miércoles, 27 de febrero de 2013

Monti se hunde, Grillo triunfa


La bofetada de Italia a Merkel resuena en toda Europa
 
 
 
 
Si Italia, como suele decirse, es el “laboratorio político” de Europa, el lugar donde se ensayan y prueban las fórmulas políticas que luego se extienden por el resto del continente, los resultados de las elecciones dejan una conclusión clara: la política de intervención, austeridad y saqueo de Merkel está incendiando el sur de Europa.

Las elecciones dejan un panorama político en el que un gobierno estable en Italia parece poco probable. Y sus consecuencias para Europa, según la revista alemana Der Spiegel, “podrían ser devastadoras”. El candidato de Merkel, Monti se hunde espectacularmente. Y el radical Movimiento 5 estrellas emerge hasta el punto de que, como dice el editorial de hoy del diario italiano La Repubblica, “Grillo ha ganado y con él la gente que está pidiendo un cambio radical de la política”.
Italia ha votado masivamente en contra de la austeridad impuesta por Alemania y en contra del candidato de Merkel, Monti. Tas las elecciones griegas del pasado año, Berlín recibe una nueva bofetada. Pero esta vez no viene de un pequeño país periférico, sino de la tercera economía más grande de la eurozona.

Las fuerzas que durante la campaña electoral han optado por disminuir las políticas de austeridad y potenciar el crecimiento, se han opuesto abiertamente a cualquier tipo de recorte o han clamado contra “los dictados de Berlín” suman el 90% de los votos. Pero además, la diversidad en que han repartido sus votos, prácticamente dividiéndolos en tres tercios iguales –a la derecha de Berlusconi, al centro-izquierda de Bersani y a la izquierda radical de Beppe Grillo– dejan al país en una situación de ingobernabilidad que va a lanzar poderosas oleadas de inestabilidad hacia la Unión Europea.


"Las elecciones italianas son sólo un anticipo de una próxima radicalización peligrosa en todo el sur de Europa"


El complejo sistema electoral italiano han dado una mayoría de bloqueo en el Senado a la suma de los escaños de la coalición de Berlusconi y de Grillo. Y cualquier ley necesita en Italia la aprobación de las dos Cámaras para ser promulgada. Los “grillinos” –nombre con el que se conoce al movimiento de Grillo– ya han anunciado que no respaldarán con su voto a “los políticos y los banqueros, jueces, empresarios y medios de comunicación que se ha unido en contra de la gente sencilla, los italianos y los jóvenes”.

Las reacciones en Europa no se han hecho esperar. En la mañana de hoy, casi todas las bolsas principales caen alrededor de un 2% mientras las primas de riesgo de Italia, Grecia, España y Portugal se disparan entre un 5 y un 11%. La previsible ingobernabilidad en que se va a ver envuelta Italia durante los próximos meses van a abonar el terreno para nuevas oleadas de ataques contra la deuda de los países del sur. Una nueva fase de inestabilidad financiera, con el consiguiente aumento de las presiones políticas y la tentación de una mayor intervención de Berlín sobre las economías del sur, puede estar a la vuelta de la esquina.

En la prensa alemana han saltado las voces de alerta. El conservador Franfurter Algemeine Zeitung dice que “la mitad de los italianos ha votado a listas que se han presentado como antieuropeas de manera agresiva. Esto, y no solo para Italia, es una señal de alarma”, mientras el socialdemócrata Süddeutsche Zeitung pone el grito en el cielo porque “gobiernan el populismo, los gritos y la mentira”. Por su parte, en Francia, el diario Le Monde afirma que “el único ganador verdadero es Beppe Grillo y su Movimiento 5 Estrellas (M5S), que ha sabido seducir sobre el sufrimiento y el rechazo a la clase política, la cólera contra la austeridad, y la desconfianza hacia Europa”.

Monti, el candidato de la Troika, se hunde; la izquierda institucional gana, pero es incapaz de recoger el descontento de la mayoría de italianos; Berlusconi, con un discurso antiausteridad y antieuropeo, resucita. Y sobre todo, emerge una nueva fuerza situada fuera del sistema que ha sabido conectar con el rechazo mayoritario a las políticas de intervención y saqueo dictadas desde Berlín. Y su irrupción, como la de Syriza en Grecia, no dejará de tener una influencia positiva sobre los movimientos populares de rechazo en otros países.

En definitiva, como decía hace unos días el economista norteamericano Paul Krugman previendo de antemano unos resultados parecidos, “recuerden, Italia no está sola: las elecciones italianas serán sólo un anticipo de una próxima radicalización peligrosa en todo el sur de Europa”.

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