miércoles, 19 de diciembre de 2012

¿Rescate por pensiones?

 
 
La ceremonia de la confusión
 
 
 
 
A medida que las pensiones se sitúan con más claridad en el punto de mira como el próximo objetivo del saqueo impuesto por el FMI y Berlín, crecen las maniobras de distracción que buscan enmarañarlo y confundirlo todo.
 
 
El ejemplo más evidente lo tuvimos la pasada semana, cuando el diario El País ligaba en una editorial la reforma de las pensiones con el rescate europeo, afirmando textualmente que la “contrapartida casi segura” que Berlín exigiría a cambio de que el BCE active el programa de compra de deuda española para rebajar la prima de riesgo era “una reforma en profundidad del sistema público de pensiones”.
Confusión que volvía a introducir unos días después al realizar una encuesta donde la cuestión del rescate y el asunto de las pensiones aparecía nuevamente entremezclado. ¿Qué es lo que se está buscando?

Que nadie se sorprenda si las próximas semanas asistimos a otra oleada de ataques contra la deuda española que dispare nuevamente la prima de riesgo hasta cotas inasumibles. Poniendo al gobierno entre la espada y la pared para solicitar (eso sí, por “realismo”) una intervención de la Troika, aunque sea, a diferencia de Grecia y Portugal, parcial y limitada. Pero que traería como contrapartida “inevitable” el asalto a las pensiones.

"Lo que ahora necesitamos es movilizar ampliamente todos estos recursos para adelantarnos a sus planes"


Van a tratar de marearnos y confundirnos sobre esta cuestión. Pero nadie debe llamarse a engaño. Una vez sentadas las vigas maestras del asalto al sistema financiero, con una gran parte de las cajas en proceso de liquidación y venta (que ya veremos quien se las queda finalmente), el siguiente gran bocado a por el que vienen es el de las pensiones públicas. Un suculento botín que mueve en España cada año más de 100.000 millones de euros. Y en el que las grandes aseguradoras y fondos de pensiones privados extranjeros tienen sus ojos puestos hace tiempo.

Creen tener la oportunidad de lanzarse a por él y están dispuestos a hacerlo.

Sin embargo, su ambición y voracidad pueden llevarles a dar un paso en falso. Pero sólo a condición de que nosotros nos preparemos para dar la batalla.

En ninguna otra batalla como la de las pensiones tenemos unas condiciones más favorables.

Tenemos a un 90% de la población, indistintamente de si se sitúa a la derecha o a la izquierda del marco político, contraria a que las pensiones se toquen, como demuestran reiteradamente todas las encuestas.

Tenemos a una inmensa mayoría de fuerzas políticas opuestas a un ataque así contra los pensionistas, como ha puesto de manifiesto que todos los partidos parlamentarios –a excepción del partido del gobierno– se hayan pronunciado por denunciar ante el Constitucional la no revalorización de las pensiones.

Tenemos a unas fuerzas sindicales y sociales radicalmente enfrentadas a soportar ningún recorte a las pensiones, como lo muestran las movilizaciones que en apenas una semana se han producido.

Y tenemos, además, una alternativa para golpearles en el punto más débil: una reforma de la Constitución que prohíba expresamente que las pensiones puedan tocarse, rebajarse o privatizarse. Alternativa que, desde que fue lanzada por nuestro partido en abril de este año, ha ido ganando y sumando apoyos.

Lo que ahora necesitamos, con urgencia, es movilizar ampliamente todos estos recursos para adelantarnos a sus planes y plantear la batalla en el terreno que más nos interesa a nosotros: el de recoger medio millón de firmas para exigir un referéndum donde podamos decidir el blindaje constitucional de las pensiones.

Y eso exige de todos nosotros que nos pongamos manos a la tarea desde ya mismo. UCE queremos, en esta primera etapa hasta finales de enero, llevar la campaña a las 400 localidades de más de 20.000 habitantes que existen en España. Formando en cada una de ellas una pequeña red de colaboradores que, con la sencilla tarea de recoger firmas, impulsen la campaña extendiéndola y difundiéndola en cada localidad.

Cada una de esas pequeñas, modestas, redes locales, sumadas dan una amplia red nacional capaz no sólo de contrarrestar por la base los climas de opinión que ya están difundiendo, sino de hacer que la campaña tome cuerpo, sea conocida por mucha gente que la apoya con su firmas y darnos la oportunidad de organizarnos desde abajo para dar una batalla en la que, si sabemos darla, podemos ganar mucho y hacerles retroceder. ¡Únete a la tarea! ¡Súmate a la campaña!

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