El plan de Berlín para saquear y hundir a España
Mientras Rajoy y su gobierno prometen que no habrá más recortes en 2013, desde Berlín llega un contundente mensaje que indica justamente lo contrario: la oleada de austeridad para los países del sur no ha hecho más que empezar. El dolor durará 10 años, y los españoles deben rebajar un 30% sus salarios, pensiones y ayudas sociales.
Uno de los mas influyentes asesores personales de Merkel, Hans-Werner Sinn, presidente del instituto IFO, lo ha dicho con rotunda severidad este pasado fin de semana. Es el mismo siniestro personaje que dijo que si Alemania no ponía medidas drásticas, “dentro de unos años, nuestros hijos se verán obligados a ir al Sur de Europa a recuperar nuestro dinero”. Al poco tiempo, las deudas de Grecia, Portugal, Irlanda, España e Italia empezaron a temblar.
“España tendrá 10 años más de crisis y una devaluación interna del 30%” es lo que ha dicho ahora. Y ello incluye para este cualificado portavoz de la burguesía monopolista alemana, entre otras cosas, “una nueva reforma laboral que flexibilice los salarios a la baja”; “reducir las cotizaciones sociales” a los empresarios –lo que abocaría irremediablemente a una reforma de las pensiones– “laminar el Estado del Bienestar privando a millones de personas de sus ayudas sociales” (según sus palabras textuales) y volver a “subir el IVA”.
Es decir, que los ataques contra los salarios, las pensiones, la sanidad, la educación o el subsidio de desempleo no sólo no se van a frenar o amortiguar en 2013, sino que se van a recrudecer. Y no sólo el próximo año, sino durante una década. Y con una desvergonzada franqueza reconoce que va a ser “duro y doloroso”... Para nosotros, claro. Porque se le ha olvidado decir que será beneficioso y gratificante para la banca y los grandes monopolios alemanes.
Sus declaraciones son toda una advertencia de a dónde quieren llevarnos, de por dónde pasa el plan de Berlín para saquear a nuestra gente y hundir a nuestro país. Si el desplome de los salarios, un 10% sólo en 2012, unido a los recortes sociales en sanidad, educación, pensiones o dependencia; el coste del rescate bancario reconvertido en deuda pública y las subidas de impuestos, tasas y tarifas de los servicios monopolistas (banca, luz, gas, agua, transporte,...) han hundido este año el consumo interno, colapsado el crédito y la inversión, multiplicado el paro y extendido la pobreza no es difícil imaginar las consecuencias para el 90% de la población si esta gente consigue llevar adelante sus planes.
Y sin embargo, a pesar de ello, o precisamente debido a ello, en 2012 hemos visto multiplicarse la capacidad de lucha entre amplísimos sectores de la población, desde trabajadores y funcionarios hasta médicos y jueces.
El éxito de las dos huelgas generales y las millones de personas que han salido a la calle en las movilizaciones generales o sectoriales son sólo la expresión más visible de una sociedad española que aparece, en todas partes, repleta de energía y fuerzas de resistencia.
A lo que hay que sumar un descrédito de la clase política del bipartidismo que corre en paralelo con su plegamiento incondicional a los dictados del FMI y Berlín y su aplicación implacable de un conjunto de medidas que constituyen un auténtico saqueo contra el país y contra el 90% de la población.
"Berlín exige 10 años de austeridad y una rebaja de salarios, pensiones y subsidios del 30%"
Mientras por otro lado se aferran a los privilegios y la corrupción que le otorga su estatus y defienden con uñas y dientes la cerrazón e inmovilidad de un modelo político con el que pretenden cerrar el paso a la aparición de nuevas fuerzas capaces de alterar esa correlación de fuerzas.
En estas condiciones, ante el pueblo se nos presenta la necesidad de abordar con urgencia dos tareas a través de las cuales aprovechar las debilidades de nuestros enemigos y concentrar las fuerzas del pueblo en un mismo frente de combate.
