miércoles, 22 de agosto de 2012

Islandia frente al desastre de España




Los gobiernos de la eurozona rescatados no han podido cumplir con las condiciones de austeridad impuestas por el FMI y la troika comunitaria.








 La austeridad expansiva, tan cacareada por la ortodoxia, ha resultado ser un completo fiasco académico, además de ocultar los intereses de una élite bancaria quebrada, y los privilegios de unos acreedores que asumieron riesgos excesivos. El crecimiento económico de los países europeos rescatados se hunde irremediablemente, y como consecuencia será necesario revisar los términos de las condiciones y los plazos de ejecución del mismo.
Frente a ello el FMI hace pocos días, y no es broma, afirmó que el “rescate islandés se toma como ejemplo para países en crisis”. Islandia tiene algunas lecciones clave para los países que tratan de sobrevivir a rescates una vez que su alternativa derivara, según la jefa de la misión del FMI en “una recuperación de una fuerza sorprendente”
Según el FMI, “la decisión de hacer recaer pérdidas bancarias en los tenedores de bonos en lugar de en los contribuyentes y la protección de un sistema de bienestar que evitó las penurias a los desempleados llevaron al país del derrumbe a la recuperación”.

El ejecutivo del PP y su rancia ideología

El ejecutivo del PP optó por aplicar su rancia ideología, la misma que la de la troika. Por un lado, un rescate bancario a costa de los contribuyentes, que lo acabarán pagando con sangre, sudor, y lágrimas, teniendo en cuenta además que el importe será muy superior, alrededor de los 300.000 millones de euros, según nuestros cálculos. Por otro, un desprecio absoluto por todo lo público, machacando a los funcionarios mientras mantenía los privilegios de aquellos puestos a dedo; y empeorando a marchas aceleradas servicios básicos como la educación y la sanidad.
Para rematar la faena, las medidas económicas se aderezaron con una reforma laboral cuyo objetivo último es reducir los salarios, bajo la falsa creencia de que una disminución de costes relativos mejorará la competitividad de nuestra economía e incrementará el crecimiento. ¡Que no, que la economía es dirigida por la demanda efectiva, no por la oferta! Ya vale de bromas, ustedes están jugando con el bienestar de sus ciudadanos.
Sin embargo, lo peor es el absoluto desconocimiento de la realidad española que subyace en la aplicación de la ideología del partido gobernante. Ha sido el sector privado bancario y las empresas no financieras quienes nos han llevado al colapso actual, no el gasto público que ya de por sí, como porcentaje del PIB, es el segundo más bajo de Europa. Como consecuencia del hundimiento del sector privado, con una deuda que no podrá pagar, se han derrumbado los ingresos fiscales. En este contexto, al aplicar una austeridad presupuestaria irresponsable, se retroalimenta, acelera y refuerza el círculo vicioso. Con una larga contracción económica en el horizonte, a cualquier carga financiera, la deuda es insostenible. Aplicando su ideología han transformado un problema de insolvencia de deuda privada en una más que probable quiebra de deuda soberana, cuando siguiendo la hoja de ruta de Islandia había alternativas
Cuando se pretende además que sea la clase trabajadora la que pague también el coste de los rescates, vía menores salarios y peores condiciones laborales, se desconoce, por un lado, la realidad salarial de nuestro país, cuya mediana apenas alcanza los 1000 euros brutos mensuales, y, por otro, el reparto de la renta nacional entre capital y trabajo que ha alcanzado mínimos históricos para el segundo.

Islandia como ejemplo

Los ciudadanos de Islandia en 2008 decidieron democráticamente no sufragar las monstruosas pérdidas del otrora admirado sistema financiero islandés. Tras una purga de su élite política y financiera, muchos de ellos en la cárcel, está creciendo por encima del 3%. Además de aplicar una quita a los acreedores, que asumieron un riesgo excesivo, en este pequeño país vikingo el nuevo gobierno promovió medidas encaminadas a reestructurar la deuda hipotecaria de miles de familias, con el fin de evitar ejecuciones de hipotecas. Para rematar la faena, se incrementó fuertemente el gasto social. A modo de ejemplo, el sistema de salud pública islandés, en el Euro Health Consumer Index de 2012, se situó el tercero en el ranking, mejorando posiciones, frente al vigésimo cuarto puesto de España, cuyo empeoramiento y deterioro no encuentra parangón.
Ha sido la revolución sin armas de Islandia, el país que acoge a la democracia más antigua del mundo, desde el año 930. Teniendo en cuenta la absoluta inoperancia del actual ejecutivo, el empobrecimiento a marchas aceleradas de nuestra población, consecuencia de la aplicación de sus medidas de política económica, los españoles deberíamos decidir si estamos dispuestos o no a pagar las multimillonarias pérdidas privadas de la élite financiera, o por el contrario que sean la gerencia, los propietarios y los acreedores quienes liquiden el desaguisado. Con la hoja de ruta de Rajoy vamos abocados al mayor desastre económico y social de nuestra historia reciente, y no nos lo merecemos

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