La convocatoria de una jornada de huelga general conjunta en la península ibérica, así como las amplias movilizaciones que tendrán lugar ese mismo día en Grecia, Irlanda, Italia y otros países europeos, pone más de manifiesto que nunca la existencia de un centro exterior, Berlín y el FMI, que está en el origen de todos los ataques que padecemos.
Por primera vez en la historia, portugueses y españoles estamos convocados a realizar conjuntamente una Huelga General Ibérica en un mismo día: el próximo 14 de noviembre.
La misma convocatoria de una jornada de huelga general conjunta en la península ibérica, así como las amplias movilizaciones que tendrán lugar ese mismo día en Grecia, Irlanda, Italia y otros países europeos, pone más de manifiesto que nunca lo que desde estas mismas páginas venimos repitiendo insistentemente desde comienzos de 2010. La existencia de un centro exterior, Berlín y el FMI, que está en el origen de todos los ataques que padecemos, imponiendo draconianos planes de ajuste y recortes sin límites a los países intervenidos y bajo amenaza de intervención.
"La lucha contra la intervención exterior se sitúa en un plano destacado de la convocatoria del 14-N"
Lo han reafirmado los sindicatos convocantes al denunciar cómo “las instituciones europeas están supeditadas al dictado de los intereses de algunos países como Alemania” (Toxo) o cómo “a todos los efectos nuestro país ya está intervenido, y ya está ajustándose al plan de recortes dictado desde las instancias europeas” (Comité Confederal de UGT).
La lucha contra la intervención exterior y, en consecuencia, la exigencia de una política soberana y autónoma de los mandatos del FMI y Merkel se sitúa así, objetivamente y por primera vez, en un plano destacado de la convocatoria del 14-N. La conciencia antihegemonista de situar en el blanco el proyecto de saqueo de Washington y Berlín sobre nuestro país se abre paso. Y el 14-N, las consignas de ¡Intervención No¡ y de ¡No nos da la gana ser una provincia de la banca alemana! deben ser un clamor unánime que recorra todo el país.
Al mismo tiempo, los sindicatos convocantes (CCOO, UGT, USO y CGT) y la Cumbre Social que agrupa a 150 entidades que representan a 900 asociaciones de todo tipo, ha hecho extensivo el llamamiento a participar en la Huelga General no sólo a los trabajadores, sino también a los parados, los pensionistas, las amas de casa, los comerciantes.... En definitiva, al 90% de la población que estamos sufriendo las consecuencia de un conjunto de agresiones intolerables contra nuestras condiciones de vida y trabajo.
Todos tenemos que hacer nuestro ese llamamiento porque a todos nos afecta. El 14-N, todos los parados a unirse a los piquetes informativos para paralizar el país, que ningún jubilado acuda al ambulatorio ese día, que todas las amas de casa hagan sus compras el día anterior, que ningún padre lleve al colegio a sus hijos, que todos los comerciantes echen las persianas,... Está en juego nuestro futuro, y el de nuestros hijos y nietos.
Concentrar el golpe
La lucha contra la intervención exterior y, en consecuencia, la exigencia de una política soberana y autónoma de los mandatos del FMI y Merkel se sitúa así, objetivamente y por primera vez, en un plano destacado de la convocatoria del 14-N. La conciencia antihegemonista de situar en el blanco el proyecto de saqueo de Washington y Berlín sobre nuestro país se abre paso. Y el 14-N, las consignas de ¡Intervención No¡ y de ¡No nos da la gana ser una provincia de la banca alemana! deben ser un clamor unánime que recorra todo el país.
Al mismo tiempo, los sindicatos convocantes (CCOO, UGT, USO y CGT) y la Cumbre Social que agrupa a 150 entidades que representan a 900 asociaciones de todo tipo, ha hecho extensivo el llamamiento a participar en la Huelga General no sólo a los trabajadores, sino también a los parados, los pensionistas, las amas de casa, los comerciantes.... En definitiva, al 90% de la población que estamos sufriendo las consecuencia de un conjunto de agresiones intolerables contra nuestras condiciones de vida y trabajo.
Todos tenemos que hacer nuestro ese llamamiento porque a todos nos afecta. El 14-N, todos los parados a unirse a los piquetes informativos para paralizar el país, que ningún jubilado acuda al ambulatorio ese día, que todas las amas de casa hagan sus compras el día anterior, que ningún padre lleve al colegio a sus hijos, que todos los comerciantes echen las persianas,... Está en juego nuestro futuro, y el de nuestros hijos y nietos.
Concentrar el golpe
Tras dos años y medios de recortes y ajustes, primero ejecutados por el gobierno de Zapatero, después por el de Rajoy, hay multitud de razones para la Huelga General. Pero el amplio movimiento popular de rechazo que se ha levantado en nuestro país frente a la política de recortes, paro y empobrecimiento impuesta por el FMI y Berlín tenemos ante nosotros el reto, el 14-N y después de él, de unificar y concentrar las luchas en un mismo frente de combate. En un único golpe capaz de unir al 90% de la población y hacer retroceder en ese punto la ofensiva de nuestros enemigos.
La reciente experiencia del movimiento de lucha en Portugal nos muestra el camino. Tras un año y medio de estar formalmente intervenidos por la Troika, el pasado mes de septiembre una multitudinaria cadena de movilizaciones no vistas desde la revolución de los claveles sacudía al país hermano, concentrando su exigencia en un único punto: la retirada inmediata del decreto por el que el gobierno pretendía rebajar un 7% los salarios de todos los trabajadores.
