Hay cárceles en las que encierran a personas a las que no se conoce delito, cárceles que no cumplen ni siquiera los requisitos mínimos para ser una cárcel, cárceles en las que los presos están hacinados en condiciones insalubres y casi incomunicados, cárceles en las que ha habido denuncias de maltrato y tortura, cárceles en las que los presos mueren porque no son atendidos, cárceles en las que los reclusos viven angustiados porque nadie les informa de su situación o futuro inmediato
cárceles que ni siquiera se llaman cárceles:
se llaman Centros de Internamiento para Extranjeros.
La única
condición para disfrutar de una estancia controlada en uno de estos balnearios
es no tener papeles. No es delito pero lo pagan como si lo fuera. El Guantánamo
español es como el estadounidense, muchos reclusos no han pasado por ningún
juicio ni son culpables de nada. Son sospechosos. Por ser inmigrantes pobres.
Su color de piel y su aspecto les delata. Les hace presa fácil de las redadas
policiales de las que se nutren los centros de internamiento.
En Estados
Unidos te cogen si pareces un enemigo de Occidente. Aquí, si no pareces
occidental.
El 6 de enero de 2012, Idrissa Diallo murió en circunstancias
no resueltas en el CIE de zona franca (Barcelona). Pocos días antes, Samba M. congoleña de 33 años, había muerto
en el CIE de Aluche en Madrid víctima de una grave infección no tratada, después
de haber pedido asistencia médica una docena de veces y de no recibir la
atención adecuada. Estas muertes supusieron que la realidad de los CIEs saliera
a la luz y llegara a miles de personas que ni siquiera conocían la existencia
de los llamados Guantánamo Españoles.
A raíz de estas muertes, centenares de organismos y personas
salimos a las ciudades del estado para exigir su cierre. Con la auto
organización y la movilización ciudadana se rompió el silencio mediático que
los rodeaba, llenando las calles, los medios de comunicación y las redes
sociales de razones para el cierre de los CIEs y forzando si gobierno al
compromiso de acabar con la opacidad de estos centros.
Hoy un año después, denunciamos que no solo no se han
aclarado las circunstancias de las muertes de Idrissa D: y Samba M., sino que
la situación en los CIEs sigue siendo opaca y continúa fomentando las
vulneraciones de derechos. Por su parte, el gobierno ha incumplido el
compromiso de tomar medidas que garanticen los derechos de los internos y en
cambio, acaba de proponer un borrador de reglamento que, entre otros cambios, pretende
simplemente trasformar el nombre de los centros de estancia controlada de
extranjeros (CECE). Este reglamento, redactado desoyendo los reclamos de las
organizaciones sociales y de derechos humanos, consolida el modelo policial de gestión
y continua sin garantizar un horizonte de cierre de estos centros y de respeto
de los derechos de las personas internas hasta que esto suceda.
Concentración pasado dia 15, rodear el CIEs de zona franca
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