La situación exige que avancemos y demos pasos concretos en la unidad. Pero al mismo tiempo necesitamos concentrar la enorme capacidad de lucha demostrada en las calles de todo el país –hoy todavía dispersa y fragmentada– en una misma batalla capaz de unificar toda esa energía, agruparla y golpear a nuestros enemigos en un único punto, en aquel en que ellos son más débiles y nosotros más fuertes.
Ahora es el momento de la unidad
El acelerado deterioro de la situación en nuestro país está provocando que ante el pueblo se nos presente la necesidad, y la oportunidad, de emprender dos tareas imprescindibles: la de avanzar en la unidad en torno a un Frente Amplio y la de dar una batalla capaz de unir a la inmensa mayoría en un mismo frente de lucha.
Dar una batalla que no se dirija, de forma fragmentaria, a uno u otro sector de la población, sino que implique y afecte a la inmensa mayoría. Un terreno de juego que nos dé la oportunidad de unir al 90% de la población en un único frente de lucha. Esa batalla es hoy la de las pensiones, el próximo botín hacia el que se dirigen ya de forma abierta –tras haber asaltado el sistema financiero, la sanidad, los salarios o la educación– el FMI y Berlín.
"Por todas partes se observa el mismo convencimiento de que ahora es el momento de la unidad"
Una batalla que nos afecta a todos, a los pensionistas actuales y a los futuros. Que implica por igual a todos los que hoy participan en cualquiera de las mareas en lucha... y a quienes todavía no han participado en ninguna de ellas.
Este es el terreno de juego en que nuestros enemigos son más débiles porque están más aislados.
Dar la batalla por un referéndum que blinde en la Constitución el sistema de pensiones públicas y el nivel de vida de los pensionistas puede convertirse, si sabemos hacerlo, en el elemento catalizador capaz de concentrar nuestras fuerzas y darles un golpe que les haga retroceder.
Hace ya casi un año que nuestro partido, Unificación Comunista de España, pusimos sobre la mesa esta alternativa y ya llevamos recogidas más de 200.000 firmas exigiendo el referéndum. Pero ésta no es una batalla cuyo protagonismo corresponda a una sola organización, aunque por nuestra parte, desde luego, estamos dispuestos a ser los más consecuentes y abnegados en llevarla adelante.
Sin embargo, es una batalla que pertenece el pueblo y en la que deben que participar todas las organizaciones y plataformas sociales, políticas, sindicales, ciudadanas, personalidades democráticas,... que buscan frenar la implacable intervención y el saqueo al que estamos siendo sometidos.
Con este fin, nuestro partido ha desplegado en los últimos meses una intensa actividad, reuniéndonos con numerosas fuerzas políticas, sindicales, y sociales para presentarles la propuesta de constituir una Mesas estatal pro-Referéndum sobre las pensiones. Mesa formada por personalidades, fuerzas sociales, sindicales,... que tome en sus manos la organización y la extensión de la campaña.
Y los resultados no pueden ser más alentadores. Las condiciones son mucho mejores de lo que nadie podía prever. De todas ellas se desprenden idénticas conclusiones.
En primer lugar una misma convicción de que, en efecto, las pensiones son el próximo gran objetivo hacia el que se dirigen. Y que esta es una batalla de todos, porque a todos nos va a afectar de forma muy grave, independientemente de la edad, el sector social a que pertenecemos o de la ideología o la tendencia política que tengamos.
Tomar conciencia de la necesidad de extender la campaña de referéndum sobre las pensiones, de crear un gran clima de opinión favorable a su realización y de organizar las fuerzas que pueden y deben participar en esta batalla es hoy de una importancia política excepcional.
En segundo lugar, por todas partes se observa el mismo convencimiento de que ahora, más que nunca, es imprescindible trabajar y dar pasos efectivos hacia la unidad. Unidad que ya se ha plasmado en muchas iniciativas a distintos niveles (las plataformas sectoriales de lucha, la Cumbre Social, el Foro Social Independiente,...), pero que ahora ha llegado el momento de que dé un salto cualitativo, reuniendo a todas estas y a otras muchas más fuerzas en torno a la Mesa estatal por el Referéndum sobre las pensiones
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