miércoles, 20 de junio de 2012

No aceptamos los recortes del FMI y Bruselas

Las pensiones, la sanidad y la educación no se tocan
 
Existe recursos suficientes para elevar progresivamente las pensiones a un mínimo de 1.000 euros, de aumentar la inversión en sanidad y educación hasta colocarnos en la media europea.
 
 
En Francia anuncian la reducción de la edad de jubilación de los 62 a los 60 años, y en España ya quieren ampliarla de 67 a 70 años.
 
 
Revocar los recortes en Sanidad y Educación, y el ataque a las pensiones públicas, impuestos directamente por el FMI y Bruselas. Financiarlo a través de una reforma fiscal que obligue a pagar más impuestos a bancos, monopolios y grandes fortunas y acabe con el fraude fiscal de los más ricos.
Existe recursos suficientes para elevar progresivamente las pensiones a un mínimo de 1.000 euros, de aumentar la inversión en sanidad y educación hasta colocarnos en la media europea. En las últimas décadas España ha sido convertida en un gigantesco paraíso fiscal para bancos, multinacionales y grandes fortunas. Su sistema bipartidista les ha garantizado el poder real de poner y quitar los recursos para gastos sociales según su interés. Nos daban migajas de pan ayer y ni eso mañana.

Claro que es posible una reforma fiscal que persiga y no amnistíe a las grandes bolsas de capital, que les obligue a pagar los impuestos que les corresponden. La caída, entre 2007 a 2011 de 28.212 millones de recaudación por el Impuesto de sociedades se explica por las grandes deducciones a grandes fortunas y corporaciones.

La asociación Gestha de inspectores de Hacienda denuncian que la amnistía fiscal de Rajoy también les beneficia puesto los 2.500 millones que espera recaudar el dinero no se corresponde con el hecho de que son responsables del 72% del fraude. Entre 1980 y 2008 la bolsa de fraude se multiplicó por cuatro hasta alcanzar un volumen de 245.000 millones de euros anuales, lo que representa un impago de impuestos de unos 89.000 millones.

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