martes, 11 de diciembre de 2012

Reparto del botin

Las cajas están en venta. Y la pelea por apoderarse de este sustancioso botín –hasta ahora semipúblico- atrae la atención de bancos españoles y monopolios extranjeros.
 
 
El caso del Banco de Valencia es un buen ejemplo de cómo se hace “el reparto” una vez consumado el atraco. La Caixa se quedará con el banco por solo un euro, beneficiándose de 6.000 millones de ayudas públicas. Y Suez, el gigante francés de los servicios –aliado con la burguesía catalana tras comprar Aguas de Barcelona- vence todas las resistencias para apoderarse de Aguas de Valencia, consiguiendo así una posición dominante en el mercado español.

El Banco de Valencia es una entidad histórica en una de las comunidades españolas más ricas. No sólo acumula más de 400.000 clientes –entre ellos una extensa red de 50.000 empresas-. También tenía participaciones industriales estratégicas, como la de Aguas de Valencia, con un 39% del mercado autonómico.

Pues bien, ambas cosas se liquidan. Una se la queda Barcelona… la otra se la queda París.

Obligados por las imposiciones de Bruselas, se ha adjudicado rápidamente el Banco de Valencia a La Caixa, la gran burguesía catalana… pagando un solo euro.

El Banco de Valencia había recibido 4.500 millones de ayudas públicas del FROB. Recibirá en diciembre 1.000 millones más de Bruselas –un préstamo que España deberá devolver con intereses-. Y además, el Estado garantiza a La Caixa el 72,5% de las pérdidas durante diez años.

Un negocio que nos va a costar uso 6.000 millones de dinero público. Exactamente lo que se ha recortado en educación en los últimos dos años.

Según los cálculos de los expertos, aún contando todas las pérdidas futuras, La Caixa ganará con esta operación unos 3.000 millones de capital… por desembolsar un solo euro.

Pero el atraco no termina aquí. De la mano de La Caixa venía el gigante galo Suez. El monopolio galo es el primer accionista de Aguas de Barcelona, y a través de ésta controla el 33% de Aguas de Valencia.

Pero el control del consorcio valenciano estaba en manos de un grupo de empresarios locales, protegidos por el respaldo financiero del Banco de Valencia. Que se han resistido a entregar el poder a Suez.

Su liquidación va a permitir que Suez conquiste, por fin, el control de Aguas de Valencia, pasando a controlar el 75% del mercado valenciano.

Un “reparto del botín” que abre otra puerta al saqueo de las riquezas nacionales por parte de los monopolios extranjeros.

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