jueves, 9 de agosto de 2012

ESPERANZA: “MAMANDURRIAS” DE LOS TUYOS.




Telefónica, un seguro contra el desempleo para el Partido Popular.











Suenan tambores de sucesión en la presidencia de Telefónica. ¿Otra vez? Sí. El grupo español, que presenta resultados del primer semestre el próximo día 26, debe lanzar un mensaje de esperanza a eso que llaman mercado y cada vez son más quienes miran a lo alto en busca del cambio. Se dice que el primero dispuesto a bajarse de la presidencia es el propio Alierta, después de doce años al frente del grupo.
Mucho ha llovido desde aquel julio del año 2000 en que Juan Villalonga, perdido el favor de su ex compañero de pupitre, José María Aznar, fue forzado a abandonar la presidencia de Telefónica a favor de Alierta. El Partido Popular ha vuelto al poder. ¿Es posible imaginar en 2012 una nueva colocación a dedo del primer espada de una de las principales empresas españolas, siendo esta privada?
Lo que está claro es que el idilio entre populares y Telefónica no ha cesado desde que se dio el empujón definitivo al proceso privatizador del grupo. Iván Rosa Vallejo (marido de Soraya Sáenz de Santamaría), Eduardo Zaplana, Andrea Fabra, Elvira Fernández (esposa de Mariano Rajoy), Arturo Moreno, Elvira Aznar, Alfredo Timermans o Manuel Pizarro dan hoy o han dado en el pasado ejemplo de hasta dónde llega la permeabilidad entre populares y Telefónica.
En general, los políticos españoles que tocan poder no tienen grandes problemas para buscarse acomodo en la gran empresa privada y, en muchos casos, privatizada. Y los socialistas no están para tirar la primera piedra: Pedro Solbes en la italiana Enel, a la que curiosamente el Gobierno socialista facilitó la compra de Endesa; Elena Salgado en una filial de la propia Endesa y Abertis; Felipe González en Gas Natural…
Pero si hay un sitio que acoge a lo más vip del panorama político nacional, ese es Telefónica y no hay duda de que la firma le tiene especial cariño a los principales espadas, presentes o pasados, del Partido Popular. A Zaplana, sonado fichaje de 2008 y aún en el grupo, le ha cedido nada menos que el despacho de un expresidente en la planta novena del número 28 de Gran Vía, en Madrid, la histórica sede de la Compañía Telefónica Nacional de España.
En su caso, como en otros, las funciones que tienen dentro del grupo no siempre están claras. Por ejemplo, se sabe lo que hizo Zaplana antes de entrar a formar parte en 2008 de Telefónica: siendo ministro de Trabajo del Partido Popular puso su firma a un ERE de 15.000 trabajadores del grupo en España en 2003. De lo que ha hecho después poco se conoce.
Del Partido Popular han pasado también por Telefónica nombres tan sonoros hoy por hoy como Andrea Fabra, la diputada del clan castellonense, hija del polémico presidente del PP de Castellón, Carlos Fabra. Andrea Fabra se ha hecho tristemente famosa estos días por aquello del “¡Que se jodan!”, pronunciado desde su escaño en el Congreso de los Diputados mientras se anunciaba el mayor recorte de la democracia y en concreto cuando se daba a conocer el drástico hachazo a la prestación por desempleo para, dice Mariano Rajoy, animar a buscar trabajo en un país con 4,7 millones de parados registrados y 700.000 personas que llevan ya tres años desempleadas.
Fabra formó durante años parte del Departamento de Relaciones Institucionales de Telefónica. Dicen empleados veteranos de la empresa, que la llevaba cada mañana a trabajar, alrededor de las once, su marido, Juan José Güemes, un hombre que también es mucho nombre dentro del PP. Güemes fue uno de los hombres de Rodrigo Rato cuando este era un laureado vicepresidente económico, tanto que lo nombró secretario de Estado de Turismo. Güemes fue también uno de los hombres de Esperanza Aguirre, a la que ayudó a fortalecerse políticamente y quien lo convirtió en consejero de la Comunidad de Madrid. Lo de portavoz del PP en la Asamblea de Madrid ya fue un desgaste no calculado que acabó sacando a Güemes de la esfera política más visible.
Quien sí sigue formando parte de la plantilla de Telefónica, aunque se encuentra en excedencia desde que su marido supo que en cierto cuaderno azul habían escrito su nombre, es la esposa del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Elvira Fernández trabajaba hasta ese momento en Telefónica Media junto a Arturo Blasco.
Está, aunque no es muy conocida su labor en Telefónica -dicen malas lenguas dentro de la compañía que porque no ejerce una función muy presencial-, la hermana de José María Aznar, Elvira Aznar. Se habla también, en el patio de vecinos de Telefónica, de seis meses en régimen de becaria de Ana Aznar, la hija del ex presidente. Fuentes de la empresa no confirman esta información.
Otro de los nombres del círculo más cercano al ex presidente que tuvo destino en Telefónica es Arturo Moreno, el ex vicesecretario de organización del Partido Popular que se vio obligado a dimitir en 1990 tras verse envuelto en el caso Naseiro. Moreno hace años que no está en Telefónica, pero allí encontró cuando hizo falta un puesto dentro del Departamento de Relaciones Institucionales.
Sí sigue en la compañía el que fuera secretario de Estado de Comunicación con Aznar, Alfredo Timermans, director de Política de Telecomunicaciones en la Oficina Internacional, explican fuentes del grupo, pero al que dentro de la casa le critican no tener una labor clara.
Sí tiene un una función sin duda relevante el que fuese secretario general de Telecomunicaciones en la época de Aznar, Carlos López Blanco, que se encuentra en el Área de Regulación, donde sin duda sus conocimientos tras su paso por el Gobierno serán muy útiles al grupo.
Otro de los fichajes más sonados fue el del ex presidente de Endesa, Manuel Pizarro, el hombre llamado a ser una de las cabezas económicas del PP si no hubiera perdido las elecciones en 2009, que pasó efímeramente por Telefónica como consejero justo antes de embarcarse en política (donde tampoco permaneció mucho).
Al tiempo que Pizarro, era nombrado consejero de Telefónica el socialista Javier de Paz, ex secretario de Juventudes Socialistas. Porque, aunque con menos puestos, el PSOE no ha quedado al margen de esa práctica en la que Telefónica descubre al empleado o consejero que necesita entre quienes han estado en el poder. Por Telefónica han pasado nombres de socialistas tan relevantes como Narcís Serra, ex vicepresidente del Gobierno.
Tanto Serra como De Paz salían del grupo este año, ya con el PP de vuelta al Gobierno, debido a la reducción de consejeros no ejecutivos operada en las compañías que componen el grupo Telefónica. También Javier Nadal, un histórico ya de la compañía, a la que llegó en marzo de 1995 tras haber desempeñado durante diez años el cargo de director general de Telecomunicaciones con el PSOE en el poder.

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