miércoles, 30 de enero de 2013

‘Acampada Bankia’

Cien días de ‘Acampada Bankia’: “Solo nos iremos si cambian la ley hipotecaria o por la fuerza”
 
 
 
 
  • Medio centenar de personas cumplen ayer martes 100 noches frente a la sede de Bankia en Celenque, para protestar contra los desahucios.
  • Han conseguido la dación en pago o un alquiler social para 15 de ellos, como Patricia: “Luchando se consigue algo; el esfuerzo merece la pena por mi hijo”.
  • Los acampados temen un desalojo inminente, ya que las visitas de la Policía se han intensificado en la última semana.
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    En torno a un brasero, resguardados de la intemperie por una carpa de plástico y comiendo gracias a la solidaridad de vecinos y comerciantes. Así pasan las noches las cerca de 60 personas acampadas frente a la sede de Bankia, en la madrileña plaza del Celenque (a un paso de la Puerta del Sol). Allí se plantaron en la tarde del 22 de octubre. Y allí seguían este martes, luchando para que el Gobierno cambie la ley hipotecaria y para que la entidad financiera renegocie las hipotecas de personas al borde del desahucio.

    Este martes, la Acampada Bankia cumple 100 noches en la calle, aunque los integrantes de la protesta temen que en cualquier momento los desalojen: “Solo nos iremos si cambian la ley hipotecaria o si nos echan a la fuerza”, explica Carlos, uno de los miembros más activos del campamento. En los últimos días, la Policía “ha intensificado las visitas en plan intimidatorio, por lo que creemos que están preparando un desalojo inminente“, explica otro de los congregados.

    Perder la casa no es solo algo material; también provoca separaciones matrimoniales y exclusión socialSin embargo, pese a las dificultades, son optimistas. La semana pasada, la Plataforma de Afectados por la Hipotecapresentó en el Congreso más de 700.000 firmas para solicitar la tramitación de una Iniciativa Legislativa Popular (ILP), con el objetivo de cambiar la ley hipotecaria, introducir la dación en pago y extender el alquiler social como alternativa a los desahucios. “Tienen que entender que perder la casa no es algo solamente material… está provocando separaciones matrimoniales, alcoholismo, mendicidad y solo conduce a la exclusión social“, apunta Esther, integrante del 15-M, otro de los colectivos promotores de Acampada Bankia.

    Pasan frío, algunos han tenido que abandonar aquejados por neumonías y otros han dejado de lado a sus familias “por atender esta lucha”. Pero consideran que la protesta está mereciendo la pena. “Poco a poco se van viendo los frutos: ya hemos conseguido el alquiler social o la dación en pago para 15 familias que han estado aquí acampadas. Aunque para lograrlo hemos tenido incluso que encerrarnos en sucursales”, asegura Luis, que preside una asociación de desempleados.

    Patricia, de 38 años y con un hijo de 11, ha esquivado el desahucio de su vivienda gracias a un alquiler social. “Estaba a punto de quedarme en la calle, sola con el niño, pero con el apoyo de todos conseguimos negociar con Bankia. Ahora pago 190 euros de alquiler; me cuesta un esfuerzo, pero al menos es asumible. No fue fácil, fui a presionar a mi sucursal, pasé muchas noches aquí, pero así es como se consiguen las cosas. Si no te mueves no consigues nada”, reivindica Patricia. “Ahora lucho para que me condonen la deuda: todavía me queda por pagar 251.000 euros. Es imposible”, añade.

    Solidaridad de vecinos y comercios

    Mientras, los acampados sobreviven con los alimentos y objetos útiles que les dona la gente. En una pizarra indican lo que necesitan: carbón para el brasero, agua, vasos de plástico y un teléfono móvil viejo. “Los vecinos nos traen comida y a veces recibimos tantas cosas que acabamos repartiéndola a personas necesitadas. También contamos con la solidaridad de los comercios: la tienda de disfraces y la cafetería de al lado nos dan cosas calientes por la mañana”, agradece Carlos mientras enseña su improvisado hogar: “Aquí cocinamos, aquí dormimos y aquí debatimos sobre las injusticias”.

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