acreedor, o a la adquisición de sectores estratégicos de la economía nacional. Asimismo, la exportación de capital viene acompañada del establecimiento de mecanismos de control político y dominio militar, como forma de garantizar y acrecentar el capital.
            La llegada a España de los fondos de cohesión de la UE no fue un “regalo solidario” de Bruselas que financió nuestro crecimiento, sino una muy rentable inversión para Berlín y París. Llegaron a cambio de permitir una penetración sin precedentes del gran capital franco-alemán en la economía española. Por cada euro que entró en España de “fondos de cohesión” de la UE, el gran capital franco-alemán se llevó 4 en forma de incremento de los beneficios de sus bancos y monopolios.
            La transformación de esa deuda privada en deuda pública –a través de los rescates bancarios o el déficit de tarifa con las eléctricas– se ha convertido en un eficaz mecanismo de estrangulamiento financiero de Alemania para así imponer su política de saqueo sobre nosotros. Fue la imposición directa Alemania la que obligó a reformar en apenas 15 días la Constitución, para otorgar prioridad absoluta al pago de la deuda frente a la financiación de pensiones o sanidad.



4º).- Las asociaciones internacionales monopolistas de capitalistas se reparten no sólo el mercado doméstico, sino el mercado mundial entero.

- Los capitalistas no se reparten el mundo por su particular perversidad sino porque el grado de concentración a que se ha llegado les obliga a seguir este camino para obtener beneficios

- La lucha que se desarrolla entre los grupos capitalistas, independientemente de las formas que adopte, es una lucha antagónica de clases. Frente a la idea de un capital internacional unido.

            “Las asociaciones monopolistas de los capitalistas se reparten entre sí, en primer lugar,el mercado interior, apoderándose de un modo más o menos completo de la producción del país. Pero en el capitalismo, el mercado interior está inevitablemente enlazado con el exterior. Hace ya mucho que que el capitalismo ha creado un mercado mundial. Y a medida que ha ido aumentando la exportación de capitales y se han ido ampliando en todas las formas las relaciones con el extranjero y con las colonias y las “esferas de influencia” de las más grandes asociaciones monopolistas, la marcha “natural” de las cosas ha llevado al acuerdo universal entre las mismas, a la constitución de cárteles internacionales”.
Con el imperialismo se produce el reparto concreto del mundo entre las asociaciones de capitalistas. Las distintas asociaciones pactan acuerdos para distribuirse los mercados. Al mismo tiempo que luchan entre ellas por ocupar mayores porciones del mercado mundial, llegan a acuerdos para repartirse el mercado.
El FMI o el Banco Mundial son asociaciones internacionales de monopolistas, que imponen un determinado reparto del mundo. Con un sistema de cuotas que privilegia a EEUU e infravalora el peso de países emergentes como China.
Tratados como el del TTIP fijan en realidad el marco de un nuevo reparto comercial entre la superpotencia norteamericana y las burguesías europeas, y entre sus respectivos bancos y monopolios.

“Los capitalistas no se reparten el mundo llevados de una particular perversidad sino porque el grado de concentración a que se ha llegado les obliga a seguir este camino para obtener beneficios; y se lo reparten “según el capital”, “según la fuerza”; otro procedimiento de reparto es imposible en el sistema de la producción mercantil y del capitalismo (…) Sustituir el contenido de la lucha y de las transacciones entre las alianzas de los capitalistas con la forma de esta lucha y de estas transacciones (hoy pacífica, mañana no pacífica, pasado mañana otra vez no pacífica) significa rebajarse hasta el papel de sofista”.
La lucha que se desarrolla entre los grupos monopolistas, y entre las burguesías monopolistas, independientemente de las formas que adopte, es una lucha antagónica de clases.
Los grandes monopolios del automóvil han llegado a un acuerdo que impide a los coches chinos o indios, mucho más baratos, entrar en el mercado norteamericano o europeo. Pero al mismo tiempo Ford o la General Motors compiten ferozmente con Volkswagen o Toyota por el control del mercado mundial.
En las negociaciones del TTIP la fuerza político-militar de la superpotencia norteamericana es el factor clave que impone las condiciones a los monopolios y burguesías europeas.



