Ya está aquí. Tras dos interminables semanas de ataques y presiones sin cuartel, finalmente el gobierno de Rajoy, desarbolado en casi todas sus líneas de resistencia, ha sido forzado a claudicar. Plegándose y aceptando el salto en la degradación del país y en el grado de control y saqueo impuesto por Washington y Berlín que supone la decisión tomada el sábado de intervenir nuestro país.
En una inaudita y violenta torsión hasta del leguaje, quieren hacer pasar como rescate lo que no es sino el primer paso hacia la intervención total de España. Es decir, la pérdida completa de soberanía y la conversión del país en alguna forma de protectorado semi-colonial. Lo que se traducirá en una intensificación hasta grados desconocidos del saqueo y la virulencia de los ataques contra los intereses del 90% de la población.
¿Cómo hemos llegado hasta aquí? ¿Qué factores han desencadenado lo que hasta hace unos días era impensable para la mayoría, aunque desde estas mismas páginas lo venimos anunciado desde hace más de dos años?
"Con su agresiva política de ataques e intervención contra España, Washington y Berlín han declarado una guerra abierta contra el pueblo español"
El bastón de mando
Si en 48 horas ha podido resolverse lo que Berlín venía reclamando desde hace semanas es porque en ese breve período de tiempo EEUU ha tomado la iniciativa, usando directamente el bastón de mando para precipitar los acontecimientos e imponer la intervención. Basta seguir la secuencia de los acontecimientos para confirmarlo.
El martes se reunía el G-7 para tratar en exclusiva el tema español. Dos días después, Obama comparece públicamente por sorpresa para exigir que “el rescate sobre los bancos débiles de la eurozona sea cuanto antes”. A las pocas horas, una filtración a la agencia Reuters revela que España pedirá el rescate bancario el sábado. Y, ante las últimas resistencias del gobierno español para aceptar los plazos, Washington saca la artillería pesada y el FMI da la puntilla final: presenta antes de tiempo, a las 2 de la madrugada del sábado, el informe sobre la banca española y su directora anuncia que la intervención de España se va a producir esa misma tarde.
La canciller alemana Merkel se ha convertido, con toda justicia, en uno de los personajes más aborrecidos en España. Pero no debemos olvidar quién manda.
Las contradicciones surgidas entre Washington y Berlín se refieren más a las formas y al ritmo que a la sustancia del proyecto: la intervención del país. Berlín la quería ya, completa y a cualquier precio. Pero Washington ha impuesto su propio calendario por etapas y con unas formas algo menos brutales, en comparación con las de Grecia, Portugal e Irlanda. La dilatada experiencia del Imperio, en particular cebándose a costa del mundo hispano, les ha enseñado a modular su ansiedad. Derribar y devorar a una gran presa como España, la cuarta economía de la zona euro, requiere hacerlo a bocados y no de golpe.
Pero una vez forzadas las barreras e impuesto un mayor grado de intervención y control sobre España, es de ingenuos creer que van a conformarse con ello. Han dado un primer paso cualitativo en el camino de convertir a España en un protectorado y sería iluso creer que ni Washington ni Berlín van a detenerse ahí. Lo que hemos vivido el sábado es sólo el principio.
Degradación y saqueo
La degradación política de España ha dado un salto cualitativo agudizando todas las contradicciones del país. No solo se ha impuesto la intervención. Se han tomado la “molestia” de dejar claro ante los españoles y el resto del mundo que España es una provincia degradada. Y que una decisión tan trascendente se anuncia desde Washington, revelando lo que va a hacer el gobierno español incluso antes de que éste haga público su acatamiento.
A pesar de la resistencia ofrecida hasta el final, el gobierno de Rajoy ha quedado políticamente tocado. Y esto inevitablemente va a trabajar por acelerar la crisis política del modelo bipartidista.
A lo que hemos asistido este sábado es al pistoletazo de salida hacia un saqueo sobre el 90% de la población que va a dejar pequeños todos los recortes y ajustes que hemos sufrido hasta ahora.
En las próximas semanas y meses vamos a comprobar cómo la subida del IVA, una nueva ofensiva contra las pensiones, los recortes en los subsidios de desempleo, la aplicación consecuente de la reforma laboral para rebajar más los salarios o la estricta supervisión exterior de los recortes en Sanidad y Educación son la primeras facturas que el 90% de la población vamos a tener que pagar.
El gobierno ha aceptado una intervención que no es otra cosa que un contrato de esclavitud con el FMI y Bruselas. Nosotros no la aceptamos.
Con su agresiva política de ataques e intervención contra España, Washington y Berlín han declarado una guerra abierta contra el pueblo español. Tomamos nota de ello. No son el primer poder imperial que ha querido convertir a nuestro país en un protectorado suyo. La historia y la lucha de nuestro pueblo los dejó a todos en su sitio.
Ahora más que nunca es el momento de articular una gran respuesta unitaria y contundente. Y de hacerlo rápidamente, sin dilaciones. Hay que hacerles saber que no aceptamos ya esta nueva vuelta de tuerca.
Llamamos a todas las organizaciones que se oponen a la intervención, a sindicatos, partidos, asociaciones ciudadanas, colectivos sociales, al 15-M, a intelectuales y personalidades,... a todas las personas patrióticas y democráticas del país a organizar ya mismo la respuesta que merece un ataque de esta envergadura.
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