Se ha utilizado como pretexto la muerte de 17 personas en el desalojo policial de una finca ocupada por grupos de campesinos. Pero la sentencia ya estaba dictada meses atrás. Las dos cámaras del Congreso han destituido al presidente paraguayo, en un juicio político que ha sido calificado como “golpe de Estado” por la mayoría de gobiernos de la región. Detrás de esta oscura maniobra está la mano de EEUU, empeñado en dinamitar el frente antihegemonista en el mundo hispano. Y para ello ha elegido golpear en uno de sus puntos más débiles.
Fernando Lugo llegó al gobierno en 2.008, poniendo fin a 61 años ininterrumpidos en el poder del Partido Colorado, pilar de la dictadura de Stroessner, y que bajo el régimen democrático persistió como principal plataforma de los intereses norteamericanos y de la oligarquía local.
"Como en Honduras, estamos ante un golpe diseñado desde Washington"
El gobierno de Lugo colocó a Paraguay al lado de los países hispanos que están avanzando hacia una mayor autonomía respecto a EEUU. Por eso estaba en el punto de mira de Washington.
El desalojo policial de una finca en la localidad de Curuguaty, propiedad de uno de los principales terratenientes del país y ocupada por campesinos sin tierra se utilizó como detonante. Todavía está por explicar por qué este episodio terminó con 17 asesinados, seis policías y 11 campesinos. Portavoces de los mismos campesinos denuncian la existencia de francotiradores de la policía que iniciaron el tiroteo.
A partir de ese momento, la maquinaria del golpe blando se inició, desembocando en la destitución del presidente. A escasos meses de nuevas elecciones, el objetivo es asegurar desde el poder el triunfo de los partidos más proyanquis.
La reacción de los principales gobiernos de la región ha sido fulminante. Evo Morales, presidente boliviano, ha denunciando “el golpe congresual, producto de una acción política barajada por los terratenientes locales y el imperio a la distancia”.
Con idéntica contundencia se han pronunciado Venezuela, Argentina, Brasil, Uruguay…
Hay pruebas sobradas que demuestran que el golpe estuvo diseñado en Washington.
En marzo de 2.010, la embajada norteamericana organizó un almuerzo con el vicepresidente Federico Franco –que ahora se ha rebelado contra Lugo- y varios generales norteamericanos “de visita” en el país. La embajadora yanqui “propuso” un debate sobre… la situación política de Paraguay y la eventualidad de un juicio político para destituir al presidente Lugo.
Un informe de la embajada norteamericana en Asunción, desvelado por Wikileaks, señalaba tener “a Franco bajo la lupa”, y certificaban que había llegado “a un acuerdo con el general golpista Lino Oviedo para acelerar un plan de juicio político de Lugo, en el que el vicepresidente tomará el poder”.
¿Queda alguna duda de quién diseñó el golpe?
Ultima hora.
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