5º).- El rasgo característico del imperialismo es la terminación del reparto territorial del mundo entre un pequeño puñado de potencias imperialistas.

- Los países imperialistas se reparten el mundo según su capital, según su fuerza.

- Y todos los países del mundo entran a formar parte del conjunto de redes de dependencia políticas, militares y financieras pasando a ser eslabones de la cadena imperialista.

- Una cadena que está jerarquizada según el capital y la fuerza política y militar de cada país.

- Con la formación de la cadena imperialista, es imposible entender nada de lo que pasa en cualquier país sin partir de cómo la situación internacional determina la situación nacional.

- Y el imperialismo deja de ser un “factor externo”, que actúa desde fuera, para convertirse en un enemigo interno.


            Con la llegada del imperialismo, el mundo se encuentra ya enteramente repartido y sólo se pueden efectuar nuevos repartos. Produciéndose la “división concreta” del mundo en las  distintas esferas de influencia de cada potencia imperialista.
            Pese a la pérdida relativa de peso económico de EEUU en el mundo (que ha descendido desde el 50% tras la IIª Guerra Mundial al 19,2% actual) sin embargo las economías de los países que están bajo su órbita de dominio directo, emasculadas política y militarmente y férreamente sujetas por tanto a lo que podríamos denominar el “bloque” de hegemonía exclusiva yanqui (lo que Ansón denomina los “virreinatos” del imperio norteamericano) representan más del 66% del PIB mundial, el 73,61% de los gastos militares mundiales y el 76% de los activos financieros totales del planeta.
            Para compensar la porción de la riqueza mundial que deja de controlar directamente (por el ascenso de países procedentes del Tercer Mundo) EEUU no tiene otro camino que el de intensificar el saqueo económico, el dominio político y el encuadramiento militar sobre los países dependientes.

            El reparto del mundo entre un pequeño puñado de potencias imperialistas conlleva distintas formas de dominación política.
            Como dice Lenin: “puesto que hablamos de la política colonial de la época del imperialismo capitalista, es necesario hacer notar que el capital financiero y la política internacional correspondiente, la cual se reduce a la lucha de las grandes potencias por el reparto económico y político del mundo, crean toda una serie de formas de transición de dependencia estatal. Para esta época son típicos no sólo los dos grupos fundamentales de países: los que poseen colonias y los países coloniales, sino también las formas variadas de países dependientes políticamente independientes, desde un punto de vista formal, pero, en realidad, envueltos por las redes de la dependencia financiera y diplomática”..
            “El ejemplo de Portugal nos muestra una forma un poco distinta de dependencia financiera y diplomática bajo la independencia política. Portugal es un Estado independiente, soberano, pero en realidad, durante más de doscientos años, desde la época de la guerra de sucesión de España (1701-1714), se halla bajo el protectorado de Inglaterra. Este género de relaciones entre algunos grandes y pequeños Estados ha existido siempre, pero en la época del imperialismo capitalista se convierte en sistema general, entran a formar parte del conjunto de relaciones que rigen el "reparto del mundo", pasan a ser eslabones en la cadena de las operaciones del capital financiero mundial.
            En la época del imperialismo todos los países del mundo, sin excepción, se han convertido en eslabones de la cadena de operaciones del capital financiero a escala mundial, pasando a formar parte de una misma cadena imperialista constituida por el conjunto de relaciones de alianza y dependencia que unen entre sí a los Estados capitalistas. No solo las colonias, sino también los países formal y jurídicamente independientes estén en realidad envueltos en las redes de dependencia económica, política y/o militar de las grandes potencias. Una cadena imperialista que está ordenada y jerarquizada según el capital y según la fuerza política y militar de cada uno.
            Ya no es posible concebir la situación política, económica,... de las distintas clases en un país como el resultado exclusivo de su desarrollo interior, sin atender a la influencia decisiva, determinante, que sobre él tiene el desarrollo de las contradicciones imperialistas, la correlación de fuerzas y los proyectos de las principales potencias. Con la aparición de la cadena imperialista, la situación de la lucha de clases a escala internacional determina el desarrollo de la lucha de clases interna de cada país.
           
