salchichas de Frankfurt,

España y los españoles, para salchichas de Frankfurt, que como todo el mundo sabe están hechos con los despojos del cerdo previamente triturados.





Ese es el mensaje que el Frankfurter Allgemeine Zeitung –algo así como el Wall Street Journal de la oligarquía financiera germana– enviaba desde la primera plana a sus lectores el pasado domingo, nada más decidirse la intervención.

Portada del Frankfurter Allgemeine, principal "portavoz" de la burguesía alemana. Con la foto en un primerísimo plano de un estoque a punto de entrar a matar, el titular que la acompañaba no requiere más comentario: “El siguiente, por favor: España”.

Con la foto en un primerísimo plano de un estoque a punto de entrar a matar, el titular que la acompañaba no requiere más comentario: “El siguiente, por favor: España”.

Aparte de las ganas locas que a uno le entran de soltar unos cuantos morlacos de cualquier ganadería brava en la redacción del periódico germano o en la bolsa de Francfort, a ver si son tan valientes como dicen, la composición revela mucho de la especial naturaleza carnicera de la que siempre han hecho gala la clase dominante alemana y sus elites políticas.

Quien hoy pretende mostrarse como el dechado de virtudes que todos los demás debemos imitar. de grado o por fuerza, ¿no es acaso la misma burguesía monopolista criminal, asesina y degenerada que ha sumido por dos veces a Europa durante el siglo XX a una carnicería sin precedentes en la historia de la humanidad?

¿Qué han hecho ellos por Europa sino desangrarla cada vez que se han sentido con fuerza para imponer su hegemonía y sus intereses al resto de pueblos europeos?

En 1940, al ocupar Grecia, entre otras cosas requisaron todos sus medios de subsistencia para enviarlos a Alemania y a los soldados del frente oriental, provocando una hambruna que mató a decenas de miles de ancianos, mujeres y niños. 70 años después, sin necesidad de usar los tanques, parecen empeñados en hacer lo mismo.

¿Y qué nos tiene reservado para España? ¿Tal vez nos van a forzar otra vez a sacar nuestro genio artístico, como hicieron en 1937 al obligarnos a componer la obra de arte más popular del siglo XX, el Gernika de Picasso?