Un millón y medio de portugueses, el 15% de una población de poco más de 11 millones, se lanzó a la calle exigiendo unánimemente la retirada del decreto. Bastó una semana de masivas manifestaciones para que el gobierno vacilara, se dividiera y, finalmente se echara atrás y retrocediera.
Una victoria popular que ha dado alas al movimiento de lucha, ha debilitado al gobierno, ha agudizado sus contradicciones con las exigencias del FMI y Berlín y ha multiplicado sus divisiones internas. Que el 14-N haya una Huelga General Ibérica ha sido posible porque el pueblo portugués, tras su éxito, ha empezado a tomar conciencia de su propia fuerza. Y de la debilidad de la Troika, y de los agentes encargados en Portugal de ejecutar sus dictados, cuando el 90% del pueblo se une en torno a un mismo objetivo, reúne todas sus fuerzas en asestar un mismo golpe.
La reciente experiencia del movimiento de lucha en Portugal nos muestra el camino. Tras un año y medio de estar formalmente intervenidos por la Troika, el pasado mes de septiembre una multitudinaria cadena de movilizaciones no vistas desde la revolución de los claveles sacudía al país hermano, concentrando su exigencia en un único punto: la retirada inmediata del decreto por el que el gobierno pretendía rebajar un 7% los salarios de todos los trabajadores.
Un millón y medio de portugueses, el 15% de una población de poco más de 11 millones, se lanzó a la calle exigiendo unánimemente la retirada del decreto. Bastó una semana de masivas manifestaciones para que el gobierno vacilara, se dividiera y, finalmente se echara atrás y retrocediera.
Una victoria popular que ha dado alas al movimiento de lucha, ha debilitado al gobierno, ha agudizado sus contradicciones con las exigencias del FMI y Berlín y ha multiplicado sus divisiones internas. Que el 14-N haya una Huelga General Ibérica ha sido posible porque el pueblo portugués, tras su éxito, ha empezado a tomar conciencia de su propia fuerza. Y de la debilidad de la Troika, y de los agentes encargados en Portugal de ejecutar sus dictados, cuando el 90% del pueblo se une en torno a un mismo objetivo, reúne todas sus fuerzas en asestar un mismo golpe.
"Tenemos que concentrar las fuerzas en un golpe central. Y ese es golpe el de las pensiones"
Como en Portugal, también aquí estamos sometidos a un conjunto de ataques y agresiones. Dar respuesta a cada una de ellas es necesario, pero no suficiente. Tenemos que concentrar las fuerzas en un golpe central. Y ese es golpe el de las pensiones.
Para nadie es un secreto ya que tras haber bajado los salarios, subido los impuestos y recortado en sanidad, educación y gastos sociales, las pensiones es el próximo botín hacia el que se dirigen.
La rebaja “encubierta” de las pensiones –subiéndolas un 1% frente al 3,5% en que ha subido el coste de la vida– ya esta decidido, aunque el gobierno de Rajoy intenta no hacerlo público hasta después de las elecciones catalanas del 25 de noviembre.
Pero esto no es nada comparado con lo que quieren el FMI y Merkel.
Quieren que se aplique ya la edad de jubilación a los 67 años y seguir ampliándola hasta los 70. Quieren aumentar los años necesarios de cotización para que menos gente llegue a tener derecho a la pensión contributiva. Y quieren acabar definitivamente con el aumento automático de las pensiones según el IPC. Unas medidas que harán que las pensiones en los próximos años sean la mitad que las de ahora.
Y ahí no acaba todo, quieren privatizarlas, ansiosos por un botín de más de 110.000 millones de euros anuales. Su estrategia es degradar el sistema público hasta hacerlo inviable, y privatizarlo para controlar y hacerse con ese botín que sale cada año de los salarios de los trabajadores.
Ese es su objetivo. Debemos y podemos impedírselo.
Levantando un amplio movimiento social que exija que las pensiones no se tocan. Que igual que ellos reformaron la Constitución, a espadas del pueblo y con nocturnidad y alevosía, para que los banqueros alemanes cobren antes que los jubilados españoles, ahora nosotros queremos reformarla, mediante un referéndum donde el pueblo decida, para incluir un articulo en la Constitución que defienda el poder adquisitivo de las pensiones y prohíba expresamente cualquier tipo de privatización total o parcial del sistema público de pensiones.
Esta es, además, una batalla que podemos ganar. Los ataques contra los pensionistas despiertan un rechazo social unánime. Es aquí donde el FMI y Merkel encuentran más dificultades para imponer sus planes de recortes y empobrecimiento. Y donde nosotros tenemos más facilidades para unir al 90% de la población.
En torno a la batalla por el referéndum de las pensiones podemos obtener una victoria popular que haga retroceder por primera vez los planes del FMI y Merkel. Y cambie la correlación de fuerzas política en beneficio de la mayoría.
Nuestro partido, que en último mes ha tomado la iniciativa de promover concentraciones populares ante los ayuntamientos de toda España reclamando el referéndum sobre las pensiones, vamos a reforzar la convocatoria del 14-N, sumando en las concentraciones de las próximas semanas el llamamiento a participar en la Huelga General con el objetivo de contribuir a su éxito.
Éxito tanto por el seguimiento unitario, masivo y pacifico de la huelga, como porque en ella se abra paso la necesidad de empezar a unirnos para dar, y ganar, la batalla de las pensiones.
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