6º.- Las ideas mayoritarias en la izquierda (tanto la clásica, como la “nueva”) afirman que vivimos bajo el dominio del “neoliberalismo”, de “los mercados”, de “capitales sin patria ni Estado” o de un “gobierno mundial de los monopolios”, … En múltiples y variadas formas, todas estas versiones coinciden en ocultar a los principales explotadores y opresores que no son otros que las principales oligarquías financieras y potencias imperialistas, y hacen desaparecer el antagonismo de su dominio sobre la mayoría de países y pueblos del mundo.   

            Hemos demostrado (con hechos y datos proporcionados por las estadísticas de las mismas instituciones burguesas) la veracidad de las tesis leninistas sobre el imperialismo. Cómo el desarrollo del mundo actual se corresponde con las leyes establecidas por Lenin hace exactamente un siglo.
                        Sin embargo, las ideas hoy dominantes en muchos sectores de la izquierda, difundidas por el revisionismo, y que en España están representadas por la dirección de Podemos o por la IU de Alberto Garzón, afirman exactamente lo contrario. Se trata de una “ensalada surtida” en la que hay de todo, post marxismo, populismo, socialdemocracia, eurocomunismo, … de todo, menos marxismo leninismo.
                        Sus posiciones podrían sintetizarse en las siguientes tesis:
1º.- El poder económico ha colonizado por completo la política. El dominio de un pequeño grupo de transnacionales, formando un capital mundial sin patria, es tan grande que se impone sobre los Estados más poderosos.
2º.- Vivimos bajo la dictadura de unos mercados sin rostro, expresión de un capital exacerbadamente especulativo
3º.- El principal obstáculo para el cambio social proviene de las resistencias de nuestras oligarquías corruptas, defraudadoras e improductivas, y no de la intervención de los actores exteriores.
4º.- Debemos poner freno al avance del capitalismo salvaje y sus políticas de austeridad, recuperando la idea de una Europa social, e imponiendo a las grandes empresas responsabilidad social.
                        Estas posiciones conducen a mucha gente revolucionaria a luchar contra un difuso “neoliberalismo”, mientras se oculta el dominio real de las principales oligarquías y potencias imperialistas, en primer lugar la superpotencia norteamericana.
*¿Monopolios sin patria? ¿Dictadura de Mercados sin rostro?
La radiografía de la propiedad  de los principales monopolios, bancos y fondos de inversión, reflejan el dominio de las principales oligarquías financieras y países imperialistas.
                        De los 28 bancos más grandes del mundo, 8 son norteamericanos, y 20 pertenecen a las cinco principales potencias imperialistas (EEUU, Francia, Reino Unido, Japón y Alemania). El 54% de las 100 mayores multinacionales son propiedad del gran capital norteamericano. Y 174 de los 200 principales monopolios del mundo pertenecen a solo seis grandes potencias imperialistas.
                        *¿El neoliberalismo se ha impuesto sobre el papel de los Estados?
Asistimos a una masiva intervención estatal en defensa de los intereses de explotación de las principales oligarquías financieras.  No es el presidente del Bank of America ni de uno de los fondos de inversión norteamericanos, sino Barack Obama, quien visita España para garantizar la formación de un gobierno favorable a sus intereses.
                        *¿Gobierno mundial de los monopolios?

Lo que sufrimos hoy es la intensificación del saqueo económico de la superpotencia norteamericana sobre los países y pueblos bajo su dominio.

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